Muere el padre de la inteligencia artificial que inspir¨® ¡®2001¡¯ y ¡®Parque Jur¨¢sico¡¯
Marvin Minsky fallece a los 88 a?os tras una vida dedicada a la reflexi¨®n sobre el pensamiento y el dise?o de m¨¢quinas capaces de aprender
Marvin Minsky cre¨ªa que, en el futuro, los humanos seremos m¨¢quinas reparables y los robots tendr¨¢n una inteligencia equiparable a la nuestra. Aunque ese tiempo a¨²n no ha llegado, el camino que Minsky inici¨® en la d¨¦cada de los a?os 50 como uno de los padres de la inteligencia artificial ha cambiado para siempre el desarrollo de ordenadores y otras tecnolog¨ªas que alg¨²n d¨ªa podr¨ªan llegar a cumplir el mayor de sus sue?os: tener sentido com¨²n.
Minsky?muri¨® el pasado domingo en Boston a los 88 a?os tras una vida dedicada a la investigaci¨®n, la m¨²sica y la ciencia-ficci¨®n. En 1968, Stanley Kubrick llam¨® a su puerta para que le asesorara sobre su pel¨ªcula 2001, una odisea del espacio, en la que el m¨ªtico ordenador HAL se rebela contra sus creadores humanos. Minsky, que estuvo a punto de morir aplastado por maquinaria durante el rodaje, siempre fue un ac¨¦rrimo defensor de la ciencia ficci¨®n para explicar las complejidades de la investigaci¨®n: ¡°Ayuda a dejar m¨¢s claras las implicaciones de tu trabajo¡±, explic¨®.
Tras servir un a?o en la Marina durante la II Guerra Mundial, este neoyorquino se doctor¨® en matem¨¢ticas. En 1956 fue uno de los cuatro fundadores del campo de la inteligencia artificial en una m¨ªtica conferencia celebrada en el Dartmouth College de New Hampshire. Junto a ¨¦l estaban John McCarthy, de la Universidad de Stanford y Allen Newell y Herbert Simon, ambos de Carnegie Mellon. Minsky es el ¨²nico que quedaba vivo.
'Parque Jur¨¢sico'
Tres a?os despu¨¦s del acto fundacional el matem¨¢tico cre¨® el Laboratorio de Inteligencia Artificial del Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT), donde desarroll¨® casi toda su carrera. Los primeros ejemplos de su trabajo en los cincuenta y sesenta fueron un esc¨¢ner visual para llevarlo en la cabeza, manos rob¨®ticas con sensores t¨¢ctiles, el microscopio confocal, que a¨²n se usa en biolog¨ªa, o las primeras redes neuronales capaces de aprender.
Uno de los mensajes constantes de Minsky fue que, en esencia, no hay diferencia entre la inteligencia humana y la rob¨®tica. Profundizar en el conocimiento del cerebro ayudar¨ªa a desarrollar m¨¢quinas cada vez m¨¢s inteligentes que podr¨ªan llegar a hacer todo lo que hacen las personas.
Medio siglo despu¨¦s de la conferencia de Dartmouth, a Minsky le sorprend¨ªa la poca gente que intentaba entender el pensamiento a un nivel superior. "?C¨®mo puede un chaval de tres o cuatro a?os ser tan bueno en el razonamiento basado en el sentido com¨²n que aparentemente ninguna m¨¢quina puede hacer?", se preguntaba Minsky en 2006 en una entrevista en Tech Review. La gran diferencia, dijo, es que, cuando los peque?os tienen problemas para entender algo, piensan autom¨¢ticamente: "?Qu¨¦ me pasa?, ?Por qu¨¦ estoy perdiendo el tiempo con esto? o ?Por qu¨¦ no me funciona esta forma de pensar, habr¨¢ alguna mejor?¡±.
En 1968, Stanley Kubrick llam¨® a su puerta para que le explicara hasta d¨®nde podr¨ªan ser capaces de llegar las m¨¢quinas inteligentes
Su trabajo pionero tambi¨¦n supuso una transformaci¨®n revolucionaria en computaci¨®n, la de convertir las enormes calculadoras que eran los primeros ordenadores en las m¨¢quinas vers¨¢tiles y personales que son ahora. Minsky recibi¨® en vida importantes galardones, como el premio Turing en 1970 y el Fronteras del Conocimiento en 2013.
En una entrevista con EL PA?S en verano de 2014, el matem¨¢tico record¨® otra de sus contribuciones, cuando inspir¨® el argumento de Parque Jur¨¢sico a Michael Crichton. ¡°Apenas fueron cinco minutos de conversaci¨®n en la playa de Santa M¨®nica. Los suficientes para hablar de f¨®siles, c¨¦lulas y dinosaurios¡±, explic¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.