Por qu¨¦ hay que dejar Facebook (o no)
El esc¨¢ndalo de Cambridge Analytica ha sido la puntilla. ?Hay que formar parte de una red en la que te manipulan? Puede que sea la hora de irse, pero el asunto no es tan sencillo
Sentirse decepcionado y manipulado por una plataforma que nos invita a compartir con nuestros amigos para que nos sintamos parte de una gran comunidad mientras lo que hay por debajo es todo un business con nuestros datos ¡ªmanejado con escaso sentido de la responsabilidad¡ª es motivo suficiente para darse de baja de Facebook. El pastel ha quedado al descubierto por tan solo un flanco, el de Cambridge Analytica, y el debate sobre qu¨¦ hacer, si seguir formando parte de la cosa, o marcharse, procede. Pero el asunto no es sencillo.
La lista de motivos para dar el portazo crece d¨ªa a d¨ªa. Marc Zuckerberg, trajeado, sin su tradicional camiseta gris, compareci¨® esta semana durante casi cinco horas ante el Congreso norteamericano. Brindando meme-momentos en los que su contenci¨®n ante tan solemne cita le hac¨ªa asemejarse a un robot -o a¨²n mejor, a Data, el personaje de la saga Star Trek interpretado por Brent Spiner- admiti¨® algunos fallos de su red: boquetes de seguridad en la extracci¨®n de datos, injerencia rusa en las elecciones, diseminaci¨®n de noticias falsas, expansi¨®n del discurso del odio. Una vez m¨¢s, como ya tantas veces ha hecho desde que cre¨® esta plataforma que llega a m¨¢s de 2.000 millones de seres humanos del planeta, pidi¨® perd¨®n. La primera vez que lo hizo, no lo olvidemos, fue tras crear Facemash, plataforma desde la que ofrec¨ªa ver fotos de las estudiantes de la uni para que el usuario dijera cu¨¢l estaba m¨¢s buena; as¨ª arranc¨®, en 2003, su larga retah¨ªla de disculpas -la dimisi¨®n nunca ha sido una opci¨®n, cuesti¨®n esta, que, al menos en este pa¨ªs, resulta familiar-.
Facebook no ha protegido los datos de 87 millones de norteamericanos que podr¨ªan haber sido manipulados mientras decid¨ªan su voto en las elecciones que gan¨® Trump; entre 2015 y 2018, ha permitido (presuntamente) a miles de aplicaciones acceder a datos de sus usuarios y de sus amigos (que a saber d¨®nde habr¨¢n acabado); ha sido correa de transmisi¨®n del discurso islam¨®fobo que ha alimentado el genocidio de los rohiny¨¢ en Myanmar; ha creado una m¨¢quina adictiva, a sabiendas de lo que hac¨ªa, para sostener un modelo de negocio que contribuye a la crispaci¨®n del debate p¨²blico (y del privado); ha sido acusado de guardar las llamadas y SMS de los usuarios de plataformas Android; de escanear los chats e im¨¢genes de conversaciones privadas en Messenger. Por no hablar del tiempo que se malgasta en la plataforma, del inconveniente que puede suponer cuando buscas trabajo (teniendo en cuenta el f¨¢cil acceso que hay a tus datos) y de la insatisfacci¨®n que genera, seg¨²n varios estudios, en aquellos que observan el escaparate de la vida de otros que siempre parecen vivir tan felices y sonrientes.
Ha sido acusado de guardar las llamadas y SMS de los usuarios de plataformas Android; de escanear los chats e im¨¢genes de conversaciones privadas en Messenger
La lista es larga, s¨ª. Pero nos encontramos ante una formidable herramienta de distribuci¨®n de informaci¨®n; que puede reforzar lazos de amistad y el contacto con los que est¨¢n lejos; que te permite acceder a las noticias que le interesan a tu gente; que te permite ¡°loguearte a 50.000 webs distintas con un solo clic¡±, tal y como dec¨ªa el you tuber Emilio Dom¨¦nech en Youtuberland; que contiene la mitad de tu vida, tus contactos, recordatorios, eventos, cumplea?os de amigos; que para muchos peque?os negocios es una herramienta imprescindible de marketing y relaci¨®n con el cliente; que en muchos pa¨ªses (Indonesia, Egipto, Myanmar) es, b¨¢sicamente, sin¨®nimo de Internet.
As¨ª que la decisi¨®n de abandonarla no es f¨¢cil. Adem¨¢s, su modelo de negocio, tan da?ino para nuestra privacidad, impera en casi todas las grandes (Google, Twitter; am¨¦n de Whatsapp e Instagram, que le pertenecen). Como dec¨ªa en The New York Times Siva Vaidhyanathan, profesor de la Universidad de Virginia, si todos aquellos a los que preocupa la privacidad, la rendici¨®n de cuentas de los gobiernos y la esfera p¨²blica abandonan la plataforma, esta puede resultar menos informada y diversa. Por no decir m¨¢s peligrosa. Entonces, ?qu¨¦ hacer? Pelear por regulaciones estrictas es una v¨ªa. Redimensionarla, segregar el oligopolio, otra. Clamar por la dimisi¨®n de Zuckerberg, una m¨¢s. Y luego ya queda marcharse.
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