Elon Musk pierde el control
Los analistas advierten de que los excesos del fundador de Tesla en Twitter y sus cr¨ªticas a la prensa puedan terminar afectando al negocio
Elon Musk deber¨ªa tomarse un sab¨¢tico de Twitter. El consejo es de Gene Munster, uno de los analistas que m¨¢s cree en la visi¨®n del fundador de Tesla. No es el ¨²nico que se lleva las manos a la cabeza en Silicon Valley y Wall Street al ver como la imagen de uno de los empresarios m¨¢s relevantes del momento se desploma a la velocidad con la que cuelga sus mensajes en las redes sociales. La gota que colm¨® la paciencia de los inversores fue cuando llam¨® "ped¨®filo" al buceador brit¨¢nico que lider¨® las labores de rescate de los ni?os atrapados en la cueva en Tailandia.
¡°La culpa es m¨ªa y solamente m¨ªa¡±, dec¨ªa Musk tres d¨ªas despu¨¦s de desatarse la pol¨¦mica. Trataba de disculparse por la acalorada respuesta que dio a las cr¨ªticas que recibi¨® por su iniciativa de sacar a los 12 ni?os utilizando un minisubmarino, que ide¨® su equipo. La carta abierta del analista de Loup Ventures trataba, sin embargo, de responder a un problema de conducta por parte del ejecutivo que empez¨® a escalar durante la ¨²ltima presentaci¨®n de resultados de Tesla.
El empresario cort¨® en seco a los analistas cuando cuestionaron su viabilidad. La carga de fondo la ampli¨® atacando la labor informativa de los medios de comunicaci¨®n, por destacar las cuestiones negativas. ¡°Musk no es lo que era¡±, insiste Munster. El analista no cuestiona que use Twitter ¨Ctiene 22,3 millones de seguidores- como plataforma para dar visibilidad a su proyecto. Por eso mismo le pide que se controle su temperamento y se centre en ejecutar su misi¨®n.
Elon Musk, de 47 a?os, aparece desde hace a?os en lo m¨¢s alto de las listas de grandes emprendedores junto a Mark Zuckerberg (Facebook), Jeff Bezos (Amazon), Reed Hastings (Netflix), Bob Iger (Disney) o Warren Buffett (Berkshire Hathaway). Es un ejecutivo persistente, directo y sin miedo. Pero pese a su edad, las empresas que controla (Tesla, SpaceX y Boring) y su fortuna -valorada en 21.000 millones de d¨®lares-, muestra poca madurez y nada de contenci¨®n.
El analista Gene Munster no cuestiona que Musk use Twitter ¨Ctiene 22,3 millones de seguidores- como plataforma para dar visibilidad a su proyecto. Por eso mismo le pide que se controle su temperamento y se centre en ejecutar su misi¨®n
El ejecutivo no es ajeno a la controversia. Rebecca Lindland, analista de Kelley Blue Book, una consultora especializada en automoci¨®n, advierte sin embargo de que sus comentarios pueden afectar al negocio de Tesla si espanta a los interesados por sus coches. Explica que la fase de compa?¨ªa emergente ya pas¨®, hay m¨¢s competencia y su ¨¦xito depende de que pueda llevar la innovaci¨®n a un mercado de masas. ¡°Debe actuar como un consejero delegado¡±, insiste.
Tesla es una compa?¨ªa ¨²nica por m¨²ltiples motivos. Uno de ellos es precisamente que no hace publicidad. La imagen de la marca, por tanto, depende de la de su fundador y la necesita para vender. El momento en el que Musk protagoniza esta escalada verbal coincide, adem¨¢s, con una fase cr¨ªtica. El fabricante de coches el¨¦ctricos debe demostrar que es capaz de sostener la producci¨®n del utilitario Model 3 por encima de las 5.000 unidades semanales. Es el umbral para ser viable.
Ese ritmo se alcanz¨® durante la ¨²ltima semana de junio, tras un esfuerzo tit¨¢nico. Elon Musk es el primero que admite que escalar la producci¨®n del Model 3 es un ¡°infierno¡±. Le dedica tanto tiempo que comenta que puede tirarse cinco d¨ªas seguidos sin cambiarse de ropa y duerme en la planta de ensamblaje en Fremont (California) para dar ejemplo. Esta intensidad est¨¢ haciendo aflorar tambi¨¦n denuncias de empleados sobre las condiciones de trabajo.
Tesla es una compa?¨ªa ¨²nica por m¨²ltiples motivos. Uno de ellos es que no hace publicidad. La imagen de la marca, por tanto, depende de la de su fundador y la necesita para vender
Gene Munster ya fue muy cr¨ªtico cuando Elon Musk colg¨® una foto en Twitter tirado en el suelo con un cartel anunciando la quiebra de Tesla. El problema, insiste, ¡°es que su comportamiento alimenta una percepci¨®n que cuestiona su liderazgo¡±. James Anderson, socio de Baille Gifford, cuarto inversor en Tesla, le pide que evite meterse en l¨ªos. ¡°Se necesita un momento de silencio y paz para trabajar en los problemas¡±, se?ala, ¡°ser¨ªa bueno que se concentrara¡±.
Tesla tambi¨¦n es ¨²nica por su estructura de mando. Los inversores en Wall Street se preguntan, de hecho, qui¨¦n controla a Elon Musk desde el consejo de administraci¨®n y si la sociedad tiene un c¨®digo de conducta que garantice que act¨²a de una manera correcta en Twitter. El ejecutivo tiene solo un 22% del capital de la compa?¨ªa que fund¨® y que gestiona, pero ostenta una supermayor¨ªa en los derechos de voto que le permite tener un control f¨¦rreo del negocio.
Hay inversores activistas, como James McRitchie, que propusieron en el pasado cambiar la estructura que gobierna Tesla porque sin el apoyo de Elon Musk es pr¨¢cticamente imposible hacer prosperar cualquier iniciativa. La compa?¨ªa responde que esta regla de la supermayor¨ªa es necesaria para que el fundador pueda seguir llevando adelante su misi¨®n y protegerse de operaciones hostiles de compra que da?ar¨ªan sus objetivos e intereses a largo plazo.
El pasado junio, durante la ¨²ltima junta general de accionistas, se present¨® adem¨¢s una iniciativa para retirar a Elon Musk el cargo de presidente para colocar en su lugar a una persona independiente. El consejo de administraci¨®n la rechaz¨® tajante al considerar que el doble casco de presidente y consejero delegado permite a la compa?¨ªa adaptarse r¨¢pido a los nuevos retos. ¡°El ¨¦xito de Tesla hasta la fecha no habr¨ªa sido posible con otro l¨ªder¡±, defiende.
¡°Se necesita un momento de silencio y paz para trabajar en los problemas. Ser¨ªa bueno que se concentrara¡±
Pero como se?ala Rebecca Lindland, a una compa?¨ªa del tama?o y la relevancia de Tesla, que produce al a?o cientos de miles de coches, no se le valora solo por sus resultados trimestrales, tambi¨¦n por el comportamiento de su consejero delegado. Por eso le aconsejan que sea m¨¢s disciplinado. Esta tensi¨®n se refleja en la valoraci¨®n de Tesla, que tradicionalmente acosa una fuerte volatilidad. Pierde un 3% en el conjunto del a?o y un 8% en el mes.
La firma de inversi¨®n Needham acaba de rebajar su valoraci¨®n al se?alar que los retrasos en la producci¨®n est¨¢n provocando que las cancelaciones de reservas progresen m¨¢s r¨¢pido que los pedidos. ¡°La espera es de un a?o¡±, se?ala el analista Rajvindra Gill, al tiempo que cita el fin de los incentivos fiscales y la mayor competencia para los Model S y X. En este escenario, se?ala, su estructura de capital es ¡°insostenible¡± por la rapidez con la que quema efectivo.
Elon Musk ya libr¨® crisis similares en el pasado. Estuvo, incluso, al borde de la bancarrota. El empresario en serie de origen sudafricano insiste en que dispone de liquidez para expandir la producci¨®n del Model 3 y admite que debe tomar distancia de las redes sociales. Pero Michael Bapis, de HighTower Advisors, le recuerda que en el mundo de los negocios ¡°ser superinnovador no basta¡±. Solo volver¨¢ a creer, dice, cuando demuestre es que capaz de ejecutar su plan.
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