Marta Echarri: ¡°Las mujeres han de creerse que pueden llegar tan alto como quieran¡±
La directora general de N26 en Espa?a, una de las directivas m¨¢s j¨®venes y escasas en el sector bancario, analiza el estado de salud del mundo ¡®fintech¡¯ y c¨®mo superar la brecha de g¨¦nero
El espacio de trabajo compartido que utiliza a modo de oficinas en pleno centro de Madrid aporta alguna pista de que este banco funciona de manera diferente. Ni grandes distritos financieros ni edificios emblem¨¢ticos. N26 naci¨® hace seis a?os en Alemania bajo la etiqueta de fintech ¡ªempresas que aplican nuevas tecnolog¨ªas a actividades financieras y de inversi¨®n¡ª. Apost¨® exclusivamente por la banca digital. En Espa?a lleva instalado desde 2018 y su directora general, Marta Echarri (Madrid, 37 a?os), se ...
El espacio de trabajo compartido que utiliza a modo de oficinas en pleno centro de Madrid aporta alguna pista de que este banco funciona de manera diferente. Ni grandes distritos financieros ni edificios emblem¨¢ticos. N26 naci¨® hace seis a?os en Alemania bajo la etiqueta de fintech ¡ªempresas que aplican nuevas tecnolog¨ªas a actividades financieras y de inversi¨®n¡ª. Apost¨® exclusivamente por la banca digital. En Espa?a lleva instalado desde 2018 y su directora general, Marta Echarri (Madrid, 37 a?os), se ha convertido tanto en una de las ejecutivas m¨¢s j¨®venes como en una de las pocas mujeres con un cargo de responsabilidad en el sector financiero.
Despu¨¦s de 15 a?os embarcada en banca tradicional, como JP Morgan y Merrill Lynch, aterriz¨® en un neobanco. Tiene claro que la tecnolog¨ªa es el motor de la empresa. No solo porque fuera su raz¨®n de ser desde el principio, sino tambi¨¦n porque le ha llevado a su situaci¨®n actual. Apostar por una estructura en la nube, contar con numerosos ingenieros en la plantilla o ce?irse a un modelo definido por las caracter¨ªsticas de internet. Todo sucede en su aplicaci¨®n. En su d¨ªa transgresor, actualmente casi un est¨¢ndar bancario. ¡°Con la pandemia, la digitalizaci¨®n se ha convertido en transversal para toda la sociedad. Como nativos digitales, estamos preparados. Tenemos una ventaja competitiva en el uso de la tecnolog¨ªa¡±, asegura Echarri.
Una ventaja a la que pretende sacar provecho en Espa?a, donde, en el ¨²ltimo a?o, el comercio electr¨®nico ha crecido un 52% y el pago con tarjetas sin contacto un 45%, seg¨²n un estudio de GFK y publicado por Visa. ¡°Es muy f¨¢cil atraer al cliente espa?ol con tecnolog¨ªa. Puedes impactarle solo con nuevas herramientas digitales¡±, explica Echarri.
Si nos fijamos en la letra peque?a, al margen de c¨®mo la innovaci¨®n da sentido a N26, los n¨²meros no cuadran todav¨ªa. No ha llegado a convertirse en una compa?¨ªa rentable. Echarri explica que debido a su inconformismo y al precio elevad¨ªsimo de los proyectos en los que andan metidos. ¡°Su desarrollo es muy caro. Ahora mismo hemos invertido 200 millones de euros en nuevos productos y funcionalidades. Esta ambici¨®n conlleva que el banco no sea rentable, aunque a nivel cliente su contribuci¨®n es positiva¡±, apunta. Seg¨²n sus propias palabras, sin los inversores la fiesta habr¨ªa concluido tiempo atr¨¢s. Una fiesta pagada por empresas muy variopintas. Desde aseguradoras como Allianz hasta gigantes tecnol¨®gicos chinos como Tencent.
Los planes expansivos que describe Echarri se asemejan a los de los grandes nombres del sector financiero. Habla de ahorro, cr¨¦dito y ecosistema de servicios. Quiz¨¢s en este ¨²ltimo, para ella bautizado como marketplace, su ADN tecnol¨®gico sit¨²e al banco con cierta ventaja, con margen a la hora de incrementar el negocio. La intenci¨®n es dar un salto hacia una integraci¨®n con socios locales, agregados en la aplicaci¨®n, con los que lanzarse a la compraventa de fondos de inversi¨®n, valores y criptoactivos. Incluso no descarta dise?ar una plataforma propia de mercado de valores. ¡°Todo quedar¨ªa integrado gracias a una API, de tal manera que el usuario mover¨ªa su dinero en tiempo real y en dos clics en la app¡±, argumenta.
Brecha de g¨¦nero
Echarri conviene que rara vez se ha sentido discriminada por el hecho de ser mujer. Lo que no significa que su vida laboral haya sido un camino de rosas. Incluso confiesa que ha padecido el s¨ªndrome de la impostora, sobre todo cuando ha cambiado de compa?¨ªa o de responsabilidad laboral. ¡°El gran problema para muchas mujeres es su falta de ambici¨®n. Han de creerse que pueden llegar tan alto como quieran¡±, precisa.
Los datos en Espa?a reflejan la tarea a¨²n pendiente en el seno de las organizaciones. Pese a que la inclusi¨®n cotiza al alza, apenas el 34% de las mujeres llega a un puesto de direcci¨®n. Y si solo tenemos presente las empresas y cargos vinculados a la tecnolog¨ªa, el porcentaje se desploma hasta el 12%, seg¨²n el informe Women in Business 2021 elaborado por Grant Thornton. ¡°Las charlas de mujeres para mujeres es como predicar en el desierto. Es predicar a las conversas. Necesitas aliados para que te escuchen. La diversidad ser¨ªa la clave¡±, razone Echarri.
El sexismo empresarial no es el ¨²nico que toca combatir. La discriminaci¨®n por edad tambi¨¦n lastra el progreso profesional. Y Echarri ha tenido que padecer ambos extremos: el de g¨¦nero y el generacional. Su historia refleja el ¨¦xito, pero recuerda reuniones en consejos directivos, totalmente repletas de corbatas, donde su juventud provocaba miradas esquivas, rest¨¢ndole cr¨¦dito a la posici¨®n de igualdad en la que se encontraba, al menos en teor¨ªa, con los dem¨¢s compa?eros. ¡°Para revertir la exclusi¨®n, ser¨ªa interesante sentarse con mujeres que acaban de empezar a trabajar y, desde la experiencia, exponerles lo que has vivido hasta llegar al puesto donde est¨¢s. Que entiendan que no eres una diosa inalcanzable¡±, concluye Echarri.
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