Amor al azar contra el odio al desconocido
YouTube aloja decenas de v¨ªdeos que muestran a personas regalando abrazos en ciudades de todo el mundo, entre ellas Valencia, Barcelona y C¨®rdoba
"?V¨¢lgame Dios, abrazos gratis!". Es la expresi¨®n sorprendida de un hombre al ver el texto del cartel que el pasado d¨ªa 11 David y sus amigos paseaban por las Ramblas de Barcelona, ofreciendo un achuch¨®n por la cara a todo el que quisiera recibirlo. Acciones como esta se han realizado en otras ciudades espa?olas, como C¨®rdoba o Valencia, siguiendo la corriente generada por la publicaci¨®n en Internet del v¨ªdeo que muestra la historia de Juan Mann, un australiano que empez¨® a repartir abrazos gratis hace dos a?os.
?Qu¨¦ mueve a alguien a lanzarse a la calle con un cartel en el que se ofrecen abrazos gratis, a pasarse horas repartiendo cari?o y provocando al menos la sonrisa de los paseantes? Puede que alguien lo hiciera antes que ¨¦l, pero el caso de Juan Mann (un juego de palabras en ingl¨¦s que viene a significar 'un hombre') es considerado el primero de todos. Cuenta la historia oficial que este australiano regres¨® a su pa¨ªs en 2004 tras una larga estancia en Londres, triste por el divorcio de sus padres y otras circunstancias familiares. Un d¨ªa en una fiesta una desconocida le dio un abrazo, y le sent¨® tan bien que decidi¨® compartirlo con otros. Se hizo un cartel con el mensaje Free Hugs escrito en letras bien grandes y se paseo con ¨¦l por la calle Pitt de Syndey, Australia.
Alguien grab¨® en v¨ªdeo la acci¨®n y hace unos meses public¨® el v¨ªdeo en YouTube, esa f¨¢brica de modas y tendencias que se distribuyen por la Red como un virus. El gesto de Mann tiene ya imitadores en todo el mundo. Cerca de cinco millones de visitas a la pel¨ªcula de lo que hizo en Sydney han ayudado a ello. En el sitio de Internet adquirido recientemente por Google puede uno encontrarse ahora con los 'abrazadores' de Se¨²l (Corea del Sur), Cracovia (Polonia), Tel Aviv (Israel), Toronto (Canad¨¢) y de otras ciudades del globo, entre ellas algunas espa?olas.
Santi y David son dos de los responsables de uno de los v¨ªdeos grabados en Barcelona. El pasado 11 de noviembre ambos salieron a las Ramblas junto a otros cuatro compa?eros del instituto de Cornell¨¢ en el que estudian. "No nos imagin¨¢bamos que conseguir¨ªamos tantos abrazos, hab¨ªa gente que nos miraba como si estuvi¨¦ramos locos", recuerda David. El problema afirma, es que "no estamos acostumbrados a recibir nada de un extra?o, hay mucha desconexi¨®n entre la gente, es una pena".
Los v¨ªdeos, en todo caso, muestran que no todo el mundo piensa as¨ª, pues muchos se acercan a recibir su muestra de amor sin coste. "Muy extra?o, pero lindo el video.
Quiz¨¢s es lo que se necesita, m¨¢s amor al azar en vez de odio an¨®nimo, que es lo que se respira en las calles de las grandes ciudades", se?ala un comentario a la acci¨®n realizada en Valencia. Vicente, Francis y Alejandro son los tres autores, lo grabaron hace un mes, y con su oferta quisieron lanzar el mensaje de que "no todo aquel que desconoces intenta hacerte da?o". "Creemos que las cosas pueden cambiar", afirma Alejandro.
Para grabar un v¨ªdeo de unos tres minutos, los j¨®venes responsables de los v¨ªdeos de Barcelona y Valencia pasaron varias horas en la calle, durante las que recibieron todo tipo de respuestas a su oferta. Lo mismo le pas¨® a Miguel, que junto a dos compa?eros de la asociaci¨®n Atrezzo se pase¨® por C¨®rdoba para repartir abrazos. "Alg¨²n comentario un poco est¨²pido si hubo, y mucha desconfianza, en una ciudad como esta no est¨¢n acostumbrados a estas locuras tanto como en Madrid o Barcelona, pero la reacci¨®n fue mucho mejor de lo que pens¨¢bamos".
Se supone que el efecto de la 'abrazoterapia' entre los viandantes fue positivo, nadie que no quiera recibirlo es forzado a ello. Pero, ?c¨®mo se queda quien los da?. "Me sent¨ª much¨ªsimo mejor al acabar todo, pero no porque la gente me abrazara, sino por ver su cara de felicidad, las sonrisas, y escuchar sus comentarios", explica Santi antes de recordar que a su alrededor se produjo una especie de "epidemia de positividad".
Alejandro hace cuentas y concluye que la tarde que pasaron en las calles de Valencia dio m¨¢s de 150 abrazos, y durante esas horas "te pasa de todo, nos ignoraron m¨¢s de 300 personas y algunas nos llamaron locos". Eso no impide que vaya a repetir. El pr¨®ximo s¨¢bado por la tarde partir¨¢n de la plaza del ayuntamiento hacia el barrio del carmen con sus carteles.
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