"Me he sentido como un tamagotchi"
La artista Eugenia Lim termina su semana de encierro sola con Internet
¡°Acabo de terminar mi encierro en esta habitaci¨®n hikikomori y tengo la sensaci¨®n de haber gastado una enorme cantidad de tiempo en una caverna de Plat¨®n con paredes color melocot¨®n¡±. La artista australiana de origen asi¨¢tico Eugenia Lim describe su encierro de siete d¨ªas en una habitaci¨®n, creada para este prop¨®sito en la galer¨ªa West Space de Melbourne (Australia).
A trav¨¦s de este experimento, denominado Stay Home Sakoku: The Hikikomori Project la artista se propuso reproducir la situaci¨®n que viven centenares de j¨®venes japoneses, encerrados voluntariamente en sus cuartos, con la ¨²nica compa?¨ªa de su ordenador, por periodos que pueden prolongarse durante meses.
El hikikomori, que literalmente significa apartarse, es un trastorno psicosociol¨®gico caracter¨ªstico de la sociedad japonesa, aunque est¨¢ llegando al mundo occidental. ¡°No pretendo hablar en nombre de ese fen¨®meno. Soy una extranjera que vive y trabaja en un contexto cultural y geogr¨¢fico diferente. Sin embargo creo que hay aspectos del hikikomori que se est¨¢n convirtiendo en una tendencia mundial y que necesitan ser examinados. ?Qu¨¦ significa para nuestros cuerpos y mentes la creciente dependencia de aparatos digitales en el trabajo, el ocio y las relaciones sociales? Viviendo virtualmente a trav¨¦s de la web, he percibido este impacto muy profundamente¡±, asegura Lim.
"?Las nuevas tecnolog¨ªa nos liberan o nos convierten en esclavos de nuestra propias herramienta?"
Como estos j¨®venes, la artista rechaz¨® cualquier contacto que no fuera virtual y como si fuera un tamagotchi (juguete al que hab¨ªa que mimar para que no se muriera) deleg¨® su supervivencia a amigos y p¨²blico an¨®nimo, que le dio bebidas y alimentos.
¡°Me he sentido un tamagotchi. Mi contacto con las personas a trav¨¦s de la web ha sido mucho m¨¢s positiva de lo previsto. Mucha gente ha facilitado el desarrollo del proyecto en el mundo f¨ªsico, aliment¨¢ndome y proporcion¨¢ndome agua. Tambi¨¦n me ha sorprendido gratamente que muchos extranjeros se han tomado un tiempo para hablar conmigo tanto de temas triviales y cotidianos como de asuntos m¨¢s profundos, desde la pol¨ªtica o la crisis econ¨®mica hasta el significado del arte o mis razones para realizar el proyecto. Tambi¨¦n tuve el privilegio de descubrir nueva m¨²sica, filosof¨ªa y pel¨ªculas (?as¨ª como un mont¨®n de basura!), gracias a las sugerencias de las personas con las que he conversado. Es realmente asombroso y satisfactorio la cantidad de gente que ha decidido hablar e interesarse por las motivaciones de alguien que no conocen de nada¡±, indic¨® la artista, cuya trayectoria se ha desarrollado sobre todo en el ¨¢mbito del videoarte y las instalaciones.
A lo largo de sus d¨ªas de encierro, Lim ha reflexionado sobre la pregunta central del proyecto: ?Las nuevas tecnolog¨ªa nos liberan o nos convierten en esclavos de nuestra propias herramienta? ¡°Durante estos d¨ªas para m¨ª los mundos online y offline, es decir virtual y f¨ªsico, se han fusionado; el tiempo no se ha medido en minutos y horas, sino que ha sido marcado por la duraci¨®n de las canciones en mi lista de reproducci¨®n en YouTube o por el tiempo de las conversaciones en el chat¡±, explica Lim.
Al vivir encerrada en esa habitaci¨®n utilizando exclusivamente herramientas digitales, la artista se dio cuenta de hasta qu¨¦ punto depende de ellas. ¡°En el mundo virtual y en menor medida en el mundo exterior, veo que la Red y todo lo que representa es a la vez una bendici¨®n y una maldici¨®n, porque en cierto modo, contiene todo el conocimiento, pero nunca tiene todas las respuestas¡±.
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