San Francisco o la vanidad del ¡®selfie¡¯ como denuncia
La artista espa?ola Ana Rivero Rossi lanza su cr¨ªtica social en Mission, el barrio m¨¢s candente de la ciudad estadounidense
Mission tiene los alquileres m¨¢s altos y, en vergonzosa competencia con el Tenderloin, algunas de las calles m¨¢s sucias de San Francisco. El barrio fundacional, donde comenz¨® la ciudad, vive en contradicci¨®n constante. Es deseado por su buen tiempo, actividad cultural y buena conexi¨®n con la autopista. Y tambi¨¦n odiado por su falta de seguridad, el conflicto social y p¨¦rdida de identidad. La gentrificaci¨®n en estado puro.
Los desahucios, especialmente de familias latinas que tradicionalmente poblaban este espacio, son constantes. Los posados de las estrellas de Instagram, tambi¨¦n.
La espa?ola?Ana Rivero Rossi (Terrassa, 1974) lleg¨® a San Franciso en 2004, cansada de su situaci¨®n laboral. ¡°No me daba espacio para desarrollarme como artista y tampoco como persona. As¨ª empec¨¦ mi b¨²squeda¡±, explica. Una amiga de su ciudad, Maya, que ya llevaba un tiempo le convenci¨® para viajar a San Francisco y explorar la escena cultura, y se lanz¨®.
Mientras que en Espa?a era una estilista en una peluquer¨ªa y pintaba los fines de semana y tomaba clases con Rafael Serres, aqu¨ª su performance ocupa un escaparate en la calle Valencia, el espacio m¨¢s hipster. En ATA exhibe ¡°La ciudad de los muertos vivientes¡±, solo hasta finales de febrero. Una composici¨®n de Barbies y su novio Ken, vestidos para el d¨ªa de muertos, anclados a su iPhone, en posici¨®n de selfie constante. De las paredes de las casas salen p¨¢jaros que simulan tuits. Debajo de la escena principal, entre mantas t¨¦rmicas y escombros, los vagabundos de la ciudad contrastan con la vanidad de los presumidos techies. Dos estratos que no se cruzan conviviendo en el mismo espacio.
¡°Es una s¨¢tira a la falta de conciencia social. La idea naci¨® observando las calles de la Mission. Lo vi. La cara es el espejo del selfie. Si miras el tel¨¦fono no ves los campamentos de los sin techo¡±, explica.
A la muestra no le faltan los peque?os detalles, gui?os a costumbres que sacan una peque?a sonrisa. ¡°El humor es una manera efectiva de exponer una situaci¨®n tr¨¢gica. Barbie y Ken son unos personajes inocentes y egoc¨¦ntricos que f¨¢cilmente se prestaron a mi causa de cr¨ªtica a modo de comedia¡±, dice, como si los mu?ecos tuvieran personalidad propia y hubiesen accedido a ello.
La catalana ama su barrio, pero tambi¨¦n le preocupa lo que se vive a diario: ¡°El influjo radical de riqueza econ¨®mica est¨¢ teniendo el efecto correspondiente en el paisaje cultural. A pesar de que la tecnolog¨ªa nos trae personas de una gran diversidad social y cultural, tambi¨¦n nos llega una ¨¦poca de homogeneidad que est¨¢ redefiniendo la Mission. Me parece un microcosmos donde todo pasa. Arte, diversidad, negocio y oportunidades¡±.
Antes de ser una artista conocida, se gan¨® la fama en una peluquer¨ªa que ella misma dise?¨®: ¡°La conceptu¨¦ como libre expresi¨®n donde arte y pelo se unen¡±. Es el Heartzilla Sal¨®n, que funciona solo en d¨ªas y horas limitadas. No siempre acepta clientes. Rivero tiene claro que en Espa?a no habr¨ªa tenido las posibilidades de expresi¨®n y crecimiento que le ha ofrecido San Francisco.
Est¨¢ agradecida a la capital de la bah¨ªa, pero tambi¨¦n percibe cambios: ¡°No s¨¦ hacia qu¨¦ direcci¨®n, pero vendr¨¢n cambios. San Francisco sol¨ªa ser una ciudad m¨¢s econ¨®mica, que daba la oportunidad de vivir aqu¨ª a un espectro social m¨¢s amplio, y esta cualidad parece estar disip¨¢ndose¡±.
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