Lo que el miedo a los robots asesinos nos dice sobre la inteligencia artificial
La evoluci¨®n de ¡®Westworld¡¯ en medio siglo muestra el gran salto pendiente de la rob¨®tica

Westworld fue escrita y dirigida por Michael Crichton en 1973, veinte a?os antes de estrenar Parque Jur¨¢sico, y su idea para ambos guiones era b¨¢sicamente la misma: alguien con mucho dinero y pocos escr¨²pulos decide montar un parque tem¨¢tico aprovechando el vanguardista desarrollo de una tecnolog¨ªa que todav¨ªa no est¨¢ al alcance de nadie m¨¢s. El avance jur¨¢sico era la ingenier¨ªa gen¨¦tica para resucitar velocirraptores. El logro de Westworld (que en Espa?a se estren¨® como Armas de metal) era el desarrollo de una rob¨®tica capaz de crear androides casi humanos contra los que cometer tropel¨ªas gracias a que siempre pondr¨ªan la otra mejilla. Hasta que se rompen los fr¨¢giles hilos de los que pende la creaci¨®n por un problema inesperado que pone en riesgo la vida de todos los protagonistas.
En la pel¨ªcula 'Westworld', de 1973, los robots solo parec¨ªan inteligentes y les convert¨ªa en asesinos el primer virus inform¨¢tico del celuloide
En 2016, HBO estrenaba una cara y sofisticada serie inspirada en la pel¨ªcula de Crichton. La nueva Westworld ha generado muchas reflexiones sobre el futuro de la rob¨®tica y la inteligencia artificial; una de ellas, la del peligro que pueden suponer los robots, pero ?de qu¨¦ miedo hablamos concretamente? ?Cu¨¢l era el temor que generaba Yul Brynner con ojos metalizados y qu¨¦ diferencia hay con el de los actuales los robots vaqueros? Y, sobre todo, ?qu¨¦ nos dicen esos miedos sobre la evoluci¨®n de nuestra relaci¨®n con las m¨¢quinas?
En la pel¨ªcula original, lo que parec¨ªa un lugar id¨ªlico para el pecado y el desmelene se convierte en un horror por culpa de algo tan improbable como un virus inform¨¢tico. A quien lea esto ahora le puede parecer rid¨ªculo lo de "improbable", pero la de Westworld en 1973 fue una de las primeras referencias a los virus inform¨¢ticos (como un error contagioso entre m¨¢quinas) y se considera la primera pel¨ªcula en la que se habla de esta transmisi¨®n v¨ªrica entre aparatos. Cuando el responsable cient¨ªfico de los robots explica la aparici¨®n de fallos graves en los androides ("un proceso infeccioso que se esparce"), su colega le responde esc¨¦ptico: "Confieso que me cuesta creer en una enfermedad de m¨¢quinas".
"Pero estas m¨¢quinas no son m¨¢quinas ordinarias, son casi como organismos biol¨®gicos", le responden. Lo cierto es que as¨ª es como sucede: primero una serpiente de cascabel rob¨®tica muerde a un turista, luego los cient¨ªficos se escandalizan porque una "unidad de sexo [mujer androide] rechaza un coqueteo". Y finalmente, el pistolero que encarna Yul Brynner, parodiando hasta en el vestuario a su personaje de Los siete magn¨ªficos, se convierte en un terminator sediento de sangre. Simplemente, el comando que imped¨ªa que nos hagan da?o se estropea. Estas m¨¢quinas parlantes no son tan listas como aparentaban y un simple fallo las convierte en m¨¢quinas de matar cuando dejan de respetar a los visitantes humanos. Nada que ver con la serie de HBO, en la que el peligro que se manifiesta no es que los robots pierdan el control, sino que nos superen en inteligencia y se harten de nosotros.
El valle inquietante
La especialista en rob¨®tica Robin Murphy identifica tres diferencias esenciales entre ambos Westworld:? "Una es que la narrativa de ficci¨®n ha cambiado desde ver el mundo a trav¨¦s del punto de vista de los seres humanos hasta ver y simpatizar con el punto de vista de los robots", afirma. Y a?ade: "Una segunda divergencia se encuentra en la narrativa de la ciencia: los robots de 1973 fueron retratados como extensiones de la automatizaci¨®n industrial, mientras que los androides en la serie actual incorporan inteligencia artificial". "El tercer cambio en los ¨²ltimos 45 a?os, quiz¨¢s el m¨¢s sorprendente, es que los investigadores en rob¨®tica y los legisladores participan en discusiones destinadas a ayudar a proteger a la sociedad de los robots y a proteger a los propios robots", concluye Murphy, directora del laboratorio de inteligencia artificial de la Universidad de Texas A&M.
En la serie actual empatizamos sobre todo con los androides, porque son ellos los que se hacen las preguntas m¨¢s humanas
En la serie actual empatizamos sobre todo con los androides, porque son ellos los que se hacen las preguntas m¨¢s humanas. Como sugiere Murphy en un art¨ªculo en Science Robotics, evidencian la necesidad de reconocerles derechos humanos para librarlos de la espeluznante explotaci¨®n que sufren, convertidos en dianas de tiro y esclavas sexuales. Y todo porque son inteligencias complejas. Murphy considera que es ese detalle el que logra sacar a los robots del valle inquietante.
Ese valle (uncanny valley, como se conoce en ingl¨¦s) fue definido precisamente en la d¨¦cada de 1970 por Masahiro Mori como el repel¨²s que nos generan los robots a medida que se van pareciendo m¨¢s y m¨¢s a los humanos sin llegar a serlo. Solo cuando son realmente humanos dejan de generar esa inquietud. Por eso las famosas r¨¦plicas casi humanas de Hiroshi Ishiguro son tan turbadoras: "Debido a sus movimientos bruscos, su quietud antinatural, la ausencia de contacto visual y la demora en la respuesta crean un desajuste frente a sus caras y cuerpos extremadamente reales", explica Murphy. Los cient¨ªficos se dieron cuenta r¨¢pidamente de que salir del valle inquietante requer¨ªa mucho m¨¢s que realismo f¨ªsico; requiere avances fundamentales en la inteligencia artificial, especialmente la comunicaci¨®n del lenguaje natural.
De ah¨ª que Murphy asegure que la manera de salir del valle inquietante sea pasar del fake it (simula la inteligencia) de los robots de 1973 al make it (hazlos inteligentes) de la serie de 2016. Es decir, pasar de la inteligencia artificial d¨¦bil (o estrecha), la que sirve para peque?as tareas o muy delimitadas, a una inteligencia artificial fuerte, aquella que permitir¨ªa a las m¨¢quinas desarrollar mejor que los humanos cualquier tarea realizada por ellos. Por eso los androides de HBO, creados por?Lisa Joy y Jonathan Nolan, ya no nos dan repel¨²s, nos dan miedo. Porque son como nosotros, pero m¨¢s capaces, m¨¢s inteligentes y sin nuestros lastres psicol¨®gicos.
El mayor miedo que manifiestan hoy los europeos frente a los robots inteligentes es que le "roben el trabajo a la gente": un 72% de los encuestados
En los ¨²ltimos a?os, el Eurobar¨®metro ha mostrado la percepci¨®n de los europeos sobre los robots y queda claro que el recelo es manifiesto. Se prefiere que estos aparatos realicen tareas complejas y peligrosas (84%), como rescates y exploraci¨®n espacial, mientras que recelan bastante m¨¢s de su uso en tareas m¨¢s sensibles, como el cuidado de menores y mayores. Aunque el mayor miedo que manifiestan hoy los europeos frente a los robots inteligentes es que le "roben el trabajo a la gente", con un 72% de los encuestados. Lo m¨¢s llamativo es que entre 2014 y 2017 el porcentaje de europeos con una percepci¨®n favorable de los robots ha ca¨ªdo desde el 70% al 61%. Casi diez puntos en tres a?os. La diferencia sustancial es que en 2014 se preguntaba por la visi¨®n sobre los robots y en 2017 se pregunt¨® por "los robots y la inteligencia artificial".
Desde el Golem a Frankenstein estas creaciones inteligentes terminaban gir¨¢ndose con furia hacia sus creadores. ?Podemos hacer que los androides se comporten como humanos, pero sin el ego¨ªsmo y la violencia que aparecen en Westworld y otras obras de ciencia ficci¨®n? David Eagleman, neurocient¨ªfico de Stanford y asesor de los guionistas de la serie de HBO est¨¢ seguro de que s¨ª. "Odiar¨ªa estar equivocado acerca de esto, pero gran parte del comportamiento humano tiene que ver con restricciones evolutivas. Cosas como la competencia para sobrevivir y para aparearse y para comer. Esto forma cada parte de nuestra psicolog¨ªa. Por tanto, los androides, sin poseer esa historia, sin duda aparecer¨ªan con una psicolog¨ªa muy diferente", aseguraba el experto en una entrevista en Science. Pero si tiene dinero, contrate a un experto en bio¨¦tica antes de montar el parque, no solo para el pase previo a la inauguraci¨®n.
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