Las redes sociales como arma pol¨ªtica y publicitaria
Los internautas participan en comunidades online que en muchos casos son utilizadas para la recopilaci¨®n de datos personales
Las redes sociales, encabezadas por los blogs y las comunidades virtuales participativas que ¨¦stos generan, est¨¢n revolucionando la comunicaci¨®n de masas, pero bajo esa etiqueta se cuelan portales usados para crear grandes bases de datos destinadas a su uso en la publicidad, seg¨²n los expertos.
David Imizcos, consultor jur¨ªdico y t¨¦cnico de la empresa de seguridad S21sec, considera que "las comunidades suponen riesgos para derechos fundamentales e incluso delitos. No hay m¨¢s que leer las propias condiciones generales que aceptan sus usuarios para ir m¨¢s all¨¢ de la sospecha".
El caso m¨¢s espectacular y potencialmente pol¨¦mico puede ser el de Myspace: la segunda web m¨¢s visitada del mundo, seg¨²n sus datos, con 180 millones de usuarios, se lanz¨® la pasada semana en Espa?a, donde espera a llegar a cinco millones de usuarios. V¨ªctor Domingo, presidente de la Asociaci¨®n de Internautas, se?ala que "Myspace es una referencia para los aficionados a la m¨²sica, pero no una red social: en ellas los usuarios deben ser los due?os y ¨¦ste no es el caso".
Desde luego, no lo parece, teniendo en cuenta que Murdoch pag¨® 580 millones de d¨®lares por el portal. ?D¨®nde est¨¢ el negocio? Chris De Wolfe, consejero delegado de Myspace, apunta al gigantesco mercado de la publicidad, al millonario convenio firmado con Google y a las cuotas por usuarios desde el m¨®vil.
Otros apuntan a intereses menos claros. En este sentido, David Ugarte, consultor y experto en redes desde la empresa Las Indias, declara que "es m¨¢s que razonable sospechar que una gran parte del inter¨¦s que tiene Murdoch es crear una gigantesca base de datos". "Myspace es un corralito que reduce internet a un lugar desde el que crear una cabeza de playa para impartir adoctrinamiento publicitario y pol¨ªtico. El primer paso en este sentido es conocer las afinidades que sus usuarios declaran", a?ade Ugarte.
Seg¨²n ¨¦l, Murdoch persigue, primero, tener una base de datos con una segmentaci¨®n de gustos, un tesoro para los anunciantes. A partir de ah¨ª el magnate, a m¨¢s largo plazo, quiere comprar medios de comunicaci¨®n en Espa?a, a?ade Ugarte.
Sin apuntar a nadie V¨ªctor Domingo afirma que "la sospecha de que detr¨¢s del desarrollo de las comunidades virtuales, que ahora son m¨¢s participativas, est¨¦ la b¨²squeda de datos para su uso en la mercadotecnia, est¨¢ siempre abierta". Porque "todo lo que haces en la red deja rastro" y es susceptible de ser utilizado. "Tienes que confiar en ellos y suponer que sus pr¨¢cticas son honestas", a?ade Dom¨ªnguez.
Abundando en esta tesis, Imizcos opina que el usuario queda en una "indefensi¨®n total" porque se pueden usar sus datos "con fines comerciales, para generar perfiles de marketing, etc¨¦tera. Las condiciones generales que acepta son de nula validez, no es posible renunciar a esos derechos", a?ade. Es ilegal, pero otra cosa es, "si el sitio web est¨¢ en, digamos, Singapur, c¨®mo se hace efectiva la protecci¨®n que las leyes europeas y espa?olas garantizan", a?ade este experto jurista.
Francisco Canals, director del Observatorio de Internet, explica por su parte que el de "redes sociales es un concepto muy amplio". En ¨¦l caben desde p¨¢ginas de contactos sexuales, amenazadoras para la intimidad, a canales tem¨¢ticos musicales, que lo son menos, explica. De todos modos, a?ade, "cualquier registro en internet implica un riesgo de captaci¨®n de los datos para su uso en bases de m¨¢rketing. La ley es firme pero casi nadie la respeta". La cuesti¨®n, concluye David Imizcos, es sencilla: "si es gratis... ?cu¨¢l es el precio?".
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