?Qu¨¦ est¨¢ pasando bajo la copa de los ¨¢rboles del Amazonas?
Un proyecto internacional usa la inteligencia artificial para medir la salud del bosque con una red de sensores instalados debajo de la cubierta vegetal
La actividad humana reduce la biodiversidad del Amazonas. Algunos estudios, como un art¨ªculo publicado en la revista Nature, el pasado julio, apuntan incluso a p¨¦rdidas cercanas ¨Co superiores¨C a la mitad de las especies en aquellos sectores donde la masa forestal se ha reducido en un 20%. Pero, ?hasta qu¨¦ punto estos resultados son precisos? Un proyecto internacional busca responder a esta pregunta, al menos en lo que concierne al conocimiento de la fauna. Para conseguirlo, los investigadores que hay detr¨¢s de la iniciativa instalar¨¢n una red de sensores en la reserva natural de Mamirau¨¢ (Brasil).
Para los responsables de la iniciativa, llamada Providence, las herramientas usadas hasta ahora presentan serias limitaciones. La exploraci¨®n con drones o sat¨¦lites permite conocer de forma exhaustiva el estado de la cubierta forestal y saber, por ejemplo, si una parcela de selva est¨¢ sufriendo los estragos de la deforestaci¨®n. Sin embargo, todo aquello que suceda por debajo de las copas de los ¨¢rboles escapa a su mirada. Y, si bien las observaciones sobre el terreno permiten obtener informaci¨®n detallada sobre el estado de la fauna, estas obligan a los cient¨ªficos a trabajar en un punto de la selva. Un m¨¦todo costoso, por la inversi¨®n que conlleva realizar una expedici¨®n y por el riesgo que supone para los propios cient¨ªficos. Este tipo de estudios, adem¨¢s, solo permiten conocer la situaci¨®n en una parcela de la masa forestal.
La exploraci¨®n con drones o sat¨¦lites permite conocer el estado de la cubierta forestal, sin embargo, todo aquello que suceda por debajo de las copas de los ¨¢rboles escapa a su mirada
Para cubrir este vac¨ªo, los investigadores pondr¨¢n en marcha una red de sensores en distintos puntos de la reserva natural de Mamirau¨¢, en la regi¨®n del Amazonas central. Cada uno de los nodos de la red contar¨¢ con micr¨®fonos y c¨¢maras, que le permitir¨¢n captar de forma autom¨¢tica sonidos e im¨¢genes de los animales que habiten en la zona. Los datos recogidos se transmitir¨¢n por sat¨¦lite en tiempo real, para que investigadores de todo el mundo puedan aprovecharlos. La idea es contar con un m¨¦todo para recoger informaci¨®n sobre lo que pasa con la fauna en el interior de la selva de forma continua, ampliando al m¨¢ximo el ¨¢rea de estudio. Todo ello, al tiempo que se reduce al m¨ªnimo la presencia humana, y el coste que se deriva de ponerla sobre el terreno. En este esfuerzo participan cient¨ªficos del Instituto de Desarrollo Sostenible Mamirau¨¢?(IDSM, coordinador de Providence); el Laboratorio de Aplicaciones Bioac¨²sticas de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a (UPC), a trav¨¦s de la Fundaci¨®n Sense of Silence, el centro de investigaci¨®n australiano CSIRO, y la Universidad Federal del Amazonas.
?De d¨®nde surgi¨® la idea? A juzgar por la explicaci¨®n de Michel Andr¨¦, director del Laboratorio de Aplicaciones Bioac¨²sticas de la UPC, la casualidad tuvo mucho que ver: ¡°Hay un inter¨¦s por preservar los delfines rosados en Mamirau¨¢. Hace dos a?os pusimos all¨ª la primera estaci¨®n [de hidr¨®fonos] bajo el agua [para medir su presencia en el lugar]. Estando all¨ª en contacto con los investigadores, escuchamos las dificultades que ten¨ªan para investigar bajo la cubierta vegetal. Les propusimos ampliar la cobertura ac¨²stica a especies terrestres, a?adiendo micr¨®fonos al sistema de an¨¢lisis. Esto se pudo hacer el a?o pasado¡±.?Emiliano Ramalho, investigador del IDSM y coordinador de Providence, tuvo entonces la idea de completar el sistema con un an¨¢lisis de im¨¢genes en tiempo real, contando para ello con el CSIRO, especializado en el reconocimiento autom¨¢tico de im¨¢genes.
Los nodos de la red contar¨¢n con micr¨®fonos y c¨¢maras para captar de forma autom¨¢tica sonidos e im¨¢genes de los animales que habiten en la zona. Los datos se transmitir¨¢n por sat¨¦lite en tiempo real
En realidad, el centro que Andr¨¦ dirige usa, desde hace 20 a?os, estos aparatos para investigar ¡°el impacto ac¨²stico de las actividades humanas en la conservaci¨®n de los ecosistemas marinos¡±. Un punto de partida ideal: esta tecnolog¨ªa permite obtener datos a partir del an¨¢lisis automatizado de los sonidos marinos, pese a que en el medio marino el sonido sufre m¨¢s alteraciones que en el aire.
Andr¨¦ explica que, gracias a la inteligencia artificial, los nodos que conforman la red pueden aprender a ¡°asociar un sonido a una especie determinada¡±. Incluso en aquellas ocasiones en las que este no sea completamente audible. ¡°Hay muchos par¨¢metros identificativos vinculados a un sonido. Se puede programar a la red para que busque entre los par¨¢metros, y sea capaz de calcular si es posible asignar un sonido a una determinada especie¡±, detalla.
Andr¨¦ explica que, gracias a la inteligencia artificial, los nodos que conforman la red pueden aprender a ¡°asociar un sonido a una especie determinada¡±
La experiencia submarina de los investigadores de la UPC conlleva, adem¨¢s, otra ventaja. Se trata de m¨¢quinas preparadas para trabajar a grandes profundidades, bajo ¡°condiciones ambientales extremas¡± como una presi¨®n varias veces superior a la de la atm¨®sfera terrestre: ¡°Esto nos ha permitido dise?ar aparatos capaces de aguantar el calor y humedad del amazonas, con un mantenimiento m¨ªnimo¡±.
Hasta marzo de 2018, diez de estos sensores se instalaran en varios puntos de la reserva de Mamirau¨¢. El objetivo de esta primera fase es ver si la red puede funcionar en la pr¨¢ctica, identificando a partir de muestras de sonidos e im¨¢genes animales como ¡°jaguares, monos o delfines rosas. Especies emblem¨¢ticas, o importantes porque se encuentran en peligro de extinci¨®n¡±, explica Andr¨¦. Para realizar esta tarea cuentan con 1,4 millones de d¨®lares ¨C1,32 millones de euros¨C de la Fundaci¨®n Gordon y Betty Moore.
Hasta marzo de 2018, 10 de estos sensores se instalaran en varios puntos de la reserva de Mamirau¨¢. Si la red es capaz de cumplir su cometido, la idea es repartir 1.000 aparatos por todo el Amazonas
Si la red es capaz de cumplir este cometido, de marzo de 2018 a febrero de 2019 se instalar¨¢n 100 nodos de nueva generaci¨®n. Estos deber¨ªan ser capaces de captar m¨¢s se?ales ac¨²sticas y visuales, a un coste inferior. Los datos obtenidos en tiempo real, adem¨¢s, se trasladar¨¢n a una plataforma online para que est¨¦n disponibles para la ciudadan¨ªa y la comunidad cient¨ªfica. En una tercera etapa, la red se expandir¨¢ a 1.000 nodos, que se instalar¨¢n por todo el Amazonas. ¡°Cuando est¨¦n en marcha ser¨¢ cuando entendamos la biodiversidad. Hay que verlo como el inicio del proyecto¡±, concluye.
Andr¨¦ se muestra esperanzado. M¨¢s all¨¢ de las observaciones con drones, la informaci¨®n sobre el estado de la fauna de la reserva de Mamirau¨¢ escasea. Menos a¨²n se sabe acerca del impacto que puedan tener las actividades humanas en esta zona, todav¨ªa preservada en comparaci¨®n con el resto de la selva tropical: aunque las condiciones del lugar ¡ªsituado en el cruce entre los r¨ªos Japur¨¢ y Amazonas, de f¨¢cil inundaci¨®n¡ª hacen dif¨ªcil que la tala de ¨¢rboles, la sobrepesca y la caza furtiva s¨ª que podr¨ªan suponer un problema.?Si el proyecto consigue los resultados esperados, saber el estado de conservaci¨®n de la fauna del Amazonas ser¨¢ un poco m¨¢s f¨¢cil. Tambi¨¦n se avanzar¨¢ en la evaluaci¨®n de las amenazas que pesan sobre su biodiversidad. En la reserva, y en aquellas zonas del pulm¨®n verde en las que la tala incontrolada resurge pese a los esfuerzos de la Administraci¨®n brasile?a para ponerle coto".
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