Omnigoogle
La UE pleitea contra el modo de actuar del gigante tecnol¨®gico El buscador controla el 90% de las b¨²squedas y decide lo que podemos conocer y olvidar
Hubo un tiempo en que la menci¨®n de la palabra Google despertaba admiraci¨®n, complicidad, simpat¨ªa. Pero esos d¨ªas han pasado. La empresa que sedujo al mundo con su aire innovador y sus letras de colores est¨¢ generando un heterog¨¦neo bloque de detractores. Tras haber salido indemne de un proceso que iniciaron las autoridades de competencia estadounidenses, y que cerraron en 2012, Google afronta una creciente presi¨®n para rendir cuentas en Europa. El reconocimiento que ha hecho la justicia comunitaria del llamado derecho al olvido, el acecho de los gobernantes para que pague impuestos por su lucrativa actividad y, principalmente, el procedimiento formal con que amaga la Comisi¨®n Europea por abuso de posici¨®n dominante est¨¢n agrietando su imagen.
Google tiene a la mayor autoridad de competencia del mundo pis¨¢ndole los talones. La Comisi¨®n Europea investiga desde 2010 si su indiscutible dominio en el mundo de Internet se ha labrado a costa de poner piedras en el camino a sus rivales. As¨ª lo creen hasta 20 entidades que figuran como denunciantes en el proceso que supervisa el vicepresidente de la Comisi¨®n y responsable de Competencia, Joaqu¨ªn Almunia.
El caso acaba de dar un giro que amenaza con poner en aprietos a la firma californiana. Hasta este verano, el propio comisario consideraba el acuerdo amistoso con la compa?¨ªa como la opci¨®n m¨¢s probable. Con el env¨ªo de su tercera propuesta para ajustarse a las reglas europeas, la empresa parec¨ªa tener una salida f¨¢cil. Pero esa v¨ªa se trunc¨® hace solo unos d¨ªas, cuando Competencia comunic¨® a Google que sus propuestas no eran satisfactorias.
La decisi¨®n se produjo tras varios meses de fuerte presi¨®n p¨²blica ¡ªcomisarios europeos, dirigentes pol¨ªticos en Francia y Alemania y gigantes de la edici¨®n¡ª para rechazar los compromisos de la empresa. Almunia niega tajantemente la influencia de esas presiones. ¡°Mi decisi¨®n obedece a que los denunciantes han aportado nuevos elementos s¨®lidos sobre el posible abuso de posici¨®n dominante de Google. No son argumentos que haya le¨ªdo en la prensa o que haya visto en debates parlamentarios, sino datos emp¨ªricos¡±, argumenta en conversaci¨®n con este diario.
La Comisi¨®n reprocha que el motor de b¨²squeda favorezca a los servicios de Google y perjudique a los competidores
La Comisi¨®n reprocha al gigante tecnol¨®gico cuatro pr¨¢cticas que cree contrarias a la libre concurrencia. La principal consiste en el modo de presentar servicios especializados, como hoteles o restaurantes, cuando el usuario hace una b¨²squeda. El motor de Google favorece la presencia de sus propios servicios, lo que limita la visibilidad de los competidores. La indignaci¨®n de quienes se sienten perjudicados por esas pr¨¢cticas ha acabado por acorralar a Google. ¡°Es universalmente conocido que los remedios que propusieron eran ineficaces¡±, critica David Wood, abogado de Iniciative for a Competitive Online Marketplace, asociaci¨®n que representa a varios demandantes del caso, entre ellos a un rival de Google: Microsoft. ¡°Almunia crey¨® que era mejor llegar a un acuerdo, pero Google no jug¨® su papel. No negociaron de buena fe¡±, dice Wood.
La empresa tecnol¨®gica simp¨¢tica ahora es un gigante con un poder inmenso que negocia con la Uni¨®n Europea de t¨² a t¨². Esa peque?a sociedad fundada por dos intr¨¦pidos ingenieros inform¨¢ticos, Larry Page y Sergey Brin, en California, hace 16 a?os, con un cheque de 80.000 euros est¨¢ ahora valorada en unos 315.000 millones de euros. Y controla el 90% de las b¨²squedas de Internet en Europa, seg¨²n StatCounter. En Estados Unidos, su omnipresencia es menor: domina en torno al 76% del mercado.
¡°Es la empresa m¨¢s poderosa del mundo porque es la que m¨¢s informaci¨®n tiene y la informaci¨®n es poder¡±, asegura sin ambages Alejandro Su¨¢rez S¨¢nchez-Oca?a, autor del libro Desnudando a Google, editado por Deusto en 2012: ¡°Parece que es un buscador, pero en realidad es la agencia de publicidad m¨¢s grande del planeta y la mayor base de datos privados, con la que comercia¡±, a?ade. ¡°Dentro de poco te dir¨¢ que es el cumple de tu mujer, que a¨²n no se ha comprado una tableta, y que hay una de oferta en una tienda cercana a la que te puedes acercar¡±. El activista franc¨¦s J¨¦r¨¦mie Zimmermann, entusiasta defensor de las libertas digitales y cabeza visible de la organizaci¨®n La Quadrature du Net, ahonda en este misma direcci¨®n. ¡°Son capaces de ver lo que pensamos con un simple tecleo en nuestro teclado¡±. Enrique Dans, bloguero y profesor de Innovaci¨®n en IE Business School, rebaja estas descripciones del poder del gigante tecnol¨®gico: ¡°En el caso de Google, la gente tiende a ver una amenaza mayor de la que hay: vende el acceso de las personas a la publicidad, pero creo que su comportamiento en la administraci¨®n de nuestros datos es bastante intachable¡±.
¡°Habr¨¢ m¨¢s investigaciones. Hay muchos problemas sobre el modo de operar de la compa?¨ªa¡±, dice Almunia
El inmenso poder que atesora la empresa con la monta?a de datos que gestiona le ha valido a Google este a?o una sentencia rompedora: la que reconoce a un ciudadano espa?ol, Mario Costeja, el llamado derecho al olvido, que permite a cualquier ciudadano solicitar al buscador que elimine una determinada informaci¨®n de las b¨²squedas si se siente perjudicado por ese contenido. Ese nuevo derecho, reconocido por el Tribunal Europeo de Justicia en mayo, supone que la firma pasa a desempe?ar el papel que antes ten¨ªan jueces y autoridades de protecci¨®n de datos: decidir si se retira o no una informaci¨®n cuando un ciudadano as¨ª lo reclama. ¡°Se est¨¢ dando a Google un poder omn¨ªmodo para decidir qu¨¦ contenido es accesible o no¡±, sostiene Alejandro Perales, presidente de la Asociaci¨®n de Usuarios de la Comunicaci¨®n.
Hasta ahora, Google ha recibido 150.000 solicitudes para el borrado de datos, seg¨²n la organizaci¨®n European Digital Rights. El modo de aplicarla genera recelos entre los consumidores. ¡°Ellos valoran cada petici¨®n en funci¨®n de sus propios criterios. Al final es una restricci¨®n a la libertad de comunicaci¨®n¡±, afirma Joe McNamee, director de esta entidad que defiende los derechos en la red.
A pesar de los problemas que atraviesa en Europa, el gigante ubicado en Mountain View mantiene, eso s¨ª, un notable m¨²sculo innovador. Quiere seguir cambi¨¢ndonos la vida. Con su proyecto biotecnol¨®gico Calico aborda los desaf¨ªos de salud del nuevo siglo alentando la investigaci¨®n para detener el envejecimiento. Con la plataforma del coche aut¨®nomo promete revolucionar al mundo del transporte. Y sigue adelante con las Google Glass, las gafas con pantalla incorporada. Juli¨¢n Beltr¨¢n, emprendedor tecnol¨®gico y uno de los tres desarrolladores de la plataforma Google Glass, destaca que la empresa siempre ha mantenido una dimensi¨®n filantr¨®pica que sigue viva con iniciativas como el Project Loon, con la que pretende llevar la conexi¨®n a Internet a lugares remotos y poco desarrollados mediante el uso de globos aerost¨¢ticos.
Bruselas es consciente de que los tent¨¢culos de Google van mucho m¨¢s all¨¢ del modo sesgado en el que presenta los resultados de sus b¨²squedas, pero prefiere ir paso a paso. Competencia tiene ya muy avanzada una investigaci¨®n preliminar sobre Android, el sistema de operativo de la firma estadounidense para tel¨¦fonos inteligentes. Y tambi¨¦n eval¨²a las quejas que suscita el desv¨ªo de tr¨¢fico que hace la compa?¨ªa de Larry Page hacia servicios propios como Youtube.
¡°Esta no es la ¨²nica investigaci¨®n que habr¨¢ sobre Google. Habr¨¢ m¨¢s porque hay muchos problemas relacionados con el modo c¨®mo opera la compa?¨ªa¡±, aventura Joaqu¨ªn Almunia. Los problemas que acumula la empresa pueden convertir este dossier en el mayor al que se han enfrentado nunca las autoridades europeas de competencia.
Google mantiene adem¨¢s un enconado pulso con los editores europeos, y, sobre todo, con los espa?oles, que esperan que la llamada Tasa Google, en tr¨¢mite en el Senado, salga adelante, de modo que agregadores de noticias como Google News paguen por usar los contenidos de los medios. ¡°Google se dedica a la publicidad y al lobby, negocia directamente con los gobiernos¡±, dice Jos¨¦ Gabriel Gonz¨¢lez Arias, director general de la Asociaci¨®n de Editores de Diarios Espa?oles (AEDE), ¡°y cada vez est¨¢ encontrando vez una mayor resistencia¡±.
Tanto el sector como otras fuentes comunitarias consideran que la ¨²nica salida posible ahora es comenzar la ofensiva contra la compa?¨ªa: abandonar la hip¨®tesis de un acuerdo y lanzar un pliego de cargos que amedrente a la firma y la obligue a ofrecer soluciones que eliminen su abuso de poder. Ese proceso puede concluir con una prohibici¨®n de comunitaria de mantener sus pr¨¢cticas y, eventualmente, con una multa que alcance hasta el 10% de su facturaci¨®n. Nunca una sanci¨®n por abuso de dominio ha alcanzado ese techo.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.