As¨ª es Lion, el nuevo sistema operativo de Apple
Solo se puede comprar y descargar en Internet. La gesti¨®n de programas y la interfaz es muy parecida a la del iPad
En una de las ¨²ltimas presentaciones de Steve Jobs, antes de tomarse una baja laboral, mostr¨® en grandes rasgos c¨®mo ser¨ªa su sistema operativo estrella, de nombre Lion, llamado a unificar la gesti¨®n de programas y tareas en escritorio m¨¢s sencillo. Era octubre de 2010. Para ver las primeras im¨¢genes hubo que esperar hasta el 6 de junio, durante la conferencia de desarrolladores de Apple en San Francisco. De nuevo, Jobs hizo de maestro de ceremonias para mostrar su concepci¨®n del ordenador del futuro. M¨¢s orden, m¨¢s limpieza y una sencillez de uso que irrita a los usuarios m¨¢s avanzados.
?Ha merecido la pena la espera? Seg¨²n las cifras de descargas parece que s¨ª. El 20 de julio comenz¨® la venta del programa. Apple puso un cartelito de R.I.P. a la caja de software de las estanter¨ªas. Lion solo se puede conseguir en Internet, m¨¢s concretamente, en su tienda de aplicaciones, como en iPhone e iPad. Se entra con un perfil de usuario, se paga y comienza la descarga. En 24 horas registraron m¨¢s de un mill¨®n de compras a raz¨®n de 23,99 euros cada, una cifra bastante razonable.
Apple permite que un mismo usuario lo descargue e instale hasta en cinco ordenadores de su propiedad. Si se tienen varios ordenadores Mac en casa es m¨¢s que suficiente. Una vez que se ha pagado por el programa, comienza la descarga. Aqu¨ª hay que armarse de paciencia. La instalaci¨®n de Lion es extremadamente sencilla, pero lleva su tiempo. Alrededor de dos horas y media despu¨¦s, depende de la velocidad de conexi¨®n, comienza la instalaci¨®n en s¨ª. La cuenta atr¨¢s indica 35 minutos, despu¨¦s 33 y... se queda un buen rato marcando 33, con el contador parado. En algo m¨¢s de 45 minutos el le¨®n comienza a rugir.
El primer cambio, meramente visual, se da en el fondo de pantalla. Por defecto aparecer¨¢ una imagen de la galaxia de Andr¨®meda. Se puede cambiar al momento, pero los fieles prefieren seguir las directrices de Cupertino hasta en los gui?os est¨¦ticos.
Control t¨¢ctil
Las similitudes con el iPad tambi¨¦n se reflejan en el control del escritorio. La m¨¢s importante puede llegar a resultar molesta. Si en la tableta se deslizan dos dedos para desplazarse dentro del contenido en el ordenador se replica este m¨¦todo. Puede parecer l¨®gico, sino fuese porque se hace el contrario, el desplazamiento es inverso. Lo que era arriba pasa a ser abajo y viceversa. Tras unos minutos de adaptaci¨®n se supera sin problemas. La dificultad surge si se usan con normalidad ordenador Apple y Windows. El cortocircuito es constante. Adem¨¢s, la barra de desplazamiento lateral desaparece. En Apple lo consideran una reminiscencia del principio de la inform¨¢tica. Estaba ah¨ª cuando, en los 80, los ordenadores no ten¨ªa capacidad para procesar un gran documento, era un atajo f¨¢cil para llegar a un punto concreto. Los pellizcos en la zona t¨¢ctil amplian fotos, p¨¢ginas web...
En caso de p¨¦rdida basta con posar tres dedos para ejecutar Mission Control, nombre que recibe una mezcla de escritorios, documentos y aplicaciones abiertas. De un vistazo se puede ver qu¨¦ est¨¢ ejecutando el ordenador y qu¨¦ trabajos est¨¢n activos.
El gran quebradero de cabeza llega con la gesti¨®n de archivos. Con la mejor intenci¨®n, los cambios se guardan autom¨¢ticamente. Por un lado es positivo porque, por un lado, elimina disgustos de p¨¦rdida de datos si se va la luz o hay un fallo. Por otro, y esto no es agradable, sobreescribe el documento original sin hacer ninguna pregunta.
Lo m¨¢s recomendable para evitar disgustos si se va a modificar un documento valioso, como una foto de recuerdo, por ejemplo, es hacer un duplicado antes de abrir el archivo y trabajar con el mismo.
En los ordenadores de 11 y 13 pulgadas resulta especialmente atractiva la opci¨®n de trabajar a pantalla completa en todas las aplicaciones. La oferta de programas, aplicaciones como las llama Apple, se amplia notablemente y se compran directamente, como en tel¨¦fonos y tabletas desde la AppStore. Seg¨²n Apple el 70% son gratuitas, el 30 restante de pago. Tanto la actualizaci¨®n como avisos de las mismas son autom¨¢ticas. Para ordenarlas han creado un escritorio propio, denominado Launchpad a imagen y semenjanza del iPad. Se pasa de pantalla en pantalla, se borran con un solo clic y arrastrando y soltando se agrupan en carpetas. Lo mismo sucede con la gesti¨®n de correo. Mail es practicamente similar al programa del iPad.
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