La extra?a moda de escucharlo todo al doble de velocidad
La denominada "escucha acelerada" crece por el r¨¢pido consumo cultural y de ocio
Si no tiene tiempo para leer, compre un audiolibro. Si tampoco tiene paciencia para escucharlo, acelere el ritmo y ponga al narrador a hablar al 200% de su capacidad. Ahorre en silencios, puntos y aparte, pausas dram¨¢ticas, transici¨®n entre cap¨ªtulos... y as¨ª habr¨¢ conseguido leer un libro de 400 p¨¢ginas en tres d¨ªas. Luego, vaya a por el segundo y, despu¨¦s, a por el tercero.
Si lo suyo son las series de televisi¨®n, haga lo mismo. Hay quien asegura haber visto una temporada de Breaking Bad en 8 horas, cuando duraci¨®n normal es de doce. Acelere, acelere, que nada lo detenga. Usted puede leer y escuchar por encima de sus posibilidades. Con un poco de suerte y gracias a su gesti¨®n eficiente del tiempo, habr¨¢ terminado muchos libros y series al final del verano. Las opciones para optimizar el tiempo son infinitas. En 2015 si alguien crea una app de reproducci¨®n audiovisual ha de introducirle la opci¨®n de acelerar la velocidad. Al 150%, al 200% o incluso m¨¢s. Es la norma.
Cuenta Ashlee Vance, autor de la biograf¨ªa del Elon Musk que recibi¨® recientemente un correo electr¨®nico en apariencia elogioso. El director general de Kaggle, una startup con sede en San Francisco, le informaba de que hab¨ªa quedado totalmente fascinado por su libro: "Lo escuch¨¦ a doble velocidad (2x) en la versi¨®n de Audible [la divisi¨®n de audiolibros de Amazon] y lo termin¨¦ en tres d¨ªas. No era capaz de soltarlo. ?Enhorabuena!".
Aunque los m¨¦todos de lectura y escucha r¨¢pida se hicieron populares para el aprendizaje, la pr¨¢ctica del 'speed listening'?es ahora m¨¢s habitual para el ocio. Se trata de optimizar tambi¨¦n el tiempo dedicado al entretenimiento.
Antes de que el libro saliera en papel ya era un superventas en Audible y Elon Musk es una especie de dios en Silicon Valley por eso Vance pens¨® que una buena parte de sus lectores hab¨ªa manipulado el ritmo de su historia para hacer "un vaciado de informaci¨®n eficiente", un proceso m¨¢s cercano a repostar un coche que al placer de leer una buena historia. "Nunca antes me hab¨ªa pasado nada parecido", confes¨® en una entrevista a la revista The Atlantic,?"esta gente est¨¢ escuchando mi libro a doble velocidad para ingerir informaci¨®n a un ¨ªndice m¨¢s eficiente. Es una conducta propia de Silicon Valley: conectar el cerebro a una m¨¢quina y bajar el m¨¢ximo de informaci¨®n posible a la mayor velocidad de transferencia disponible". Es un proceso mec¨¢nico donde manda la eficiencia, no la emoci¨®n.
Para un escritor cuyo oficio es buscar la palabra exacta, el tono adecuado para cada personaje, la extensi¨®n perfecta y la cadencia de los di¨¢logos, esta especie de atrac¨®n literario lo deja, como describe el propio Vance, "en shock".
El periodista Arturo Paniagua, que presenta Playlist.es, un podcast que revela sus descubrimientos musicales, se define como "un talib¨¢n" del asunto. "Conozco el fen¨®meno, casi todas las apps para escucha de podcasts traen la opci¨®n de variar la velocidad, que me parece contra natura para escuchar programas de radio. Aunque creo que para audiolibros puede ser un atajo interesante si alguien no dispone de mucho tiempo, sobre todo si se trata de audiolibros m¨¢s did¨¢cticos", matiza.
Jos¨¦ ?ngel Esteban ense?a Comunicaci¨®n Audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid y tambi¨¦n concede que algunos archivos de audio pueden consumirse con la velocidad alterada, as¨ª como hay textos que pueden leerse con una lectura transversal. "Por ejemplo, un curso repetitivo para aprender un idioma, un documento econ¨®mico. No todo merece un consumo delicado y cuidado, pero si usted engulle una sinfon¨ªa de Beethoven a 2x estar¨¢ escuchando otra cosa que de seguro no ser¨¢ la m¨²sica que concibi¨® su creador".
"Soy muy fan de los podcasts musicales ¡ªagrega Paniagua¡ª, y es evidente por qu¨¦ ser¨ªa un error acelerarlos: nadie quiere escuchar la m¨²sica de Alvin y las ardillas. Es una de las cosas que conseguido Internet: permitir al usuario modificar a su antojo la obra de alguien para consumirla m¨¢s f¨¢cil, m¨¢s r¨¢pido, m¨¢s barata... Y quiz¨¢s esa gran disrupci¨®n debe mantenerse alejada, pero mucho, de la narrativa, porque un autor escoge y crea un formato para sus historias y as¨ª es como deben ser contadas. Me parece bien que el usuario pueda elegir c¨®mo, cu¨¢ndo y d¨®nde consume su obra, pero que esto no afecte la naturaleza del contenido".
'SmartSpeed' no se limita a aumentar la velocidad de reproducci¨®n sino que, a trav¨¦s de un algoritmo, elimina todo lo que ralentiza la narraci¨®n y no es imprescindible para la comprensi¨®n
Escuchar es en s¨ª mismo un proceso menos eficiente, desde el punto de vista de la atenci¨®n, que leer. Rara vez se escucha en exclusiva, y precisamente el ¨¦xito de los podcasts se explica, entre otras cosas, por su capacidad de adaptarse sin grandes traumas al estilo de vida multitarea en que se ha sumergido el mundo occidental. As¨ª usted ir¨¢ escuchando su libro o su serie preferida mientras va en el metro, va de compras o hace recados por el barrio. Si se tercia pondr¨¢ el reproductor a 1.5x o a 2x, y acabar¨¢ antes. ?Qu¨¦ importa que se haya dejado en el camino un matiz o alguna fina iron¨ªa construida con esfuerzo por el guionista? Lo gordo ya lo llevar¨¢ en la cabeza.
Speed listening?¡ªen castellano, "escucha acelerada"¡ª es el nombre dado a este modo de consumir informaci¨®n. Es el equivalente a los m¨¦todos de lectura r¨¢pida o la versi¨®n para audio de los maratones de series de televisi¨®n que permiten devorar en una ma?ana varias temporadas. "Adem¨¢s de ahorrar tiempo, me obliga a estar m¨¢s concentrada y a prestar m¨¢s atenci¨®n", asegura MFG, consumidora habitual de series a 1.5x. Hacerlo m¨¢s r¨¢pido para ella es todav¨ªa un desaf¨ªo, pero reconoce que solo se permite ver una serie en su velocidad original si tiene mucha m¨²sica que le guste.
Aunque los m¨¦todos de lectura y escucha r¨¢pida se hicieron populares para el aprendizaje, la pr¨¢ctica del speed listening es ahora m¨¢s habitual para el ocio. Se trata de optimizar tambi¨¦n el tiempo dedicado al entretenimiento.
La puerta del speed listening la abri¨® Apple en un dispositivo dise?ado para el ocio: el iPod, fue ah¨ª donde apareci¨® en 2004 la primera opci¨®n para personalizar el audio de los podcasts. Se pod¨ªa escoger escucharlos tal y como hab¨ªan sido creados o elevar los puntos de velocidad para ponerle las pilas al narrador. En 2007 el m¨¦todo de gesti¨®n de la productividad GTD (Getting Things Done, traducido al espa?ol como Organ¨ªzate con eficacia) recomendaba ajustar la velocidad de los v¨ªdeos o los audiolibros al 150% para leer m¨¢s, y en 2010 otro blog tecnol¨®gico, GigaOm, suger¨ªa acelerar la velocidad de reproducci¨®n como una t¨¦cnica de ahorro de tiempo.
Finalmente, el a?o pasado lleg¨® Overcast, una app creada por Marco Arment, fundador de Instapaper, con una opci¨®n llamada SmartSpeed que se vende como la forma m¨¢s inteligente de acelerar un audio sin afectar el contenido. No se limita a aumentar la velocidad de reproducci¨®n, sino que a trav¨¦s de un algoritmo elimina todo lo que puede ralentizar la narraci¨®n y que no es imprescindible para la comprensi¨®n. L¨¦ase: los tiempos muertos, las pausas entre oraciones, las introducciones, las transiciones entre cap¨ªtulos. En resumen, todo lo que suele distinguir un libro de texto de una novela o un podcast did¨¢ctico de una serie de ficci¨®n. De acuerdo con las indicaciones de Overcast, en seis meses de uso se habr¨¢n ahorrado diez horas de escucha.
The Verge ilustraba los efectos de acelerar la velocidad en un audio con la c¨¦lebre versi¨®n para radio de La Guerra de los mundos dramatizada por Orson Welles en 1938 desde un estudio de la Columbia Broadcasting. En su versi¨®n original, la historia consigui¨® aterrorizar a Estados Unidos: miles de personas creyeron que su pa¨ªs estaba sufriendo un ataque extraterrestre. El mismo audio escuchado a 1.5x parece una broma de mal gusto. Nadie se lo hubiera cre¨ªdo.
"En la puesta en escena sonora es tan importante lo que se dice como lo que se calla. La frecuencia, el ¨¦nfasis, las ausencias... esos cuatro o cinco segundos en los que alguien no responde. Eso genera mucho significado. Todos esos matices son muy dif¨ªciles de conservar si se altera el tempo original, el resultado final se tergiversar¨ªa", explica el profesor Esteban.
Muchos productores de podcasts reconocen con la boca peque?a que la popularidad de la escucha acelerada empieza a afectar su modo de creaci¨®n. Por ejemplo, ralentizan los di¨¢logos teniendo en cuenta que van a ser consumidos a 2x o escogen una m¨²sica que no se distorsione demasiado cuando el usuario accione el acelerador.
"Escuchar podcasts e incluso audiolibros con una estructura narrativa marcada (biograf¨ªas, novelas, relatos) a 2x es la peor opci¨®n posible. Es como ver la televisi¨®n sin mirar ni un segundo a la pantalla", dice el creador de Playlist.es, quien apunta que est¨¢n apareciendo soluciones para paliar este "drama", entre ellas NPR ONE, una app de la radio p¨²blica estadounidense que se adapta a los gustos y agenda del usuario: "Si solo tienes 20 minutos o una hora, la app te devuelve un contenido o una serie que solo ocupe ese tiempo".
Los episodios de Serial, una spinoff del programa de radio This American life son uno de los que m¨¢s sufren la moda de la escucha acelerada en Estados Unidos. A Serial se le adjudica la vuelta de una segunda ¨¦poca dorada del audio. Se dice que ha hecho por los podcasts lo que en su d¨ªa hizo Los Soprano por la televisi¨®n. Para Arturo Paniagua escuchar esos podcast a doble velocidad es un crimen. "El programa juega muy bien con la tensi¨®n, los sonidos, los silencios, la m¨²sica. Todo eso al acelerarse se pierde. Tambi¨¦n ocurre con otros shows de ficci¨®n como Selected shorts. En un podcast como WTF with Marc Maron, un programa de entrevistas, sucede lo mismo: cambias la velocidad y la conversaci¨®n se hace torpe... Al final el usuario no puede procesar lo que escucha por mucho que piense que lo hace".
"Llevamos siglos respetando la visi¨®n art¨ªstica de los creadores", opina Diana Z¨²?iga, aficionada a los maratones expr¨¦s de series. "Ahora podemos ver una pel¨ªcula creada para pantalla IMAX en el m¨®vil o decidir qu¨¦ tiempo vamos a dedicar a escuchar una historia. Es una gran ventaja para el consumidor. ?Respetar el tiempo que el creador escogi¨® para contar su historia? ?Eso es acaso una obligaci¨®n moral?", ironiza.
El fen¨®meno del speed listening, como el de los maratones de series a alta velocidad, se hace fuerte en un ambiente que favorece como nunca antes la ansiedad por el consumo intelectual, cultural o de ocio. "Todo est¨¢ permitido menos no tener una opini¨®n sobre cada cosa y es imposible abarcarlo todo", reflexiona Esteban, que reconoce que una escucha o un vistazo r¨¢pido pueden servir para dejar "cierto aroma" para mantener una conversaci¨®n. La etiqueta para nombrar este miedo a perderse algo es el FOMO (Fear Of Missing Out) de las redes sociales, pero ahora en el ¨¢mbito pop y cultural. Exacerbado, adem¨¢s, por la tecnolog¨ªa digital que pone a su alcance la opci¨®n de la doble o la triple aceleraci¨®n para que usted decida a que velocidad quiere culturizarse. De placer, disfrute y otros valores no utilitarios nadie habla. Estamos de lleno en el territorio de la eficiencia.
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