El tranquilo cerebro del ¨¦xito de Nintendo

Est¨¢ bien comparar a Shigeru Miyamoto con Walt Disney. Cuando Disney muri¨®, en 1966, Miyamoto era el hijo de 14 a?os de un maestro de escuela que viv¨ªa cerca de Kioto, la antigua capital de Jap¨®n. Aspirante a creador de dibujos animados, adoraba los personajes cl¨¢sicos de Disney. Cuando no estaba dibujando, tallaba sus propias marionetas de madera.

Aunque se ha convertido en el dise?ador de videojuegos m¨¢s famoso e influyente del mundo -padre de Donkey Kong, Mario, Zelda y, m¨¢s recientemente, la Wii -, Miyamoto sigue plante¨¢ndose su trabajo como un humilde artesano, no como el personaje c¨¦lebre que es para jugadores de todo el planeta.

Sentado en el borde de una silla en la suite de un hotel de Manhattan, Miyamoto, de 55 a?os y aspecto juvenil, irradia la satisfacci¨®n de alguien que siempre ha querido crear diversi¨®n.

Y lo ha hecho. Como cerebro creativo de Nintendo durante casi tres d¨¦cadas, Miyamoto ha dado rienda suelta al entretenimiento de masas con un alcance mundial, una resistencia cultural y un ¨¦xito financiero que nadie hab¨ªa conseguido desde la legendaria carrera de Disney.

En Occidente, es muy probable que Miyamoto hubiera puesto en marcha su propia empresa hace mucho tiempo. Podr¨ªa haber ganado miles de millones y haberse hecho un nombre en el mundo del entretenimiento. En cambio, a pesar de ser el rey de Nintendo y una figura de culto, parece un asalariado cualquiera (aunque uno particularmente feliz) con una esposa y dos hijos en su casa cerca de Kioto.

"Lo importante es que tambi¨¦n se reconozca a la gente con la que trabajo y que es la marca Nintendo la que va hacia delante y la que sigue siendo fuerte y popular", subraya. "Y si a la gente le parece que la marca Nintendo est¨¢ al mismo nivel que la marca Disney, es muy halagador y me hace muy feliz o¨ªrlo".

Mario, el bigotudo fontanero italiano que cre¨® hace 30 a?os, se ha convertido en cierta medida en el personaje de ficci¨®n m¨¢s reconocido del planeta, s¨®lo igualado por Mickey Mouse. Miyamoto es el creador de las series Donkey Kong, Mario y Zelda (que en conjunto han vendido m¨¢s de 350 millones de ejemplares), y es la persona que supervisa todos los juegos de Nintendo.

Pero no son s¨®lo los jugadores tradicionales los que acuden en tropel a la ¨²ltima creaci¨®n de Miyamoto, la Wii. Hace 18 meses, Miyamoto y Satoru Iwata, presidente de Nintendo, reinventaron pr¨¢cticamente el sector. Su idea era revolucionaria por su propia sencillez: en lugar de crear una nueva generaci¨®n de juegos que encandilara a los jugadores incondicionales, desarrollaron la Wii como una diversi¨®n barata y f¨¢cil de usar para las familias. Hasta el momento se han vendido 25 millones de unidades de la Wii, que ha dejado atr¨¢s a Sony y a Microsoft.

Miyamoto se gradu¨® en la Escuela de Arte de Kanazawa en 1975 y se incorpor¨® a Nintendo dos a?os despu¨¦s como dibujante de plantilla. Ascendi¨® r¨¢pidamente en la empresa, y su nombre ha sido sin¨®nimo de Nintendo desde los a?os ochenta, cuando los juegos originales de Mario Bros sacaron a flote al sector.

Desde entonces, Miyamoto ha participado directamente en la producci¨®n de al menos 70 juegos, entre los que se incluyen ¨¦xitos recientes como Mario Kart Wii, Super Smash Bros. Brawl, Super Mario Galaxy y The Legend of Zelda: Twilight Princess. Miyamoto supervisa a unas 400 personas, casi todas en Jap¨®n.

La obra de Miyamoto empieza a alejarse de su anterior dependencia de los personajes inventados y los escenarios fant¨¢sticos y extravagantes.

Con juegos como Nintendogs (inspirado en su mascota, un pastor de Shetland), Wii Sports, Wii Fit y Wii Music, de pr¨®xima aparici¨®n, Miyamoto se ha acercado a las aficiones cotidianas: las mascotas, los bolos, el yoga, el hulahop, la m¨²sica.

"Dir¨ªa que en los ¨²ltimos cinco a?os, m¨¢s o menos, los tipos de juegos que creo han cambiado en cierta manera", explica. "Mientras que antes usaba mi imaginaci¨®n para inventar mundos o crear juegos, en los ¨²ltimos cinco a?os he tendido m¨¢s a centrarme en intereses o temas de mi vida y procurado extraer diversi¨®n de ellos".