La inteligencia artificial que estudia el futuro de los oc¨¦anos y predice incendios forestales

Un grupo de investigadores del instituto franc¨¦s Mines-Telecom (IMT), a partir de la plataforma de Microsoft Azure para generar modelos en 3D de la superficie de los oc¨¦anos, estudia y realiza previsiones de la influencia que tiene el cambio clim¨¢tico en los mares gracias a la inteligencia artificial. Para la investigaci¨®n, el equipo franc¨¦s elabora modelos que analizan la din¨¢mica oce¨¢nica a partir de datos de teledetecci¨®n recogidos por sat¨¦lite.

Los oc¨¦anos son el 70% de la superficie del planeta y son los responsables de generar casi la mitad del ox¨ªgeno, de proveer alimentos y recursos para poder vivir y tambi¨¦n de regular la temperatura del planeta. Con esta investigaci¨®n, los cient¨ªficos pretenden obtener una mejor comprensi¨®n del clima terrestre y del impacto que el cambio clim¨¢tico tiene en los oc¨¦anos, desde las corrientes hasta el aumento de las concentraciones de CO2. .

Microsoft lanz¨® el pasado a?o el proyecto AI For Earth, con el que otorga subvenciones de 5.000 a 15.000 d¨®lares para proyectos que utilizan la inteligencia artificial que abordan cuatro ¨¢reas cr¨ªticas que son vitales para construir un futuro sostenible: el clima, la biodiversidad, el agua y la agricultura. La compa?¨ªa apoya as¨ª trabajos como los de Wild Me, en el que la inteligencia artificial y los cient¨ªficos colaboran para luchar contra la extinci¨®n de las especies. Para ello, utilizan la visi¨®n por ordenador y algoritmos de aprendizaje profundo ¨Ctambi¨¦n llamado deep learning- para hacer funcionar Wildbook, una plataforma que utiliza la tecnolog¨ªa para escanear e identificar animales y especies individuales.

IBM investiga en la lucha contra los incendios

El a?o pasado, Microsoft lanz¨® el proyecto AI For Earth, con el que otorga subvenciones de 5.000 a 15.000 d¨®lares para proyectos que utilizan la inteligencia artificial que abordan cuatro ¨¢reas cr¨ªticas que son vitales para construir un futuro sostenible

Por otro lado, la inteligencia artificial tambi¨¦n se ha utilizado para la lucha contra los incendios. La multinacional de tecnolog¨ªa IBM ha aplicado su inteligencia artificial para llevar a cabo Bee2FireDetection, una herramienta que puede calcular las probabilidades de que se produzca un incendio y puede ayudar a combatirlo de una manera m¨¢s r¨¢pida y ¨¢gil. Est¨¢ en funcionamiento las 24 horas del d¨ªa, los 365 d¨ªas del a?o, y permite detectar incendios forestales a distancias de 15 kil¨®metros, utilizando diferentes algoritmos. Para ello se recopilan una serie de datos meteorol¨®gicos y ambientales del terreno, como la humedad relativa o la direcci¨®n del viento, y se analizan a continuaci¨®n, de tal manera que el Bee2FireDetection puede realizar un pron¨®stico muy preciso.

Amparo Alonso, presidenta de la Asociaci¨®n Espa?ola para la Inteligencia Artificial, explica que existen dispositivos que funcionan con la inteligencia artificial colaboran con los humanos para ayudar a la toma de decisiones y otras tienen un nivel de inteligencia superior, como los sistemas de recomendaci¨®n. Estos sistemas est¨¢n en plataformas como las de Netflix y Amazon y son capaces de tener en cuenta todos los datos que tienen en una plataforma y sus usuarios, para hacer recomendaciones que son personalizadas: ¡°Eso no lo puede hacer ning¨²n humano porque no tiene capacidad para procesar toda esa informaci¨®n ni almacenarla¡±, dice.

Usos cuestionados

Las aplicaciones de la inteligencia artificial dirigidas a la mejora de la vida de las personas o del medio ambiente son beneficiosas y realizan funciones de una manera m¨¢s r¨¢pida y exacta de la que el ser humano es capaz. Sin embargo, algunas de las pr¨¢cticas para las que se prepara la IA son cuestionadas por el componente ¨¦tico de las mismas. Esta ingenier¨ªa ha servido para el reconocimiento facial, cuyos fines pueden resultar invasivos para la privacidad. Recientemente, una aplicaci¨®n para m¨®viles que utiliza la IA para modificar rostros ha originado un debate sobre el uso que se da a lo que en principio parece un simple juego. Incluso Kai-Fu Lee, antiguo responsable de investigaci¨®n de Google en China y tecn¨®logo e inversor muy interesado en la Inteligencia Artificial, cree que la IA est¨¢ a punto de suplantar a muchos millones de trabajadores de oficina en su pa¨ªs: "Este reemplazo ya se est¨¢ produciendo, y est¨¢ generando una verdadera y completa aniquilaci¨®n", dice, aunque haya invertido con su empresa, Sinovation Ventures, en diferentes proyectos de IA como unos que automatizan el servicio al cliente y otros servicios de oficina rutinarios.

Por eso, la Comisi¨®n Europea orden¨® a un grupo independiente de expertos la redacci¨®n de las directrices ¨¦ticas para una IA fiable. En la publicaci¨®n, este comit¨¦ considera que los requisitos para la creaci¨®n de herramientas de inteligencia artificial deben tener incluidos los derechos fundamentales, la acci¨®n y supervisi¨®n humana, la gesti¨®n de la privacidad y de los datos, una solidez t¨¦cnica y segura, transparencia, diversidad y bienestar social y medioambiental, entre otros. Adem¨¢s, los expertos reflejan que para garantizar el cumplimiento de estos requisitos se deber¨¢ estudiar la posibilidad de emplear tanto m¨¦todos t¨¦cnicos como no t¨¦cnicos.

Por otro lado, el plan que realiz¨® el Gobierno de Espa?a sobre la inteligencia artificial destaca que los desarrollos de las tecnolog¨ªas de la IA ¡°deber¨¢n evitar el sesgo negativo y los prejuicios de g¨¦nero u otras formas de discriminaci¨®n¡± y que ¡°el ¨¦xito de la IA depender¨¢ de c¨®mo las personas y las m¨¢quinas colaboren para ofrecer mejores servicios ¨Ctransparentes, razonables y ¨¦ticos- a los usuarios potenciales¡±. Adem¨¢s, acoge los requisitos ¨¦ticos mencionados por la Uni¨®n Europea: ¡°Una IA confiable y ¨¦tica, hecha en Europa, ha de construirse sobre la base de d¨¦cadas de aplicaci¨®n consensuada de los derechos fundamentales en la UE¡±. ¡°La ¨¦tica es algo que necesitamos introducir desde ya para que los ingenieros sepan las diferentes implicaciones de la sociedad¡±, concluye Alonso.