Empresarios a los 12 a?os
La duda sobre si cursar estudios superiores es un problema con el que lidian los j¨®venes talentos de la tecnolog¨ªa
Una ma?ana de viernes de hace un a?o, Ryan Orbuch, de 16 a?os, arrastraba una maleta hasta la entrada de la casa de su familia en Boulder, en el Estado de Colorado. Se dirig¨ªa al aeropuerto. ¡°Me voy¡±, le dijo a su madre. ¡°No puedes detenerme¡±.
El joven iba camino de South by Southwest Interactive, la conferencia sobre tecnolog¨ªa que se celebraba en Austin, Texas. All¨ª iba a promocionar Finish, una aplicaci¨®n para m¨®viles que hab¨ªa creado con un amigo y que pretende ayudar a la gente a dejar de posponer sus tareas. Por aquel entonces, Finish acababa de bajar del primer puesto que hab¨ªa ocupado en la categor¨ªa de productividad de la tienda de aplicaciones de Apple.
Su madre, Stacey Stern, estaba encantada con la pasi¨®n de su hijo, pero le hab¨ªa dicho que solo pod¨ªa ir a Austin si terminaba el trabajo escolar que hab¨ªa dejado de lado mientras creaba la aplicaci¨®n. Ryan no lo acab¨®, pero su madre le dej¨® ir de todas formas. Este joven tiene ahora 17 a?os y es alumno de ¨²ltimo curso del instituto de Boulder. Es uno de los muchos adolescentes con dotes para la tecnolog¨ªa y mentalidad empresarial que se esfuerzan por hacer negocios en serio. Pueden llevar a cabo sus ideas gracias a las herramientas baratas o gratuitas con las que crean aplicaciones o dise?an juegos y cuentan adem¨¢s con el apoyo de las empresas del sector. Este auge de la innovaci¨®n y el esp¨ªritu emprendedor juveniles parece ¡°no tener precedentes¡±, seg¨²n Gary Becker, un economista de la Univesidad de Chicago galardonado con el Premio Nobel de Econom¨ªa.
El nieto de Becker, Louis Harboe, de 18 a?os, es amigo de Ryan y, en comparaci¨®n, hace que el chico de Colorado parezca un emprendedor tard¨ªo. Louis consigui¨® su primer contrato como aut¨®nomo a los 12 a?os, al dise?ar la interfaz de un juego para iPhone. A los 16, Louis, que vive con sus padres en Chicago, se fue a San Francisco en verano para trabajar como becario de dise?o en Square, una empresa de pagos a trav¨¦s del m¨®vil e Internet.
La Conferencia Mundial de Desarrolladores de Apple en San Francisco rebaj¨® la edad m¨ªnima de asistencia de los 18 a los 13 a?os
Becker le dec¨ªa a su nieto: ¡°Ve a la universidad. Ve a la universidad¡±. Pero el concepto de ¡°hazlo ya¡± que tanto se estila en este sector, puede resultar m¨¢s atractiva. ¡°La universidad no es un requisito esencial¡±, asegura Jess Teutonico, que dirige TEDxTeen, una versi¨®n juvenil de las charlas TED, un programa de conferencias que fomenta el intercambio de ideas. ¡°Estos chicos est¨¢n motivados para comerse el mundo y tienen que hacerlo ya¡±, sostiene.
La duda sobre si cursar o no estudios superiores es un problema con el que tienen que lidiar estos estudiantes de secundaria. Otros se preguntan qu¨¦ hace un joven de 15 a?os con 20.000 d¨®lares en el bolsillo y qu¨¦ pasa con el control de los padres. Stern, que se gradu¨® en la Universidad Duke de Carolina del Norte, explica: ¡°Antes las cosas eran lineales. Uno iba a una buena universidad y consegu¨ªa un buen trabajo¡±. Ahora, a?ade: ¡°No hay normas fijas¡±.
Cuando Ryan estudiaba para los ex¨¢menes finales de cuarto de secundaria tuvo la idea de crear algo que le ayudase a dejar de posponer sus obligaciones. As¨ª que dej¨® de lado sus deberes para dise?ar una aplicaci¨®n que mostrase una lista de tareas. Envi¨® un mensaje de m¨®vil con el boceto a su socio empresarial, Michael Hansen, al que hab¨ªa conocido tres a?os antes. En marzo de ese mismo curso, cuando ambos ten¨ªan 15 a?os, ya ten¨ªan su primera versi¨®n. En junio, Michael se dedic¨® a escribir miles de l¨ªneas de c¨®digo con Objective-C, un lenguaje inform¨¢tico que hab¨ªa aprendido a trav¨¦s de Internet. Mientras, Ryan perfeccionaba el dise?o y creaba una red de contactos.
A los pocos d¨ªas de su presentaci¨®n, la aplicaci¨®n de 99 centavos se hab¨ªa descargado 50.000 veces. Los chicos se repartieron 30.000 d¨®lares. Eso s¨ª, las notas de Ryan pasaron de los sobresalientes a los notables y aprobados. Por su parte, el nieto de Becker consigui¨® su primer trabajo a los 12 a?os dise?ando el aspecto que tendr¨ªa un juego de puzles. Cuando el fabricante le pregunt¨® por sus honorarios, Louis contest¨®: ¡°Pues¡¡°?150 d¨®lares?¡±. El empresario le respondi¨®: ¡°?qu¨¦ tal si te pago un poco m¨¢s porque me caes muy bien?¡±. Al final le dio 350 d¨®lares.
¡°Uno empieza a hacerse las mismas preguntas que se hace a prop¨®sito de las estrellas infantiles de Hollywood. ¡°?Han llegado a la c¨²spide con 17 a?os?¡±
Con solo 14 a?os, Louis hab¨ªa conseguido unos cuantos contratos m¨¢s e incluso recibi¨® ofertas de empleo de empresas como Mozilla y Spotify. En el verano en que termin¨® el cuarto curso de secundaria, Square lo contrat¨®. Lindsay Wiese, una portavoz de esta compa?¨ªa de videojuegos, dice que su programa de pr¨¢cticas se centra en ¡°el talento, no en la edad¡± y que busca ¡°l¨ªderes como Louis¡±.
Para este joven, el dinero se ha multiplicado (ha ganado unos 35.000 d¨®lares en total) pero se lo ha gastado casi todo en ordenadores y accesorios. Nada ha ido para el fondo de la universidad. En San Francisco, Louis vio a expertos en tecnolog¨ªa que hab¨ªan triunfado sin haberse matriculado en ninguna universidad o que la hab¨ªan dejado.
El pasado junio, asisti¨® a la Conferencia Mundial de Desarrolladores de Apple en San Francisco. Un a?o antes, esta compa?¨ªa hab¨ªa rebajado la edad m¨ªnima para asistir a este evento de los 18 a los 13 a?os. Louis fue uno de los 150 estudiantes que consiguieron una entrada gratis. Apple afirma que entre los ganadores tambi¨¦n hab¨ªa un estudiante holand¨¦s, Puck Meerburg, que a sus 14 a?os ya ha creado 10 aplicaciones y con 11 ya hab¨ªa dado una charla TEDx.
Para ahorrar dinero durante la conferencia, Ryan y Louis compartieron habitaci¨®n en el famoso hotel Best Western. Aquel fue su primer encuentro en persona, y Louis observaba a Ryan con una especie de respeto reverencial. ¡°Todos los d¨ªas ten¨ªa que ir a alguna reuni¨®n con alg¨²n ejecutivo. Se le dan de maravilla las redes de contactos¡±.
Danielle Strachman, directora de programas de las becas Thiel, tambi¨¦n est¨¢ impresionada. ¡°?Me encanta el entusiasmo de Ryan!¡±, afirma. ¡°Es la encarnaci¨®n del joven ambicioso y con empuje¡±. Thiel concede cada a?o 100.000 d¨®lares a 20 j¨®venes para que los dediquen a proyectos de innovaci¨®n. Ryan es uno de los semifinalistas de este a?o. En junio anunciar¨¢n qui¨¦nes son los ganadores. Hunter Walk, socio de la empresa de inversiones Homebrew, reconoce que cabe el riesgo de encumbrar en exceso el ¨¦xito tecnol¨®gico temprano. ¡°Uno empieza a hacerse las mismas preguntas que se hace a prop¨®sito de las estrellas infantiles de Hollywood. ¡°?Han llegado a la c¨²spide con 17 a?os?¡±.
En su solicitud, Ryan escrib¨ªa: ¡°Me asusta que mis padres tuviesen raz¨®n cuando quer¨ªan que me centrase por completo en los estudios, pero en el fondo estoy convencido de que he hecho lo correcto¡±.
El joven emprendedor tambi¨¦n ha enviado solicitudes a una decena de universidades. Sus notas, sin embargo, han seguido bajando. Mientras tanto, ¨¦l y Michael siguen adelante con Finish. Tras haber visto la experiencia de algunos amigos en el mundo laboral, Louis tambi¨¦n ha decidido ¡°vivir la vida universitaria plenamente¡±. El oto?o pasado, se tom¨® unas vacaciones y aprendi¨® a tocar la guitarra por su cuenta. ¡°En el mundo real hay mucho trabajo. Quiero divertirme¡±, afirma Louis. ¡°Todav¨ªa me siento como un ni?o¡ o algo as¨ª¡±.
? 2013 The New York Times International Weekly
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