Los videojuegos entran de lleno en la campa?a presidencial de Estados Unidos
El ¡®ticket¡¯ dem¨®crata a la Casa Blanca, compuesto por Joe Biden y Kamala Harris, lanza unos letreros para que los jugadores de ¡®Animal Crossing: New Horizons¡¯ apoyen su candidatura
Todos los votos cuentan. Estados Unidos acude a las urnas el pr¨®ximo 3 de noviembre y los partidos engrasan la maquinaria electoral para ocupar la Casa Blanca. Una maquinaria tanto f¨ªsica como digital, cuyos esfuerzos cada vez van m¨¢s dirigidos a este espacio intangible, formado por redes sociales ¡ªtan bien manejadas por el actual presidente, Donald Trump¡ª o los videojuegos. El ticket dem¨®crata, compuesto por Joe Biden y Kamala Harris, busca en Animal Crossing: New Horizons una nueva estrategia de propaganda al permitir que los jugadores apoyen su candidatura mediante letreros que pueden colocarse dentro del juego.
El t¨ªtulo desarrollado por Nintendo simula un mundo virtual, habitado por animales entra?ables, donde los jugadores se mueven por una isla desierta como si fuera su d¨ªa a d¨ªa. Construyen casas, pescan, recolectan alimentos, quedan con sus amigos¡ Y desde hace una semana pueden instalar carteles en sus jardines con los apellidos Biden y Harris. Un movimiento pol¨ªtico completamente premeditado.
Este t¨ªtulo ha sido uno de los videojuegos estrella durante el confinamiento, con un p¨²blico intergeneracional que contactaba con amigos, conocidos y extra?os en un momento de reclusi¨®n en casa. ¡°Para captar la atenci¨®n de los votantes tienes que acudir adonde est¨¦n. En una pandemia esto significa online. Y Animal Crossing es uno de los sitios m¨¢s populares entre la poblaci¨®n¡±, sostiene Zizi Papacharissi, profesora de Comunicaci¨®n en la Universidad de Illinois.
El equipo de campa?a ha dise?ado cuatro carteles con los logotipos oficiales, as¨ª los jugadores del t¨ªtulo de Nintendo Switch pueden descargarlos y exponerlos en la isla. Las pancartas se escanean mediante un c¨®digo QR en la aplicaci¨®n Nintendo Switch Online. Inmediatamente despu¨¦s los usuarios pueden colocarlos donde deseen como un elemento decorativo adicional del juego.
La industria gaming, de acuerdo con el ¨²ltimo informe de SuperData, gener¨® el a?o pasado cerca de 110.000 millones de euros. O lo que es lo mismo, casi tres veces m¨¢s que la cantidad del sector cinematogr¨¢fico y 70 veces m¨¢s en comparaci¨®n con el musical. Se trata de un entorno atractivo para cosechar votos, sobre todo ante unas elecciones imprevisibles, que se decantar¨¢n por un pu?ado de papeletas en los denominados swing states ¡ªun conjunto de Estados, como Michigan, Ohio o Pennsylvania, que var¨ªan la candidatura ganadora casi en cada proceso electoral¡ª. ¡°Los videojuegos, en especial los online, se han convertido en un elemento m¨¢s importante en nuestras vidas, en un espacio donde desarrollar nuevas formas de propaganda¡±, razona Paolo Gerbaudo, soci¨®logo y director del Centro para la Cultura Digital en el King¡¯s College de Londres.
No resulta innovador que un videojuego sirva de herramienta pol¨ªtica, aunque lo que Biden y Harris han puesto encima de la mesa trastoca los ejemplos conocidos hasta ahora. Acudir directamente a un t¨ªtulo de masas no aparec¨ªa dentro del abecedario de la movilizaci¨®n electoral. La apuesta en otros pa¨ªses ha consistido en darle otro enfoque a juegos m¨¢s que conocidos. Este fue el caso de Jean-Luc M¨¦lenchon, candidato a la presidencia francesa por el movimiento La France Insumise, que cre¨® Fiscal Kombat, un videojuego inspirado en Mortal Kombat donde se le ve¨ªa sacudiendo a empresarios que no pagaban sus impuestos.
Si nos fijamos en Estados Unidos, el candidato en 2004 a las primarias Dem¨®cratas Howard Dean apost¨® por lo que llam¨® The Howard Dean for Iowa, un juego en el que invitaba a sus seguidores a comprender c¨®mo participar en su campa?a electoral. Una especie de entrenamiento virtual con el que aumentar su base de apoyo. M¨¢s recientemente, en 2016, Hillary Clinton pidi¨® a los usuarios de P¨®kemon Go que acudieran a las urnas mientras cazaban un pok¨¦mon por las calles. ¡°Todas las formas de conectar con la sociedad en torno a elementos que forman parte de su felicidad diaria es interesante. Muestra que los pol¨ªticos escuchan a la gente¡±, asegura Papacharissi.
Llegar al votante joven
Ser¨ªa na¨ªf reducir a la nueva pol¨ªtica la incursi¨®n del ticket dem¨®crata en Animal Crossing. Como cualquier tipo de propaganda, la movilizaci¨®n y llegar hasta el ¨²ltimo votante est¨¢ en la g¨¦nesis de la iniciativa. Un candidato como Biden, de 77 a?os, no despierta excesiva empat¨ªa entre los m¨¢s j¨®venes. Aqu¨ª gana valor presentarse ante ellos mediante un juego. Un espacio l¨²dico en el que trascender m¨¢s all¨¢ de las campa?as t¨ªpicas en Facebook, Twitter e Instagram. ¡°El lenguaje de los videojuegos permite a los pol¨ªticos acceder a los j¨®venes a trav¨¦s de su lenguaje cotidiano. Adem¨¢s, a?ade un elemento de entretenimiento en un contexto donde muchos perciben la pol¨ªtica como algo aburrido¡±, precisa Gerbaudo.
Una barrera derribada por estos carteles virtuales es la de asociar videojuegos con violencia. En Estados Unidos ha sido una comparativa habitual dentro de la ret¨®rica pol¨ªtica. A los causantes de tiroteos en los institutos, por ejemplo, sol¨ªan relacionarlos con la cantidad de horas jugadas a t¨ªtulos ciertamente violentos, como Grand Theft Auto. Poco m¨¢s que todo lo sucedido hab¨ªa dependido de que fuera un gamer. En palabras de Papacharissi, esta iniciativa no cambiar¨¢ en exceso ese discurso debido a que Biden y Harris solo buscan conectar con ciertos grupos que les impulsen hacia la Casa Blanca.
Hasta noviembre ser¨¢ imposible medir el ¨¦xito de aparecer en las pantallas de Nintendo. Habr¨¢ que esperar a un nuevo proceso electoral para saber si los videojuegos se han convertido en un nuevo campo de batalla pol¨ªtica. Por el momento, solo se han adentrado en un terreno desconocido para una maquinaria tan refinada como la de las campa?as presidenciales. Pero est¨¢ demostrado que el mundo digital puede marcar la diferencia entre ganar o perder. ¡°El populismo de derechas, como Trump, ha comprendido la relevancia de la propaganda digital. Fue esencial en 2016 para generar simpat¨ªa y votos en los sectores subculturales del mundo digital¡±, concluye Gerbaudo.
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