Videollamadas para evitar muertes en soledad
Sanitarios de hospitales y residencias, con la ayuda de operadoras, organizan el contacto mediante 'smartphones¡¯ entre afectados por el coronavirus y familiares
La madre de Eva Saugar Bl¨¢zquez ha muerto sola. Estaba en la residencia Sergesa de Boadilla del Monte, uno de los geri¨¢tricos desbordados por el coronavirus que la Comunidad de Madrid prev¨¦ intervenir. Primero tuvo fiebre. Despu¨¦s le costaba respirar. Pese a la insistencia de su hija, una desempleada de 60 a?os, nadie le hizo pruebas. Tampoco fue trasladada a un hospital. ¡°Ten¨ªa 95 a?os y estaba fenomenal. Pero en una semana muri¨® porque no le hicieron caso y se limitaron a encerrarla en una habitaci¨®n. No pude ni despedirme¡±, cuenta con amargura Saugar desde su domicilio en Navahondilla (?vila). Le hubiera gustado acompa?ar a su madre en ese momento. En algunas residencias y hospitales de Espa?a hay profesionales que recurren a la tecnolog¨ªa para que esto sea posible. Utilizan smartphones y tabletas para poner en contacto a personas afectadas por el coronavirus y familiares.
¡°Yo trabajo con pacientes que est¨¢n muri¨¦ndose solos por el coronavirus. En hospitales, en residencias y en sus casas. En el siglo XXI, cuando todo el mundo tiene dispositivos, no podemos dejar que la gente no se despida¡±, afirma Esther G¨®mez. Esta enfermera de 26 a?os pasa sus d¨ªas libres recorriendo hospitales de Madrid con su m¨®vil. Busca a pacientes que quieren y no pueden hablar con sus familiares y organiza una videollamada.
Con esta idea de utilizar la tecnolog¨ªa para permitir comunicarse a quienes se han visto afectados por la crisis sanitaria, ha puesto en marcha el proyecto Acortando la distancia. El objetivo es conectar pacientes ingresados en urgencias, plantas de hospitalizaci¨®n y unidades de cuidados intensivos con sus familiares a trav¨¦s de una videollamada. Tambi¨¦n a las personas mayores que se encuentran en residencias.
Diferentes compa?¨ªas tecnol¨®gicas han empezado a donar m¨®viles y tabletas a hospitales y residencias. M¨¢sMovil ha ofrecido 2.000 dispositivos y tarjetas con llamadas ilimitadas y conexi¨®n a Internet. De momento, ya se han repartido unos 600 aparatos a 56 centros de diferentes ciudades de Espa?a. Por ejemplo, el Hospital del Mar en Barcelona, el Hospital Universitario Puerta de Hierro, la Fundaci¨®n Apsuria o la residencia Gast¨®n Baquero en Madrid.
Para poner en marcha Acortando la distancia, G¨®mez se inspir¨® en un proyecto similar en Italia. En su cuenta de Instagram, @mienfermerafavorita, hace referencia a una carta de un m¨¦dico de Mil¨¢n llamado Lorenzo Musotto. ¡°Estoy profundamente convencido de la importancia de las mascarillas, guantes y maquinaria, pero el derecho a decir adi¨®s, para los que se van y para los que se quedan, no debe ser menos¡±, sostiene en la misma Musotto.
Tambi¨¦n hay pacientes no tan graves que llevan tiempo sin saber absolutamente nada de sus seres queridos. ¡°La familia recibe informaci¨®n cada 24 horas. Pero el paciente no sabe nada de fuera. Algunos llevan m¨¢s de 10 d¨ªas sin hablar con sus allegados¡±, cuenta G¨®mez. Al hospital, seg¨²n explica, la mayor¨ªa de los pacientes no va ni con ¡°una mochila de Dora la exploradora¡±: ¡°Vas porque te encuentras mal, pero no sabes si te van a ingresar. Hay gente que tiene m¨®vil pero no cargador. Otros tienen m¨®vil y cargador, pero no datos para hacer una videollamada. Tambi¨¦n hay quienes no tienen dispositivos o los han perdido durante el ingreso al cambiar de unas plantas a otras¡±.
La situaci¨®n la conoce bien Victoria Trasmonte, m¨¦dica adjunta de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital 12 de Octubre. Lleva d¨ªas paseando por el hospital en busca de pacientes que quieran hablar con sus familias. Para hacer las videollamadas, los sanitarios entran con el EPI (equipo de protecci¨®n individual). El dispositivo normalmente va metido en una bolsa. Una vez utilizado, se limpia con productos especiales.
Las videollamadas se suelen hacer con Whatsapp y son cortas, de unos cinco minutos. Pero muy intensas. ¡°Ayer avis¨¦ a una familia de que les iba a llamar. Cuando respondieron, al otro lado de la pantalla, el paciente se encontr¨® con su mujer y sus dos hijos que a su vez estaban haciendo cada uno otra videollamada con sus otros dos hermanos. Le ense?aron hasta al perro. En ese momento la persona te mira con una luz¡ Te emocionas inevitablemente¡±.
El personal del 12 de Octubre ha empezado a coordinarse para que este tipo de situaciones se den m¨¢s a menudo. ¡°Hemos formado un grupo para catalogar a los pacientes que necesitan llamar. Hemos encontrado unas 54 personas en todo el hospital que no se pueden comunicar con sus familias, pero pensamos que hay m¨¢s de 100¡±. El objetivo es repartir las tabletas y m¨®viles en las plantas y que sean los propios enfermeros quienes cuando atienden a un paciente, le permitan realizar una videollamada.
El tratamiento de la soledad
La primera reacci¨®n de los familiares es de alegr¨ªa. La mayor¨ªa de llamadas hechas hasta el momento han sido totalmente inesperadas. Se vuelcan dando ¨¢nimos: ¡°Por mucho que un m¨¦dico te informe por tel¨¦fono de la situaci¨®n, no hay nada c¨®mo ver a tu padre. La tecnolog¨ªa permite enviar abrazos virtuales¡±. Las palabras m¨¢s repetidas durante las llamadas son ¡°te quiero¡±, ¡°un beso¡±, ¡°mucho ¨¢nimo¡± y ¡°la pr¨®xima comida la pagas t¨²¡±. ¡°Creo que no es el tratamiento del coronavirus, pero es el tratamiento de la soledad. El alma se cura viendo a tus seres queridos¡± explica la doctora.
Lo confirma Mar¨ªa Bustos Morales, de 20 a?os. Vive en Yeles, un municipio de Toledo, y su padre est¨¢ ingresado en el Hospital 12 de Octubre desde el pasado 14 de marzo. Recuerda cada detalle de ese d¨ªa. ¡°Por la ma?ana me acerqu¨¦ a su habitaci¨®n y me dijo: "Estoy volando en fiebre, traeme un zumo de naranja¡±. Ella y su hermano tambi¨¦n ten¨ªan s¨ªntomas. Llevaban d¨ªas pidiendo que les hicieran a todos las pruebas de la Covid-19. Su padre, que ha pasado por un c¨¢ncer y ha sido trasplantado de m¨¦dula, cogi¨® el coche y se fue al hospital.
Permanece ingresado desde entonces. Al principio hablaba por WhatsApp a diario con su familia. Pero fue empeorando: ¡°No com¨ªa, ten¨ªa diarrea y un d¨ªa los m¨¦dicos nos dijeron que lo mejor era intubarle durante tres d¨ªas para limpiar sus pulmones. Le dije que ten¨ªa que ser fuerte y no volv¨ª a hablar con ¨¦l¡±. Lo que en principio iban a ser tres d¨ªas, acab¨® por alargarse: ¡°Nos dijeron que estaba estable pero en estado grave. Ese d¨ªa se me vino el mundo al suelo. No sab¨ªamos cu¨¢ndo iba a despertar y yo cre¨ªa que no me iba a poder despedir de ¨¦l y que no iba a volver a poder decirle te quiero¡±, relata la joven con l¨¢grimas en los ojos.
Tras una semana, le desentubaron. Y lleg¨® el que Bustos define como el momento m¨¢s emotivo de su vida. Recibieron una videollamada del hospital. Por f¨ªn pudo ver a su padre. ¡°Te necesito conmigo aqu¨ª pap¨¢, eres muy fuerte. Eres mi superh¨¦roe¡±, le dijo. ?l estaba aturdido: ¡°Incluso nos pregunt¨® por sus nietos, que todav¨ªa no tiene¡±.
Alfredo, de 61 a?os, dice sentirse ¡°bastante recuperado¡±. ¡°No sab¨ªa d¨®nde estaba hasta el d¨ªa de hoy, que he podido conversar con mi familia. Vine al hospital y llevo 22 d¨ªas delirando¡±, afirma a trav¨¦s de una videollamada. Tiene puesta una mascarilla con ox¨ªgeno y repite lo agradecido que est¨¢ con el personal sanitario.
Todav¨ªa no tiene su m¨®vil. Desde que le ingresaron, su hija no le ha dejado de escribir por WhatsApp ni un solo d¨ªa. Mensajes para darle los buenos d¨ªas y las buenas noches. ¡°Un enfermo cuando est¨¢ solo lo que necesita es que le quieran. Sentir nuestro cari?o le sube las defensas¡±. Para ella, haber hablado con su padre ha significado ¡°volver a respirar tranquila¡±. Mientras que miles de ciudadanos esperan el momento de poder salir de nuevo a la calle, ella solo quiere estar en casa con toda su familia. ¡°No me importa no salir m¨¢s. Con que mi padre vuelva a casa me vale. Cuando venga, voy a abrazarle y no soltarle m¨¢s¡±, cuenta emocionada.
Minutos de compa?¨ªa para los m¨¢s mayores
El Ayuntamiento de Madrid y Adopta Un Abuelo han lanzado un programa de acompa?amiento telef¨®nico dirigido a personas mayores aisladas durante el periodo de confinamiento. M¨¢s de 100 voluntarios participan en el proyecto, llamado ¡°Minutos en compa?¨ªa¡±. Reciben a diario llamadas de personas mayores. Ya han atendido m¨¢s de 3.600. En la primera semana ofrecieron en total casi 16.000 minutos de compa?¨ªa. Es decir, unas 267 horas o cerca de 11 d¨ªas de conversaci¨®n.
¡°Quienes llaman hablan y se desahogan. Hay veces que simplemente escuchar es la mejor terapia¡±, cuenta Patricia G¨®mez, una de las voluntarias de Adopta un Abuelo. La mayor¨ªa de personas que acuden al tel¨¦fono gratuito 91 949 01 11 supera los 78 a?os de edad. Muchas viven solas. ¡°El otro d¨ªa me dec¨ªa una mujer que hab¨ªa sido agradable escuchar la voz de otra persona y la suya propia. Al no hablar con nadie, no escuchan ni su propia voz¡±, cuenta.
Mientras que algunos est¨¢n animados, otros llaman con ansiedad o un poco deca¨ªdos. Los voluntarios reciben unas instrucciones de c¨®mo tratar a estas personas: informaci¨®n que es mejor no compartir con ellos, c¨®mo hacerles sentir mejor, c¨®mo planificar nuevas rutinas y qu¨¦ hacer por ejemplo si una persona mayor se pone a llorar.
Las conversaciones no tienen una duraci¨®n determinada. ¡°Siempre pasan de los 25 minutos. Depende de lo que d¨¦ de s¨ª. Con Joaqu¨ªn, de 80 a?os, he estado 45¡±, cuenta Celia Soler. Esta voluntaria de 26 a?os sobre todo ha recibido llamadas de hombres que viven solos: ¡°Empiezo preguntando su nombre y de d¨®nde son. Despu¨¦s hablamos de c¨®mo llevan estar en casa, qu¨¦ han comido o qu¨¦ hacen en su vida normal para que recuerden su vida cotidiana. Aunque solo sea un ratito, les da mucha alegr¨ªa y les viene fenomenal¡±.
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