¡°Hay que potenciar que los cables submarinos no solo pasen por Espa?a. Hacen tirar adelante la econom¨ªa¡±
Miguel Angel Acero, cofundador de la estaci¨®n de anclaje de fibra ¨®ptica que se construye en Barcelona reflexiona desde sus 30 a?os de experiencia sobre el potencial de las costas espa?olas para estas rutas
En 2007, Miguel ?ngel Acero trabaj¨® como consultor en el proyecto bautizado como la red Asturc¨®n, que despleg¨® una red de fibra ¨®ptica en las cuencas mineras de Asturias. ¡°Hab¨ªa ah¨ª un caso de un peque?o empresario que ten¨ªa una tienda de muebles artesanales. En un a?o dobl¨® los empleados, gener¨® empleo. Otra empresa en Cangas atrajo a 100 personas muy cualificadas y han creado un gran centro de procesamiento de mapas ortogr¨¢ficos¡±, relata. Ahora, el ingeniero de telecomunicaciones acaba de poner en marcha ¡ªjunto a su socio Norman Albi¡ª un proyecto incomparablemente mayor para construir una estaci¨®n de anclado de cables submarinos en Barcelona. Su teor¨ªa es que impulsar ese mercado puede tener un efecto parecido, pero a gran escala, en el tejido empresarial de todo el pa¨ªs. ¡°Hay que hacer que los cables submarinos no solo pasen por Espa?a¡±, asegura. ¡°Esas cosas son las que hacen tirar adelante la econom¨ªa¡±.
Acero lleva treinta a?os viendo c¨®mo se tejen las redes submarinas y terrestres que hacen posible Internet. En Espa?a, ha contribuido como consultor a la instalaci¨®n de los cables Balalink ¡ªque une Baleares y Valencia¡ª o Canalink, que conecta Canarias. Como cofundador de la compa?¨ªa AFR-IX Telecom ha tendido un puente entre el mundo y ?frica. ¡°?bamos a donde nadie quer¨ªa ir¡±, recuerda. A trav¨¦s de la capacidad que alquilaban al cable Africa Coast to Europe (ACE), ofrec¨ªan conexiones con Guinea-Conakry, Sierra Leona, Liberia¡ ¡°En la ¨¦poca del ¨¦bola recuerdo estar viajando intensamente a esos pa¨ªses porque era la forma de demostrar que apostaba por ellos¡±, comenta.
A esas apuestas suma ahora el pol¨ªgono industrial El Sot de Sant Adri¨¤ de Bes¨°s (Barcelona), donde ha empezado a construir la Barcelona Cable Landing Station (Barcelona CLS). Este centro est¨¢ llamado a convertirse en punto de anclaje para hasta ocho cabes submarinos que conecten ?frica, Europa y Norteam¨¦rica. La iniciativa llega en un momento crucial para que Espa?a desempe?e un papel estrat¨¦gico en este tipo de infraestructuras. ¡°Espa?a est¨¢ en lo que llaman la nueva ruta de la seda. Es decir, venir desde Asia, cruzar el Mediterr¨¢neo y saltar al Atl¨¢ntico lo antes posible para ir a conectar con los Estados Unidos¡±, explica el ingeniero.
El proyecto cuenta con una inversi¨®n p¨²blica inicial de 800.000 euros. Una cifra peque?a para lo que se espera que contribuya al crecimiento de la econom¨ªa catalana. Seg¨²n los c¨¢lculos del Govern, en cinco a?os el puerto digital puede incrementar el PIB de la comunidad aut¨®noma entre un 2% y un 4%, y generar 50.000 trabajadores en el ¨¢mbito de la econom¨ªa digital, hasta llegar a los 200.000. ¡°Singapur es una ciudad del tama?o de Barcelona y con la misma poblaci¨®n. Tiene 20 cables submarinos y 60 data centers. Han reconvertido toda su industria del siglo anterior y ahora es una econom¨ªa puramente digital. No tenemos que aspirar a ser Singapur, pero tampoco podemos quedarnos como estamos¡±, razona el experto.
Acero se dispone a poner su propio enchufe en el mapa de Internet, despu¨¦s de ver crecer y cambiar por completo un mercado que hace solo una d¨¦cada era totalmente distinto. Antes la competici¨®n era por establecer conexiones, ahora por la rapidez. El objetivo es que los contenidos, m¨¢s que viajar, se teletransporten casi al instante hasta cualquier lugar que los demande. ¡°En el negocio del gaming, dos milisegundos m¨¢s de velocidad pueden marcar la diferencia. Ya no es la conectividad: es d¨®nde est¨¢n los servidores¡±, razona. ¡°En los a?os 90 todo el mundo pon¨ªa sus datacenters en Groenlandia para ahorrar en climatizaci¨®n. Ahora se han dado cuenta de que eso est¨¢ muy lejos y est¨¢n bajando¡±.
Mientras avanzan las obras en Barcelona, que tendr¨ªa que recibir su primer cable durante el primer semestre de 2022. Acero repasa su pasado en un sector que Espa?a nunca ha dominado. ¡°Ya desde la d¨¦cada de los 90 se qued¨® muy atr¨¢s a nivel de nodos de importancia para hacer peering internacional¡±, explica. Esta pr¨¢ctica, que permite establecer conexiones entre distintas redes de Internet, se concentr¨® en los mercados de Par¨ªs, ?msterdam, Mil¨¢n o Londres. ¡°Nosotros empezamos como consultores en 2007, cuando empez¨® la crisis, y las inversiones en cables submarinos estaban totalmente bloqueadas¡±, recuerda. En aquellas condiciones, las rutas que podr¨ªan haberse anclado en Espa?a se tendieron hacia otros puertos europeos, como Marsella.
Plantas acu¨¢ticas y barcos hundidos
Contando con los proyectos que a¨²n est¨¢n en construcci¨®n, las costas espa?olas registran ahora mismo 28 de estas conexiones, de acuerdo con los datos de Telegeography. Barcelona CLS a pleno rendimiento supondr¨ªa un crecimiento del 28% sobre la situaci¨®n actual. ?Hay potencial para desplegar proyectos parecidos en otros lugares de Espa?a? S¨ª, pero no es sencillo, explica el ingeniero. Para empezar, el viaje de Internet no acaba en la orilla. En la elecci¨®n de Barcelona influye la infraestructura de fibra ¨®ptica circundante, que permite establecer la ruta terrestre de los datos a trav¨¦s de redes troncales ¡ªaquellas que cuentan con mayor densidad de cables de transmisi¨®n¡ª que van a dar a otros puntos de Espa?a. El acceso a estas autopistas no est¨¢ al alcance de cualquier playa. ¡°Si no tienes los pilares, el edificio no se sostiene¡±, resume Acero. Bilbao es otro punto de enganche apetecible, con troncales que bajan hacia Madrid y Barcelona. No en vano, de la costa de la capital vizca¨ªna salen ya dos cables submarinos a los que en 2022 se sumar¨¢ Grace Hopper, anunciado por Google en julio. ¡°Bilbao est¨¢ empujando muy fuerte. Nosotros estamos estudiando la posibilidad de replicar el modelo ah¨ª¡±.
La cuesti¨®n de las troncales es seg¨²n Acero uno de los factores que ponen a Espa?a en desventaja con respecto a sus vecinos Europeos. ¡°No ha sido muy buen resuelta. En otros pa¨ªses hay leyes que facilitan que por una autopista, siguiendo unas reglas, puedas desplegar una troncal¡±, explica. Aunque tenemos troncales construidas seg¨²n este modelo, no es lo habitual. En opini¨®n del ingeniero, hay excesiva dependencia de las redes el¨¦ctricas y ferroviarias. ¡°El problema que tienen esos proveedores es que su negocio no es ese. Cuando hay un problema, para ellos prima su servicio¡±, explica. En este contexto, su ejemplo a seguir son las redes abiertas de los pa¨ªses n¨®rdicos. ¡°El concepto es que cualquiera que hace una infraestructura tiene la obligaci¨®n de compartirla a coste. No haces negocio, pero tampoco pierdes dinero¡±.
La otra barrera est¨¢ literalmente en el fondo del mar. ¡°No puedes aterrizar un cable donde te da la gana¡±. Por un lado, operan requerimientos ambientales como los que protegen las zonas de posidonia, una planta acu¨¢tica end¨¦mica del Mediterr¨¢neo. Esta vegetaci¨®n acu¨¢tica limita el acceso a buena parte de la costa barcelonesa. ¡°Por suerte encontramos un corredor donde no hab¨ªa posidonia y pudimos entrar¡±, a?ade Acero. Otro obst¨¢culo en potencia es el inter¨¦s arqueol¨®gico de esos entornos submarinos. ¡°Cuando hice el proyecto de Canarias fue muy dif¨ªcil aterrizar por la cantidad de pecios que hab¨ªa¡±, recuerda.
Puedes seguir a EL PA?S TECNOLOG?A RETINA en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aqu¨ª a nuestra Newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.