El m¨®vil muda de piel
Los tel¨¦fonos, tal y como los conocemos hoy, van a desaparecer. Pero tendr¨¢n un protagonismo a¨²n mayor en nuestras vidas
No podemos vivir sin ¨¦l. Sentimos p¨¢nico e incluso fobia (nomofobia) cuando no lo tenemos cerca. Es el objeto que m¨¢s tiempo pasa con nosotros, superando incluso al tiempo que dedicamos a nuestros seres m¨¢s queridos. El m¨®vil, compa?ero inseparable, en sus poco m¨¢s de 30 a?os de vida se ha convertido en el dispositivo tecnol¨®gico con m¨¢s adopci¨®n en la historia de la humanidad, siendo un fen¨®meno global. Ya hay m¨¢s m¨®viles que humanos en el mundo.
Los tel¨¦fonos m¨®viles de hoy son, en realidad, potentes miniordenadores conectados. Nos permiten realizar nuestro trabajo o estudio fuera de la oficina, nos entretienen y nos ayudan a estar en contacto con decenas, cientos o incluso miles de personas a trav¨¦s de redes sociales y aplicaciones de comunicaci¨®n.
A pesar de su sofisticaci¨®n tecnol¨®gica, a pesar de llamarlos smartphones, los m¨®viles de hoy en su aspecto son muy similares a los de hace 10 o incluso 20 a?os. Pero, ?qu¨¦ futuro le depara al m¨®vil?
Teniendo en cuenta varias tendencias tecnol¨®gicas, me aventuro a predecir que el m¨®vil, tal y como lo conocemos hoy, desaparecer¨¢. Veamos, brevemente, cuales son las tendencias -y reflexiones derivadas de las mismas-, que contribuir¨¢n a la desaparici¨®n del m¨®vil actual:
ADI?S A LA PEQUE?A PANTALLA. Una de las mayores limitaciones de los m¨®viles es su peque?a pantalla, que nos obliga a estar constantemente mirando hacia abajo, adoptando una postura poco ergon¨®mica y teniendo que ignorar el entorno que nos rodea. Gracias al desarrollo de gafas de realidad aumentada (Google Glass), de realidad virtual (Oculus Rift, Hololens de Microsoft), e incluso gracias a la potencial estimulaci¨®n directa de la retina, podremos liberarnos de la esclavitud de tener que mirar siempre hacia abajo. De hecho, el mercado global de lo que se conoce como pantallas montadas en la cabeza (head mounted displays) se espera que alcance los 12,28 miles de millones de d¨®lares en el a?o 2020.
LA PROLIFERACI?N DE 'WEARABLES': Hace un par de a?os nadie sab¨ªa lo que significaba el t¨¦rmino wearable. Hoy se habla de ellos como una de las tendencias tecnol¨®gicas m¨¢s importantes, y encontramos wearables en todas partes. Los wearables son dispositivos electr¨®nicos que llevamos puestos, la mayor¨ªa de ellos en modo de accesorio, y que monitorizan aspectos como nuestro nivel de actividad, las fases del sue?o, el ritmo cardiaco o incluso los niveles de az¨²car en la sangre. Una tendencia relacionada son los ¡°chips implantables¡± que consisten en peque?os chips ¨Cllamados lab on a chip¡ªque se implantan en el cuerpo y pueden medir niveles bioqu¨ªmicos de la sangre, lo cual es tremendamente ¨²til para personas con enfermedades cr¨®nicas (como la diabetes por ejemplo) o para atletas.
La mayor¨ªa de los wearables de hoy se conectan al tel¨¦fono m¨®vil v¨ªa Bluetooth. Y aunque sin el m¨®vil, que proporciona tanto la capacidad de procesamiento y almacenamiento, como la de visualizaci¨®n de los datos, los wearables de hoy en d¨ªa tendr¨ªan una utilidad limitada, la adopci¨®n masiva de wearables conllevar¨¢ una transformaci¨®n de los m¨®viles.
EL RETORNO DE LA VOZ. Volveremos a usar la voz, hoy en d¨ªa la gran ausente en las interacciones con el m¨®vil, sobre todo entre los m¨¢s j¨®venes que primordialmente usan el texto para comunicarse con los mismos. Gracias a recientes avances muy significativos en el reconocimiento del habla (cuyo mercado se estima alcanzar¨¢ 113.2 miles de millones de d¨®lares en 2017 tras un crecimiento anual sostenido de m¨¢s de un 16%), la voz ocupar¨¢ un papel m¨¢s importante en nuestras interacciones con el m¨®vil a trav¨¦s de asistentes personales (Cortana, Siri) e interfaces basados en el habla, dando lugar a un concepto de m¨®vil diferente al actual.
DE INTERACCI?N VISUAL A MULTIMODAL O CEREBRAL. ?Por qu¨¦ limitarnos a la vista y la voz en nuestra comunicaci¨®n a distancia cuando en realidad tenemos cinco sentidos? Nuestras interacciones con el m¨®vil no ser¨¢n exclusivamente visuales y auditivas, sino que podremos incorporar el sentido del tacto -pudiendo enviar por ejemplo besos en la distancia- o transmitir y reconocer olores y sabores con el m¨®vil, tal y como ilustra el trabajo del profesor Adrian Cheok. Probablemente, uno de los hitos m¨¢s importantes en la historia de la comunicaci¨®n a distancia ser¨¢ la capacidad de comunicarnos con el pensamiento. Aunque parezca ciencia-ficci¨®n, ya podemos hoy controlar robots, helic¨®pteros; mover brazos o piernas prost¨¦ticas, jugar videojuegos y enviar informaci¨®n remotamente simplemente con nuestros pensamientos. Es lo que se conoce como interacci¨®n cerebro-ordenador, que hoy en d¨ªa conlleva ponerse una serie de electrodos en la cabeza. Con la progresiva miniaturizaci¨®n de la tecnolog¨ªa y los avances en las t¨¦cnicas de inteligencia artificial y de reconocimiento de patrones, los prototipos de interacci¨®n cerebro-ordenador ser¨¢n cada vez m¨¢s peque?os y usables, de manera que en el futuro podr¨ªamos comunicarnos en la distancia simplemente con nuestro pensamiento.
LA LLEGADA DEL M?VIL INTELIGENTE. Aunque los llamemos smartphones, los m¨®viles de hoy no son muy inteligentes: tienen un conocimiento muy limitado o nulo sobre qui¨¦nes somos, c¨®mo nos sentimos, o qu¨¦ estamos haciendo entre otras cosas. Sin embargo, en el futuro nuestros m¨®viles cada vez van a estar dotados de una inteligencia mayor, de manera que tendr¨¢n un mejor conocimiento del contexto en el que nos encontramos, de nuestros gustos y necesidades, para as¨ª poder convertirse, eventualmente, en verdaderos asistentes.
EL M?VIL COMO SENSOR DE LA HUMANIDAD. La ubicuidad de los tel¨¦fonos m¨®viles nos est¨¢ permitiendo por primera vez en la historia de la humanidad, analizar datos sobre el comportamiento humano a nivel agregado y anonimizado, datos sobre ciudades, pa¨ªses o incluso continentes enteros. La oportunidad que representa la existencia de esa informaci¨®n sobre la poblaci¨®n es inmensa, sin precedentes, especialmente para ayudar a entidades gubernamentales y organizaciones humanitarias a tomar mejores decisiones, por ejemplo ante un desastre natural o una amenaza de pandemia. Es lo que llamamos en mi grupo de investigaci¨®n Big Data para el Bien Social.
REDEFINICI?N DE QUI?NES SOMOS COMO ESPECIE. Esta relaci¨®n continua ¨Ce incluso ¨ªntima¡ª que tenemos con nuestros m¨®viles, combinada con nuestra neuroplasticidad, est¨¢ ya redefiniendo qui¨¦nes somos como especie humana. Habilidades que eran comunes en un pasado, est¨¢n obsoletas hoy (?cu¨¢ndo fue la ¨²ltima vez que memoriz¨® un n¨²mero de tel¨¦fono?). Aunque desconocemos las consecuencias a medio-largo plazo de dichos cambios en, nuestra memoria, nuestra habilidad para concentrarnos y distraernos, nuestras necesidades, nuestro estado emocional y nuestras relaciones interpersonales, hemos de ser conscientes de las mismas. Toda tecnolog¨ªa adoptada universalmente conlleva una redefinici¨®n de nosotros mismos, y el m¨®vil, sin duda, tambi¨¦n.
Est¨¢ claro que los m¨®viles, aunque tal y como los conocemos hoy probablemente desaparezcan, tendr¨¢n un protagonismo en nuestras vidas a¨²n mayor que hoy en d¨ªa. Tambi¨¦n lo ser¨¢ su impacto a trav¨¦s de una redefinici¨®n de qui¨¦nes somos como especie. Redefinici¨®n que tiene el riesgo de hacernos perder habilidades fundamentales hasta ahora, pero tambi¨¦n el potencial de mejorar nuestra calidad de vida a nivel individual y colectivo, as¨ª como de permitirnos afrontar retos globales acuciantes, como el envejecimiento de la poblaci¨®n o la prevalencia de las enfermedades cr¨®nicas. Aprovechemos de manera responsable y consciente las oportunidades de los m¨®viles no solo para hacernos mejores, sino tambi¨¦n mejorar el mundo.
Nuria Oliver es doctora por el MIT (Massachusetts Institute of Technology) en inform¨¢tica y directora cient¨ªfica en Telef¨®nica I+D.
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