De tres virus al mes a 200.000 al d¨ªa: el antivirus checo que conquist¨® al mundo cumple 30 a?os
Ondrej Vlcek, que lleg¨® a Avast Software para hacer unas pr¨¢cticas y ahora dirige la compa?¨ªa, repasa las luces y sombras de un sector donde los programas maliciosos son solo parte del problema
Cuando se fund¨® Avast Software, hace treinta a?os, los virus inform¨¢ticos que la compa?¨ªa pretend¨ªa combatir a¨²n se contagiaban de un equipo a otro a bordo de disquetes. En 1988, Pavel Baudis se las ingeni¨® para exorcizar el virus Viena de uno de aquellos soportes, y en 1991, constituy¨® la empresa junto con su cofundador, Eduard Ku?era. Si el plan para aquel programa malicioso primigenio hubiera sido colonizar los ordenadores del mundo, la tarea podr¨ªa haberse extendido hasta nuestros d¨ªas.
Sin internet, el disquete necesitaba viajar a hombros de humanos para diseminar sus pat¨®genos. ¡°Antes un virus tardaba meses en llegar de Australia a Espa?a. Ahora viaja al instante¡±, explica por videollamada Ondrej Vlcek, consejero delegado de la compa?¨ªa checa. Hoy su herramienta de ciberdefensa tiene 435 millones de usuarios activos, un 12,6% de la cuota de mercado y es el segundo mayor proveedor del mercado, solo por detr¨¢s de Symantec (Norton).
En la sucesi¨®n de contrastes que es la historia de Avast y la ciberseguridad en general, el caso del ejecutivo no es una excepci¨®n. El actual l¨ªder de la empresa lleg¨® a Alwil ?Software ¨Cas¨ª se llam¨® hasta 2010¨C en 1995 para unas pr¨¢cticas de verano. Vlcek ten¨ªa entonces 18 a?os, estudiaba primero de Matem¨¢ticas de la Universidad T¨¦cnica de Praga y quer¨ªa ganar algo de dinero. Avast era una migaja de lo que es ahora: donde hoy trabajan cerca de 2.000 personas, se afanaban no m¨¢s de seis. ¡°Segu¨ª colaborando con ellos durante mis estudios. Era una buena fuente de ingresos para un estudiante pobre. Cuando termin¨¦, me incorpor¨¦ a tiempo completo¡±, resume. Despu¨¦s pas¨® por la direcci¨®n de tecnolog¨ªa, encabez¨® la divisi¨®n de consumo y en 2019 alcanz¨® su cargo actual.
En los albores de la industria, con empresas como Symantec o McAfee que tambi¨¦n estaban dando sus primeros pasos, la situaci¨®n era relativamente tranquila. Durante el verano de sus primeras pr¨¢cticas, recuerda Vlcek, descubrieron seis nuevas variantes de virus. En promedio, tres al mes. La expansi¨®n de internet permiti¨® pasar del disquete al gusano inform¨¢tico capaz de propagarse en una fracci¨®n de segundo: ¡°Ahora estamos viendo 200.000 al d¨ªa¡±. A esta proliferaci¨®n desbocada contribuye adem¨¢s intervenci¨®n de los propios ordenadores en la creaci¨®n de nuevas amenazas a base de constantes mutaciones de los virus existentes. Tambi¨¦n han cambiado las intenciones: las meras demostraciones de fuerza han dejado paso a una industria criminal cuyo motor es el beneficio econ¨®mico.
En ciberseguridad, afirma el ejecutivo, cada a?o es peor que el anterior. Pero la norma es m¨¢s cierta que nunca desde marzo de 2020, tanto en el n¨²mero de ataques como en la sofisticaci¨®n de estos. ¡°Europa comenz¨® a cerrarse por la pandemia el 13 de marzo. Literalmente al d¨ªa siguiente empezamos a encontrar modelos de phishing ??¨Cintentos de suplantaci¨®n¨C en p¨¢ginas web falsas que promet¨ªan m¨¢s informaci¨®n. La tasa de clics en esos enlaces estaba por las nubes¡±, recuerda Vlcek. Hasta los sistemas de rastreo de contactos se convirtieron en carne de ca?¨®n. ¡°Vimos m¨¢s de mil aplicaciones falsas que consiguieron llegar a las tiendas y lanzar acciones maliciosas en los dispositivos¡±.
Y, sin embargo, los virus inform¨¢ticos son solo parte del problema que mantiene vivo el negocio de Avast treinta a?os despu¨¦s. ¡°Antes lo ¨²nico que importaba era la seguridad. Eran los buenos contra los malos. Era f¨¢cil. Ahora el mundo es mucho m¨¢s complejo¡±, razona el experto. En el frente han brotado dolores de cabeza paralelos entre los que destaca la protecci¨®n de la privacidad de los usuarios y la necesidad de decidir d¨®nde est¨¢ la l¨ªnea roja lo que a recopilar datos se refiere. ¡°Personalmente, pienso que es un problema. No creo que los modelos de negocio del internet tal y como est¨¢n hoy sean sostenibles, especialmente en el caso de compa?¨ªas como Facebook. Algo tiene que cambiar¡±.
En el ojo del hurac¨¢n
Avast se dio de bruces la l¨ªnea roja hace algo m¨¢s de un a?o, cuando periodistas de publicaciones especializadas revelaron que la compa?¨ªa estaba recopilando datos de sus usuarios y vendi¨¦ndolos a terceros a trav¨¦s de una divisi¨®n independiente de la compa?¨ªa llamada Jumpshot. El proyecto, nacido en 2015 como una exploraci¨®n de posibles v¨ªas de negocio alternativas a la seguridad, muri¨® en la resaca de las revelaciones, despu¨¦s de que Vlcek y la junta de direcci¨®n decidieran cesar la recolecci¨®n de datos y las actividades de Jumpshot.
El ejecutivo explica que en los meses previos al esc¨¢ndalo y poco despu¨¦s de su nombramiento como consejero delegado ya se estaba trabajando en la desconexi¨®n de ese proyecto, un tercio del cual se hab¨ªa vendido. ¡°Pero optamos por cerrarlo directamente ante la presi¨®n que recibimos de los usuarios¡±, recuerda. ¡°Fue una decisi¨®n dif¨ªcil porque tuvimos que dejar ir a 200 personas, pero creo que fue lo correcto¡±.
Pasada la tormenta, Avast ha seguido tratando de enmendar sus acciones creando servicios como BreachGuard, que notifica a sus usuarios en caso de que sus datos aparezcan en una filtraci¨®n y les permite retirar su informaci¨®n de las bases de datos de las empresas que se dedican a este negocio de manera legal. El compromiso de Vlcek es que ¡°algo como lo ocurrido con Jumpshot no vuelva a repetirse jam¨¢s¡±. Menos de dos meses despu¨¦s del cierre del proyecto, estall¨® la pandemia.
?C¨®mo se presentan las pr¨®ximas tres d¨¦cadas? ¡°En tecnolog¨ªa treinta a?os son muchos, pero creo que el problema de la privacidad va a seguir empeorando antes de empezar a mejorar¡±, sentencia el directivo. Desde su punto de vista, se avecinan unos cinco a?os que exigir¨¢n cambios en los productos, presi¨®n p¨²blica y m¨¢s voces se?alando los problemas existentes y obligando a los modelos actuales a cambiar: ¡°Estamos decididos a tener un papel en eso¡±.
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