La impresora 3D se convierte en un fen¨®meno de masas
El nuevo modelo Replicator 2X imprime objetos en dos colores
Bre Prettis estaba exultante. No se pod¨ªa creer lo que ve¨ªan sus ojos. Su peque?o stand en una esquina de la feria, camuflado entre puestos de chinos y jud¨ªos ortodoxos, estaba atascando el CES. Por all¨ª no se pod¨ªa pasar. Decenas y decenas de c¨¢maras, entrevistas a voz en grito, sin espacio para nadie. ¡°Esto es incre¨ªble. Hace dos a?os estuvimos aqu¨ª y nadie nos hizo caso. Hace un a?o estuvimos aqu¨ª y nadie nos hizo caso. Y hoy ya lo ven¡±. A la vista del gent¨ªo, su eslogan de la pared no parece una bravuconada de este exprofesor, exhacker y exmultiartista: ¡°MarketBot, liderando la pr¨®xima revoluci¨®n industrial¡±.
Prettis, neoyorquino de 40 a?os, en 2009 cre¨® Makerbot, dedicada a fabricar impresoras para reproducir objetos en tres dimensiones, es decir, reales. En la pared del stand de la feria, una docena de impresoras Replicator trabajan sin descanso. En silencio, pacientemente, capa a capa, va creciendo en cada una de ellas una figurita que, 44 minutos despu¨¦s, es el busto de una Venus de Milo de unos 10 cent¨ªmetros de altura.
Todas las impresoras, del tama?o de un microondas, y de 11,5 kilos de peso, est¨¢n en funcionamiento, menos una, que permanece tapada. ¡°Estamos aqu¨ª para desvelar el ¨²ltimo modelo de impresora 3D¡±, anuncia Prettis. ¡°Es la Replicator 2X¡±, y a gritos, medio ronco, borracho de alegr¨ªa, quita el trapo que oculta una especie de pecera. ¡°En la primera impresora tridimensional se emplearon cinco a?os, esta ¨²ltima apenas cuatro meses¡±. Efectivamente, en septiembre sali¨® la Replicator 2, que ha supuesto un ¨¦xito fulgurante de ventas.
Tras crear la comunidad de hackers NYC Resistor, con Makerbot Prettis ha hecho una marca de propiedad, desmarc¨¢ndose del movimiento de c¨®digo abierto que representa Reprap, pese a haberse aprovechado de ¨¦l. Ahora sus impresoras son l¨ªderes de este mercado incipiente. Si en 2011 ten¨ªa el 16% (incluyendo el segmento industrial) ahora es del 21%. Hay por ah¨ª 13.000 impresoras suyas, muchas de ellas en estudios de ingenieros, pero tambi¨¦n en casas de gente que le gusta dise?ar y fabricar sus cosas.
Si la impresora anterior costaba 2.200 d¨®lares la nueva ha subido a 2.700. Lo novedoso es que incorpora una doble entrada de material, en este caso un filamento de pl¨¢stico reciclable, que permite la combinaci¨®n de colores. Hay una veintena para escoger. La impresora lleva un aviso: ¡°Esta m¨¢quina necesita paciencia, conocimientos y sentido de aventura¡±.
Desde que salieron las primeras impresoras industriales, la evoluci¨®n hacia la impresora de consumo ha sido m¨¢s r¨¢pida que el de las impresoras convencionales, especialmente con la bajada de precios. ?El freno para el mercado de masas ser¨¢ la carest¨ªa del material¡±, pregunto a Prettis entre grito y grito. ¡°En absoluto. Ese no ser¨¢ nuestro negocio. Nuestro material es barato. Un kilo de estos filamentos de pl¨¢stico cuesta 48 d¨®lares¡±. Y el material da para fabricar 270 Venus de Milo como las que salen como churros de las impresoras de la pared.
Prettis explica una diferencia con las impresoras convencionales, pues es parte fundamental del proceso de descarga del dise?o para luego copiar el objeto. ¡°En las impresoras 2D el men¨² de la m¨¢quina se limitaba al n¨²mero de copias y a elegir su tama?o. Con las 3D las opciones son mucho m¨¢s amplias, ya que se muestra en el ordenador la imagen del objeto en sus diferentes perspectivas, antes de ejecutar la copia¡±.
Parece obvio que en una impresora del tama?o de un microondas no se van a poder reproducir muebles de cocina. ¡°No est¨¢ tan claro, depender¨¢ de la imaginaci¨®n del creador¡±, dice Prettis. Y como prueba muestra las esculturas colocadas en el stand, mucho mayores que el tama?o de sus impresoras.
Prettis y sus empleados reparten un ejemplo de las habilidades de Replicator, un tornillo dise?ado por Aubenc, usuario del sitio de dise?os 3D Thingiverse, fabricado en dos piezas y a la vez con el pl¨¢stico PLA. Cost¨® 22 minutos y 0,19 d¨®lares en material. El aspecto es de una pieza de montaje de Ikea. Con ¨¦l Prettis quiere probar la durabilidad y resistencia de los objetos que salen de sus impresoras.
Pese al ba?o de multitudes, ni por precio ni por las limitaciones que a¨²n tiene, Replicator 2X no reemplazar¨¢ a las tabletas como fen¨®meno de consumo, pero algo muy importante ha conseguido Bre Pettis en la feria de Las Vegas, convencer al gran p¨²blico de que s¨ª, que imprimir objetos es posible.
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