"Estamos en una sociedad bella durmiente"

Su web, dosdoce.com, naci¨® en 2004, desde entonces se ha convertido en el sitio de referencia sobre el futuro del mundo editorial. Javier Celaya es consultor y director del M¨¢ster de Edici¨®n Digital en la Universidad de Alcal¨¢ de Henares. Durante el congreso iRedes analiz¨® el papel de las redes sociales en este nuevo entorno. Una de sus frases qued¨® marcada en el auditorio: "Si no cuenta, son cuentos". Era su manera de reivindicar un rigor que no siempre se cumple en este mundo en el que cada d¨ªa surge una novedad, un ¨²ltimo invento que pasa al olvido con la misma velocidad con que se puso de moda.

En los ¨²ltimos siete a?os han cambiado much¨ªsimo Internet, se congratula por los avances pero tambi¨¦n observa algunos puntos que no le parecen adecuados: "No nos damos cuenta de que vivimos un momento hist¨®rico porque estamos en el ojo del hurac¨¢n. Con el tiempo se analizar¨¢ qu¨¦ hemos hecho en esta d¨¦cada. Me preocupa que se est¨¦ dando prioridad a los intereses empresariales, leg¨ªtimos, s¨ª, pero que se han puesto por encima de los intereses p¨²blicos".

Parte de su decepci¨®n surge de la propia ciudadan¨ªa. "Vivimos en una sociedad bella durmiente", explica, "que no se da cuenta de la cantidad de dispositivos y herramientas que tiene a su alcance, casi siempre gratuitas, para comunicarse y para crear, pero no est¨¢ haciendo nada". No se resigna a hablar de sensaciones si no que aporta datos concretos: "Tan solo el 1% de lo que se publica en Internet es original, el resto es corta y pega o una extensi¨®n de lo hecho anteriormente". En su opini¨®n esto puede ser peor a¨²n: "Si la obra derivada que vamos a ver es un retuit o un 'me gusta', apaga el cacharro y nos vamos".

En este tiempo no solo ha cambiado la forma de leer de la audiencia, tambi¨¦n los dispositivos que usan y c¨®mo se producen los contenidos. Comenz¨® con un aparato denominado Rocket, despu¨¦s adquiri¨® un iRex, el siguiente fue un Kindle de Amazon y por ¨²ltimo el iPad, que no solo utiliza para leer, sino como sustituto del peque?o netbook.

"La gente no se da cuenta de que tambi¨¦n cambian la forma de escribir. Desde la irrupci¨®n de Twitter he notado que las frases son m¨¢s cortas y la prosa m¨¢s directa", explica. Esto tiene consecuencias en la forma de leer: "Cuando se cre¨® el papel, los narradores tambi¨¦n cambiaron su forma de escribir porque fueron conscientes de las posibilidades que ten¨ªa el nuevo formato". Siguiendo este razonamiento vaticina que los autores del siglo XXI captar¨¢n a su audiencia en los nuevos formatos, "porque es la manera de hacer que lector digiera de manera c¨®moda y multimedia el contenido". Lo que hasta el momento s¨ª le resulta curioso es que sea la audiencia la que se adapta a esta forma de consumo de contenidos m¨¢s r¨¢pido que la industria.

Javier Celaya no teme demasiado a la pirater¨ªa digital, pues lo considera un problema creado por la tecnolog¨ªa y que ser¨¢ resuelto por la misma ciudadan¨ªa. "El modelo de descarga que tenemos ahora mismo ha generado leyes insostenibles como la Ley Sinde, pero se solucionar¨¢ con el acceso a la nube. La descarga ser¨¢ cosa del pasado y la gente estar¨¢ dispuesta a pagar siempre y cuando existan valores a?adidos en el contenido", argumenta.

Este modelo de los contenidos enriquecidos cambia el rol del autor pero tambi¨¦n el de la editorial. "Los servicios a?adidos ser¨¢n lo que marque la diferencia con los contenidos piratas. Una dar¨¢ solo el texto, sin m¨¢s, la enriquecida permitir¨¢ crear una comunidad alrededor, recomendar nuevas lecturas o crear a partir de ello. Esto es extensible para la m¨²sica y el cine", vaticina Celaya.

En menos de 10 a?os se ha pasado de los primeros lectores de libros electr¨®nicos, a la explosi¨®n del Kindle, y finalmente a la creaci¨®n del nuevo mercado de las tabletas con la aparici¨®n hace un a?o del primer iPad. Estos nuevos aparatos comienzan a tener su propia narrativa. Celaya explica que son lo que en Estados Unidos se denomina "libros transmedia, que unen participaci¨®n, audio, v¨ªdeo, interacci¨®n... cambian la experiencia de lectura seg¨²n los requerimientos de la audiencia. Cada lector tendr¨¢ un libro diferente que se ir¨¢ haciendo a medida". Esto que puede sonar como una meta inabarcable cree que ya se hac¨ªa de manera inconsciente con la lectura tradicional donde cada lector, con su mente se constru¨ªa unos personajes imaginarios, diferentes para cada sujeto.

El reto de adaptarse a estos formatos no son solo cosa del editor, sino tambi¨¦n de los autores a los que lanza un reto: "Yo quiero ver a esa nueva generaci¨®n de escritores haciendo su obra 100% digital, para pantallas. Ah¨ª s¨ª veremos es calidad narrativa. Lo poco que he visto en el mundo anglosaj¨®n me ha enamorado".

Como en toda transformaci¨®n radical habr¨¢ v¨ªctimas. La primera en Estados Unidos es Borders, una cadena de librer¨ªas, que est¨¢ en suspensi¨®n de pagos. Su m¨¢ximo competidor en el mundo f¨ªsico, al margen del gran imperio Amazon.com en Internet, est¨¢ Barnes&Noble con un libro digital propio, el Nook. "La comercializaci¨®n ya solo se entiende como una combinaci¨®n de venta f¨ªsica, para tratar con el librero y sus consejos, que convierten la visita a la tienda en una experiencia, y la compra de t¨ªtulos en la red", vaticina.