Comer¨¦is tulipanes y os arruinar¨¦is
El bitcoin incumple las condiciones de ser medio de pago universal y de reserva
Sorprende que un banquero compare el bitcoin clandestino ¡ªcriptomoneda por excelencia¡ª con el oro, por ser ¡°escaso¡± y presuponerse que ¡°va a seguir teniendo valor¡±. Y que la encare con benigna equidistancia, pues aunque pueda ¡°colapsar¡± tambi¨¦n puede alcanzar ¡°un m¨²ltiplo de varios ceros¡±, ?le fascina?
As¨ª lo ha sostenido el consejero delegado del BBVA, Carlos Torres. Tambi¨¦n eran escasos, mucho m¨¢s escasos que el oro, en el siglo XVII, los bulbos de tulip¨¢n; su suministro mar¨ªtimo a Europa, azaroso; y su seguridad jur¨ªdica, cero. Bast¨® que un marinero confundiese uno de ellos con una cebolla y se lo zampase, para pinchar sus (desorbitados) precios, su burbuja financiera (generadora de m¨²ltiplos ¡°de varios ceros¡±) y desencadenar la primera gran crisis especulativa moderna. Uno comi¨® el tulip¨¢n y s¨²bitamente casi todos se arruinaron.
Quiz¨¢ Torres acierte frente a todos los dem¨¢s banqueros, financieros, supervisores y acad¨¦micos del mundo, que han calificado al bitcoin de ¡°est¨²pido¡±, ¡°peligroso¡±, ¡°temerario¡±, ¡°creador de burbuja¡±, ¡°corrupto¡±, ¡°tripa de cerdo¡± o ¡°irracional¡±.
Pero es muy dudoso. La criptomoneda no supera el list¨®n de las condiciones/funciones que deben cumplir las divisas serias. Ni es una (fiable, por estable) unidad de cuenta susceptible de fijar por s¨ª los precios relativos de mercanc¨ªas o servicios. Ni un (pr¨¢ctico) instrumento de pago universalmente aceptado. Ni un (inatacable y seguro) activo de reserva o dep¨®sito de valor.
Las criptomonedas sirven a la evasi¨®n fiscal, la droga y otros negocios sucios
Y no las cumple por su extrema volatilidad. El bitcoin, que cotizaba en el momento de su creaci¨®n, en 2009, a 0,01 d¨®lares, lleg¨® este 17 de diciembre a costar 19.013 d¨®lares. Y en el ¨²ltimo a?o se multiplic¨® por m¨¢s de 21 veces. Todas las grandes monedas, de la sal de la antig¨¹edad al oro de siempre, del billete de d¨®lar de 1914 hasta las anotaciones en cuenta en distintas divisas respaldadas por poderes p¨²blicos negociadas en el sistema financiero mundial, todas han sufrido episodios de especulaci¨®n.
Pero eran algo m¨¢s que especulaci¨®n. Y todas buscaron (con ¨¦xito desigual) anclajes para estabilizarse: lo contrario del bitcoin, cuya pretendida solidez se basa en la fe de que su valor seguir¨¢ subiendo por siempre jam¨¢s.
Debido a su escasez: sus creadores clandestinos (bajo el seud¨®nimo de Satoshi Nakamoto) fijaron su cantidad m¨¢xima en 21 millones de unidades (de las que ya se han ¡°emitido¡± o ¡°minado¡± 16,7 millones). Pero esa misma finitud le impide transformarse en moneda de referencia ¡ªal cabo, en moneda como tal¡ª, pues no puede ampliar su circulaci¨®n adapt¨¢ndose a las (crecientes) necesidades de liquidez de una econom¨ªa. Hasta la cantidad del buscad¨ªsimo oro exhib¨ªa cierta flexibilidad, pod¨ªa aumentar: nuevos yacimientos, nuevos buscadores, nuevos sistemas de extracci¨®n.
El car¨¢cter an¨®nimo de la criptomoneda la ha hecho muy ¨²til para los negocios sucios, la compraventa de droga, la evasi¨®n fiscal, eventualmente la financiaci¨®n del terrorismo. Ni deja rastro ni nadie la controla.
Es lo inverso de aquello que la humanidad ha buscado en esforzados siglos de irse civilizando. Tambi¨¦n en lo monetario. Contra lo que sucede con el bitcoin y basuras similares, el (todav¨ªa imperfecto) sistema monetario global se basa en la transparencia num¨¦rica (cantidad de numerario puesto a disposici¨®n del p¨²blico, categor¨ªas de pr¨¦stamos y otras magnitudes); en unas reglas democr¨¢ticamente aprobadas (estatutos de los bancos centrales, legislaciones financieras); en un sistema de protecci¨®n de usuarios y consumidores (fondos de garant¨ªa de dep¨®sitos, supervisi¨®n bancaria).
Y en una arquitectura institucional desplegada en distintas autoridades responsables de su funcionamiento: los bancos centrales (como prestadores de ¨²ltimo recurso), el Banco Internacional de Pagos (foro global de normativizaci¨®n), el Fondo Monetario Internacional (¨²ltimo sost¨¦n de pa¨ªses con urgencias).
Claro que el sistema deber¨¢ mejorar. Pero no lo har¨¢ mediante una moneda secretista y sucia, sin reglas, ni autoridad, ni transparencia. Sus m¨²ltiples ceros a la derecha acabar¨¢n siendo un cero a la izquierda. O peor.
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