Facebook permite que la red de p¨¢ginas falsas a favor del PP pueda seguir operando

Facebook no tomar¨¢ ninguna medida ante la red de p¨¢ginas falsas que emite mensajes a favor del PP y que este mi¨¦rcoles revel¨® EL PA?S: ¡°Hemos investigado a conciencia estos anuncios y p¨¢ginas y no violan nuestras pol¨ªticas¡±, dice una portavoz de la compa?¨ªa. ¡°Seguimos trabajando para aumentar la transparencia en Facebook: nuestros requerimientos para los anuncios dejan claro el individuo que est¨¢ detr¨¢s del mensaje, qui¨¦n lo ha visto y se incluye un 'pagado por' como advertencia¡±, a?ade.

Las consecuencias para esta red por ahora son escasas porque ocho de esas p¨¢ginas ya estaban suspendidas. Hab¨ªa dudas sobre si las hab¨ªa cerrado Facebook o el propio administrador. Ahora est¨¢ claro que lo hizo quien gestionaba esas p¨¢ginas, que fueron cerr¨¢ndose despu¨¦s de que este peri¨®dico empezara a preguntar.

Pero el mensaje de Facebook est¨¢ claro: crear p¨¢ginas falsas para influir en campa?as electorales es leg¨ªtimo. La intenci¨®n de Facebook es permitir que cada cual pueda decidir por su cuenta qu¨¦ creerse de lo que se cuenta en un anuncio. La ¨²nica obligaci¨®n que asume la compa?¨ªa es obligar a revelar qui¨¦n paga ese mensaje para que el usuario lo sepa.

Facebook est¨¢ envuelta en una gran pol¨¦mica en Estados Unidos por su decisi¨®n de permitir que los pol¨ªticos mientan en sus anuncios en la red social, sin que ning¨²n fact-checker externo lo advierta.

El mensaje de Facebook est¨¢ claro: crear p¨¢ginas falsas para influir en campa?as electorales es leg¨ªtimo

La obligaci¨®n de revelar qui¨¦n paga un anuncio es sin embargo relativamente sencilla de evitar, m¨¢s en una carrera de pocos d¨ªas como una campa?a electoral en Espa?a. La detecci¨®n y an¨¢lisis de esas cuentas puede llevar un tiempo que vaya m¨¢s all¨¢ de la fecha de las elecciones, con lo que su valor se esfuma. Las p¨¢ginas que ayer revel¨® EL PA?S est¨¢n gestionadas por personas que no siempre es f¨¢cil o posible vincular a un partido. El partido presuntamente m¨¢s favorecido siempre puede decir, adem¨¢s, que no sabe nada.

Las p¨¢ginas reveladas promov¨ªan adem¨¢s la abstenci¨®n, algo que es aparentemente legal. En Estados Unidos hay una batalla hist¨®rica para luchar contra la supresi¨®n del voto: publicar mentiras sobre qu¨¦ documentos son necesarios para votar o d¨®nde se hace. La comunidad afroamericana en Estados Unidos ha recibido a menudo mensajes as¨ª. Facebook no lo permitir¨¢ en su plataforma. Pero pedir la abstenci¨®n, aunque sea haci¨¦ndose pasar por otro, no es motivo de violaci¨®n de pol¨ªticas.

El ¨²nico motivo por el que Facebook podr¨ªa suspender una p¨¢gina o una campa?a de anuncios ser¨ªa, seg¨²n sus pol¨ªticas, el incumplimiento de la ley local. Solo lo har¨ªa tras recibir la petici¨®n de un organismo v¨¢lido. La compa?¨ªa, por tanto, no entra a valorar si el militante de un partido intenta fingir ser de otro para enga?ar.

La ¨²nica obligaci¨®n que se autoimpone Facebook con sus usuarios es desvelar qui¨¦n hay detr¨¢s de cada anuncio. Luego ya es tarea de periodistas, investigadores u organismos p¨²blicos encontrar las posibles violaciones. De nuevo, en los plazos estrechos de una campa?a es dif¨ªcil que todo esto ocurra con la suficiente rapidez. Es un juego del gato y el rat¨®n que algunos asesores astutos pueden emplear. Cada cual debe decidir si le compensa.

En su testimonio ante el Congreso de Estados Unidos hace dos semanas, el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, dijo: ¡°En la mayor¨ªa de los casos, en una democracia, creo que la gente deber¨ªa poder ver por s¨ª misma qu¨¦ dicen los pol¨ªticos por los que podr¨ªa o no podr¨ªa votar y juzgar su car¨¢cter por s¨ª mismos¡±. El problema con esta declaraci¨®n es que no siempre est¨¢ claro qu¨¦ pol¨ªtico est¨¢ detr¨¢s de cada mensaje. Facebook quiere ahorrarse tomar esa decisi¨®n y la deja en manos de la sociedad.

Esta decisi¨®n de Facebook expone el papel cada vez m¨¢s central que juega la red social en unas elecciones. El anuncio de ayer de Twitter de no permitir publicidad pol¨ªtica en su red deja a la compa?¨ªa de Zuckerberg m¨¢s sola en esta batalla. Es dif¨ªcil tambi¨¦n pensar que los ingresos que genera esta actividad ¨Cmuy escasos en Espa?a¨C sean el motivo central de la decisi¨®n de Facebook.