Google proh¨ªbe los anuncios de tratamientos m¨¦dicos experimentales o sin aval cient¨ªfico

Lej¨ªa para tratar el autismo. Bebidas que curan el c¨¢ncer en solo 42 horas.?Jengibre con propiedades milagrosas. Son solo algunos de los bulos sanitarios que circulan por Internet. Encontrar desinformaci¨®n peligrosa en la web es sencillo con una simple b¨²squeda o en forma de anuncios. Pero esto ¨²ltimo podr¨ªa empezar a cambiar. La nueva pol¨ªtica de publicidad digital de Google proh¨ªbe en la plataforma los anuncios que vendan tratamientos sin base biom¨¦dica o cient¨ªfica, as¨ª como t¨¦cnicas m¨¦dicas que no est¨¢n comprobadas o son experimentales. Es el caso de la mayor¨ªa de las terapias con c¨¦lulas madre, terapia celular y terapias g¨¦nicas.

¡°Hemos visto que ha crecido el n¨²mero de personas que intentan aprovecharse de otras ofreciendo tratamientos enga?osos y no probados. Muchas veces estos tratamientos pueden suponer un riesgo para la salud y creemos que no tienen cabida en nuestras plataformas¡±, explican fuentes de Google. Por ejemplo, hay cl¨ªnicas que intentan promover las c¨¦lulas madre como una cura para diferentes enfermedades: desde el c¨¢ncer hasta la ceguera y el dolor cr¨®nico. Google sostiene que para controlar que no se publiciten tratamientos sin aval cient¨ªfico va a utilizar ¡°una combinaci¨®n de evaluaci¨®n automatizada y humana¡± que bloquear¨¢ el anuncio al detectar que se infringe la normativa.

Elena Campos S¨¢nchez, presidenta de la de la Asociaci¨®n para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocient¨ªficas, considera que la prohibici¨®n de estos anuncios ¡°es un paso al frente muy necesario¡±. ¡°En Espa?a, seg¨²n las encuestas del CSIC o de Salud sin bulos, la gente hace mucho caso del boca a boca. En este caso el boca a boca son las redes sociales e Internet. Que sean entidades que mueven el comercio virtual las que tomen medidas para proteger la salud de los ciudadanos est¨¢ muy bien¡±, afirma Campos, que tambi¨¦n es doctora en Biomedicina e investigadora en el CSIC.

"Si permitimos que cualquiera diga cualquier cosa y que cualquier opini¨®n sea v¨¢lida, al final no distinguimos la realidad de la ficci¨®n"

Uno de cada cinco espa?oles ha usado para cuidar su salud productos y t¨¦cnicas que carecen de utilidad demostrada contra dolencias o enfermedades. Adem¨¢s, el 5,2% reconoce que ha sustituido un tratamiento m¨¦dico por una de estas terapias. En los ¨²ltimos a?os, ha habido varios casos de personas que han fallecido tras tratar enfermedades con pseudoterapias.

Google, en concreto, asegura que se proh¨ªben "suplementos alimenticios o elaborados con hierbas que contengan componentes activos farmac¨¦uticos o peligrosos, afirmaciones sobre la salud falsas o enga?osas, incluidas las afirmaciones que dan a entender que un producto es tan eficaz como un medicamento con receta o como las sustancias controladas, productos que carecen de autorizaci¨®n oficial y cuya forma de comercializaci¨®n implique que se puedan utilizar de forma segura o efectiva para prevenir, curar o tratar una determinada enfermedad o dolencia y anuncios sobre productos homeop¨¢ticos con ingredientes que son nocivos para el usuario".

Acceder a este tipo de tratamientos en Internet es muy sencillo. M¨¢s all¨¢ de los anuncios, a Campos le preocupan los canales de difusi¨®n de bulos de salud, ¡°gran parte de ellos alojados en YouTube¡±. Un informe publicado en 2018 del Consejo del Audiovisual de Catalu?a (CAC) alertaba que el 74% de las b¨²squedas en YouTube sobre el tratamiento del c¨¢ncer eran fake news.

Un portavoz de Google afirma que YouTube ha hecho ¡°un gran esfuerzo¡± para frenar la informaci¨®n err¨®nea en sus productos. Para ello, la compa?¨ªa intenta desarrollar mejores algoritmos de clasificaci¨®n de b¨²squeda y mejorar su capacidad para mostrar contenido autorizado". YouTube, seg¨²n el portavoz, tambi¨¦n ha creado ¡°pol¨ªticas m¨¢s estrictas contra la monetizaci¨®n de contenido da?ino o peligroso¡± en la plataforma.

Campos considera ¡°casi necesario terminar con el anonimato en este tipo de canales, noticias e informaci¨®n fake de manera que los autores puedan ser r¨¢pida e inequ¨ªvocamente identificados y puedan trazarse su actividad as¨ª como su reincidencia¡±, afirma. De hecho, considera que agentes como Google, Facebook y Twitter deber¨ªan tener contacto directo con las autoridades sanitarias, del orden o judiciales pertinentes para perseguir y multar a aquellos que se dediquen reincidentemente a difundir bulos de salud: ¡°Si permitimos que cualquiera diga cualquier cosa y que cualquier opini¨®n sea v¨¢lida, al final no distinguimos la realidad de la ficci¨®n. Cuando hablamos de cosas que se pueden demostrar, ah¨ª las opiniones no valen nada. Es una dictadura y es la dictadura del conocimiento y de la raz¨®n¡±.