La tecnolog¨ªa madura en CES
Las marcas invierten en el crecimiento de sus propios ecosistemas para captar m¨¢s clientes
La tecnolog¨ªa tiene varias asignaturas pendientes. Desde hacer productos para todos los p¨²blicos y bolsillos a ser m¨¢s inclusivos con las minor¨ªas. Y en CES, la mayor feria de electr¨®nica de consumo celebrada en Las Vegas del 9 al 12 de enero, se ha dado un paso importante. Ya no vale el gadget por el gadget, sino por su funci¨®n. Va quedando atr¨¢s la lucha por la pantalla m¨¢s grande, el altavoz m¨¢s potente o la c¨¢mara con m¨¢s megap¨ªxeles, para pensar en solventar problemas o integrarse en la vida diario de manera m¨¢s natural.
Los aparatos de ¨²ltima generaci¨®n tienen una nueva categor¨ªa todav¨ªa sin bautizar: altavoces con pantalla t¨¢ctil
Google y Amazon luchan una cruenta batalla. Quieren que hablemos con los aparatos, que demos luces o preguntemos qu¨¦ debemos ponernos por la ma?ana seg¨²n el pron¨®stico del tiempo. Con esto pretenden que la relaci¨®n entre humanos y m¨¢quinas sea parecida a una conversaci¨®n. Todav¨ªa tienen por resolver el problema de la segunda pregunta. No son capaces de entender el contexto a¨²n, lo que obliga a repetir la frase completa cada vez en lugar de mantener una conversaci¨®n como si se estuviese con un humano.
Google ya funciona en espa?ol. Alexa, el nombre de la asistente de Amazon, no. Si en 2017 la gran triunfadora fue ella, en 2018 Google ha desplegado todos sus encantos con Google Assistant. La mayor parte de los fabricantes han cedido a poner este tipo de comandos de voz en sus aparatos de ¨²ltima generaci¨®n con una nueva categor¨ªa todav¨ªa sin bautizar: altavoces con pantalla t¨¢ctil. No son una tableta y tampoco un televisor. Se conectan a la red el¨¦ctrica y permite hacer videoconferencias, ver pel¨ªculas o consultar noticias, tanto en la pantalla como con podcast. En apenas un a?o los de Google ya han conseguido que distinga las voces de los diferentes miembros del hogar, de modo que sabe si uno de los hijos tiene entrenamiento a las cinco y la madre una reuni¨®n a las 12h. P¨¦rdida de intimidad a cambio de comodidad.
Apple fue pionera con Siri, pero le cuesta avanzar. Este a?o se jugar¨¢ una de las partidas por la conquista del hogar m¨¢s agresivas. El que gane tendr¨¢ bajo su paraguas el control de las casas: electrodom¨¦sticos, ocio, compras y agenda...
El que gane cuota de mercado estos primeros a?os, por tanto, se har¨¢ con el pastel. Lo mismo sucede con los coches: el que cree la plataforma que atraiga a los mejores socios ser¨¢ el que consiga rentabilizar la plataforma y el ecosistema generado sobre la misma. Han pasado de ocupar el 10% de la superficie de CES al 23%, seg¨²n datos de la organizaci¨®n. Google sigui¨® esta estrategia con Android para conquistar el m¨®vil, donde tiene m¨¢s del 85% de cuota mundial. Toca repetir la haza?a con asistente y coches.
Los wearables, la tecnolog¨ªa en forma de ropa o complementos, siguen cobrando importancia. El Apple Watch lidera en un segmento que mezcla lujo y utilidad. Android ha sido incapaz de hacerle sombra con un aparato estrella. A partir de la idea inicial de un reloj con notificaciones se han ido sumando opci¨®n con un subg¨¦nero, las pulsera deportivas. A medio camino entre la medici¨®n del estado f¨ªsico y la gamificaci¨®n para mantener activos a los usuarios, se popularizan. No solo Fitbit y Polar participan de la idea; Xiaomi y Huawei tienen su propuesta, con el aspecto social mucho m¨¢s limitado.
Algunas compa?¨ªas han empezado a pensar en la tercera edad como nicho de inter¨¦s, con los relojes como primer como protagonista. Durante ShowStoppers, surgi¨® una propuesta con la vista puesta en la envejecida pir¨¢mide poblacional europea. Ubo es un robot que hace compa?¨ªa. Completa sus servicios con un reloj de pulsera que comunica a su amo con los servicios sociales o m¨¦dicos. El robot aporta contexto, v¨ªdeos, datos de las ¨²ltimas medicinas tomadas y estado de ¨¢nimo del vigilado. Se comercializa bajo un modelo de suscripci¨®n mensual, como un alquiler que incluye teleasistencia.
Paliar las carencias de los discapacitados es otro de los nichos que cuenta cada vez con m¨¢s aceptaci¨®n en un lugar en el que la frivolidad y la competici¨®n por los n¨²meros era ley.
En CES se demostr¨® que van a llegar al mundo cotidiano pronto. LG se qued¨® en las pruebas cl¨¢sicas del simp¨¢tico mu?eco que baila y hace reverencias. Pero su llegada de manera pr¨¢ctica ser¨¢ en dos sectores. El de la hospitalidad, donde ya hab¨ªa varias propuestas. Intel, una de las protagonistas de CES, ya trabaja con un prototipo pensado para hoteles. Los jabones, toallas o cepillos de dientes ya no los llevar¨¢ a la habitaci¨®n un botones, sino un robot. En las primeras pruebas ya han aprendido detalles relevantes: El robot tiene que tener alg¨²n tipo de expresividad, a ser posible sonrisa y ojos simulados.
Gary Shapiro, organizador de la feria, destac¨® el papel de la delegaci¨®n en la cena de cierre, con presencia de Elaine Chao, secretaria de Transporte de la administraci¨®n Trump: ¡°Estados Unidos ha liderado la innovaci¨®n en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Esto no significa que seamos los ¨²nicos. Nos encanta ver c¨®mo m¨¢s naciones aportan al progreso com¨²n¡±.
CES se ha despedido con m¨¢s de 160.000 visitantes. Se ha notado menos saturaci¨®n con respecto a citas anteriores, pero sigue replicando sus carencias una y otra vez. Las mujeres son escasas, apenas el 20% de todos los participantes. Y en la mayor parte de las ocasiones nadie sabe contestar dos preguntas clave para ganar credibilidad: cu¨¢ndo y cu¨¢nto. Ni fecha ni lanzamiento concreto de los productos.
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