Arme su propio coche
La japonesa Mitsuoka Motor vende un autom¨®vil desarmado que el propietario puede montar en su garaje en tres d¨ªas
Bombardeo por Luther King
Google no entiende de ideolog¨ªas pero si de enlaces. Partiendo de esta premisa un grupo de Internautas ha iniciado una campa?a para evitar que las b¨²squedas que incluyan el nombre de Martin Luter King no acaben en la p¨¢gina MartinLutherKing.org, que promueve la supremac¨ªa blanca. Para lograr que no aparezca en el primer puesto de los resultados de Google, se ha propuesto bombardear al buscador enlazando desde sus p¨¢ginas a otras webs menos racistas. Cualquiera puede colaborar.
Arme su propio coche
Si ha jugado a la loter¨ªa en alguna ocasi¨®n seguro que ha dedicado unos minutos a imaginar en qu¨¦ gastar¨ªa el gran premio. Ahora puede compartir sus c¨¢lculos a trav¨¦s de la red gracias a Spend a Million, que pide a sus usuarios que expliquen en que se gastar¨ªan un mill¨®n de libras, cerca de un mill¨®n y medio de euros. Si en su selecci¨®n hay un coche pero no le toca el gordo, puede optar por fabric¨¢rselo usted mismo. Mitsuoka Motor ha presentado el K-4, que se entrega por piezas y puede armarse en casa en tres d¨ªas. ?Se vender¨¢ por fasc¨ªculos en los kioscos? Aunque para coches, el Montero que Mitsubishi anuncia parodiando la promoci¨®n que se sirve de una entrevista con Bruce Lee. Be chistorra, my friend, dice Pixel.
Compras ruinosas
Las compras de Broadcast.com, AOL o Excite son, por ese orden, las compras m¨¢s ruinosas de la la historia de Internet, seg¨²n Baquia, que ha elaborado una de esas listas que tanto nos gustan. En ella figuran tambi¨¦n la compra de Netscape, Lycos o Skype. Incluso la adquisici¨®n de Hotmail por Microsoft, que en 1998 pag¨® unos 400 millones de d¨®lares por este servicio de correo. En la actualidad tambi¨¦n hay operaciones multimillonarias, ?podr¨ªa entrar Secnod Life en una de ellas?. Por el momento nada se dice, y quienes est¨¢n dispuestos a sacar partido de su ¨¦xito buscan presencia en el mundoo virtual, como Reuters o la cadena de Hoteles Starwood, unos esfuerzos que Steve Rubel considera s¨®lo experimentos.
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