Moodyo, un escaparate espa?ol lleno de deseos

¡°?A qui¨¦n se le ocurre comprarme una diana? Si en la vida he jugado a los dardos¡±, pens¨® Javier Padilla (Sevilla, 1977). Lo grave es que el presente ven¨ªa de sus padres. ¡°?Tan poco me conocen¡¯¡±, se lament¨®. De ah¨ª naci¨® la idea inicial de Moodyo, una red social donde mostrar qu¨¦ objetos se desean o detestan. De ah¨ª viene el nombre, una mezcla de ¡°mood¡±, ¨¢nimo en ingl¨¦s, y mola y odiar en espa?ol.

Alejandro Guerra (Mor¨®n de la Frontera, 1982), es el otro fundador de esta web. Este ingeniero de telecomunicaciones decidi¨® sumarse al proyecto como responsable t¨¦cnico. ¡°Si no creemos en nuestro proyecto nosotros, ?c¨®mo lo van a hacer los inversores?¡±, expone Guerra para subrayar su decisi¨®n de dejar un trabajo fijo y montar su empresa.

De momento, esa actitud de apostar fuerte de los cofundadores ha gustado a los primeros inversores. En noviembre cerraron su primera ronda de financiaci¨®n con 450.000 euros. 300.000 provienen del Fondo Jeremie de la Uni¨®n Europea, en forma de pr¨¦stamo participativo. Otros 90.000 son capital aportado por la empresa 3Dsignia. Los ¨²ltimo, 60.000, corresponden a Mola, la incubadora de Enrique Dubois. ¡°Su labor es fundamental, m¨¢s all¨¢ del dinero, para enfocar bien el producto y lanzarnos en el extranjero¡±, expone Padilla.

No dudan en definirse como el Facebook de las compras, aunque su est¨¦tica con tablones indicando ¡°me mola¡±, ¡°lo quiero¡± y ¡°lo tengo¡± se acerca m¨¢s a Pinterest y Fancy. ¡°Queremos ser el lugar de consulta antes de decidir una compra. Un sitio donde tener opiniones, cr¨ªticas y posibles lugares de compra¡±, dice Padilla, consejero delegado, ¡°antes se hac¨ªa en foros. Ahora, dos meses antes de una compra importante se empieza la labor de b¨²squeda. Amazon se ha quedado en la lista de deseos, nosotros le hemos a?adido el di¨¢logo con los amigos¡±.

Moodyo, un escaparate lleno de deseos

En opini¨®n de los cofundadores la crisis les puede ser de ayuda. ¡°Las compras son menos impulsivas, m¨¢s reflexivas, por lo que se genera m¨¢s debate, b¨²squeda y selecci¨®n. Moodyo est¨¢ pensado para ello¡± aporta Guerra.

En los cuatro ¨²ltimos meses han pasado de 800 personas registradas a m¨¢s de 10.000. La clave ha estado en las redes sociales; con la integraci¨®n de las acciones de Moodyo en Twitter se puede publicar cada objeto descubierto, y para una integraci¨®n m¨¢s profunda, Facebook. ¡°Optamos por incluir el Social Graph, as¨ª sale en las ¨²ltimas acciones de los usuarios y nos descubren de manera natural. Ha sido un acierto¡±, insiste el director t¨¦cnico. Y matiza una curiosidad, no pueden decir ¡°me gusta¡±, pues es una acci¨®n registrada por Facebook dentro de su propio servicio. En ingl¨¦s han optado por convertir el bot¨®n en ¡°love¡±.

En su sede de Dos Hermanas los seis trabajadores de la empresa luchan contra el reloj para tener todo listo, incluyendo las aplicaciones de m¨®viles, para el Start Up Alley, un acto de TechCrunch, la biblia de los emprendedores tecnol¨®gicos. Del 27 de abril al 1 de mayo estar¨¢n en la batalla de empresas innovadoras, un total de 30 escogidas por el jurado. Ganen o no, creen que haber pasado los filtros es un privilegio. Padilla insiste en la importancia del encuentro: ¡°Nuestra intenci¨®n es que se nos conozca. Moodyo naci¨®, desde el principio, en espa?ol e ingl¨¦s. Pensamos m¨¢s all¨¢ de Espa?a desde el minuto uno, por eso es tan importante estar en este escenario¡±.

Los cofundadores van a estar durante un mes en Estados Unidos, en busca de nuevos inversores. ¡°No es f¨¢cil, pero cualquier aportaci¨®n, consejo o batacazo nos vendr¨¢ bien para saber si estamos en la l¨ªnea correcta¡±, matiza Padilla.

El perfil del usuario de Moodyo es una mujer de 25 a?os. Al igual que sucede en Pinterest, el p¨²blico femenino es mayor¨ªa: 59% frente al 41% masculino. De media, cada visitante pasa m¨¢s de tres minutos dentro del servicio. La cuesti¨®n es c¨®mo hacer que vuelvan. Para ello han optado por la gamificaci¨®n, el uso de t¨¦cnicas tomadas de los juegos, como es el reconocimiento con medallas ¡°al m¨¢s caprichoso¡±, por ejemplo, y puntos ¡°mooneys¡± que se podr¨¢n canjear por objetos que se encuentran en Moodyo.

Su intenci¨®n es que Moodyo sea siempre de uso gratuito y obtener los ingresos a partir de comisiones por ventas generadas desde su servicio, entre el 7% y el 8% del precio. De momento han llegado a acuerdos con 60 comercios.

Son muy tajantes con respecto a la publicidad. ¡°El banner ha muerto¡±, proclaman, sin paliativos. Este ha sido, desde el comienzo de los navegadores, la forma habitual de publicidad en Internet. En Twitter no existe, pero en Facebook los anuncios siguen siguiendo visualmente ese patr¨®n. En Moodyo no hay anuncios patrocinados, sino que los contenidos los generan los usuarios a partir de sus gustos. Los productos que m¨¢s inter¨¦s despiertan son los tecnol¨®gicos (m¨®viles, tabletas, auriculares), regalos originales o curiosos y la moda.

Este ¨²ltimo aspecto les ha abierto bastante puertas. Cuentan con blogueras de tendencias a las que dan una distinci¨®n muy parecida a la que tienen las cuentas verificadas de Twitter. Son las ¡°embajadoras¡± que destacan y comentan productos. En Internet el reconocimiento de los dem¨¢s usuarios es una de las formas de recompensa m¨¢s explotadas.

A partir de ah¨ª han abierto su primer comercio. Erika Pe?a, la dise?adora de joyas, cuyos pendientes lucen Rihanna, Anna Kournikova y Beyonc¨¦, estrena tienda en Europa dentro de Moodyo. ¡°Es una experiencia piloto¡±, aclara Padilla, ¡°pero ya tenemos 34 peticiones de tiendas que quieren hacer lo mismo¡±.