?Es el fin de las contrase?as?
La industria tecnol¨®gica busca alternativas ante una demoledora evidencia: una de cada tres personas no protege su m¨®vil
Una de cada tres personas no protege su m¨®vil mediante una contrase?a. El demoledor dato lo pone sobre la mesa Raj Samani, directivo de Intel Security, para alertar sobre la aparente indiferencia de los usuarios ante las crecientes amenazas en la red. Mientras los ataques cibern¨¦ticos crecen de manera exponencial y afectan a cualquier usuario, la gran mayor¨ªa vive ajena a este fen¨®meno. Todav¨ªa hay un porcentaje muy elevado de usuarios que no protege su m¨®vil con contrase?a ?La causa? Vivimos un extra?o pulso entre la conveniencia y la seguridad. Si se aumenta la primera, disminuye la segunda, y viceversa. Si resulta demasiado complicado desbloquear el smartphone cada vez que llega una nueva notificaci¨®n, el usuario optara por relajar sus l¨ªneas de defensa, y de ah¨ª ese alarmante dato. Los fabricantes son bien conscientes de esta circunstancia y, por ello, han comenzado a aplicar sistemas biom¨¦tricos para identificar al usuario de una forma inequ¨ªvoca pero muy c¨®moda, como el sistema TouchID de Apple.
Los fabricantes han comenzado a aplicar sistemas biom¨¦tricos para identificar al usuario de una forma inequ¨ªvoca pero m¨¢s c¨®moda
El eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil en esta cadena es siempre el humano: son todav¨ªa muchas las personas que no protegen de ninguna manera el acceso a sus tel¨¦fonos m¨®viles, dejando al alcance de cualquiera no s¨®lo la informaci¨®n m¨¢s personal, sino tambi¨¦n datos, v¨ªdeos y fotograf¨ªas m¨¢s personales. Un alarmante informe en Estados Unidos ha advertido que el 14% de los m¨¦dicos que almacenan el historial de sus pacientes en el m¨®vil no usa ning¨²n tipo de contrase?a. Otro estudio ha desvelado que cerca de un 15% de los usuarios almacena sus contrase?as en el m¨®vil, de manera que si ¨¦ste cae en manos ajenas, queda al descubierto y accesible toda nuestra informaci¨®n personal.
Apuesta por la biometr¨ªa
Los ¨²ltimos avances se dirigen hacia acabar por fin con las contrase?as. Esta forma de proteger nuestra informaci¨®n se ha convertido al final en un propio problema en s¨ª: el usuario lo considera un engorro y lo esquiva como puede. En 2015 se mantuvo invariable la lista de contrase?as m¨¢s utilizadas entre los usuarios, de manera que si uno se encuentra con un m¨®vil por la calle, tiene altas posibilidades de desbloquearlo tecleando ¡®12345¡¯ o ¡®qwerty¡¯ ?Qu¨¦ se propone como alternativa? Algo que combine eficazmente la seguridad con la conveniencia, y eso es lo que hacen precisamente los sistemas biom¨¦tricos, como la huella digital, la identificaci¨®n facial empleando la c¨¢mara o bien una combinaci¨®n de ambos.
Estos sistemas son muy c¨®modos de utilizar por parte del usuario y mucho m¨¢s seguros que las contrase?as, ya que la identificaci¨®n del usuario es inequ¨ªvoca y no cabe la opci¨®n de que alguien tenga conocimiento de nuestra contrase?a y pueda acceder a nuestro dispositivo. Mencion¨¢bamos antes el desbloqueo del m¨®vil empleando la huella digital, pero los ¨²ltimos sistemas emplean algo mucho m¨¢s cotidiano: la c¨¢mara frontal del m¨®vil. La identificaci¨®n del rostro ahorra el engorro de tener que teclear la contrase?a, y su funcionamiento es cada vez m¨¢s efectivo.
El 14% de los m¨¦dicos que almacenan el historial de sus pacientes en el m¨®vil no usa ning¨²n tipo de contrase?a
Pero hasta que estos sistemas sean de uso masivo entre los usuarios, se pueden emplear gestores de contrase?as, unas aplicaciones que se encargan no s¨®lo de almacenar de forma segura, sino tambi¨¦n de sugerir nuevas por cada sitio que nos registramos. La m¨¢s moderna de ellas, TrueKey, emplea varios niveles de reconocimiento biom¨¦trico para proteger las valiosas contrase?as de manos ajenas: el usuario puede configurar el desbloqueo mediante reconocimiento facial, huella dactilar o incluso combinando ambas opciones.
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