La compra de Activision por Microsoft: como si el Madrid se hiciera con el Atl¨¦tico

La adquisici¨®n de Activision Blizzard por parte de Microsoft es un hito del capitalismo. La compa?¨ªa tecnol¨®gica fundada por Bill Gates, que lleva a?os siendo uno de los actores m¨¢s importantes del mundo de los videojuegos, ha adquirido a otra que, si bien es m¨¢s peque?a, se sit¨²a c¨®modamente entre las 10 empresas de juegos m¨¢s grandes del mundo. Hablando en plata, es como si el Real Madrid comprara al Atl¨¦tico. O el Bar?a, al Valencia. La compra culmina una serie de movimientos de Microsoft, que lleva a?os adquiriendo compa?¨ªas m¨¢s peque?as por precios mucho menores que los 68.000 millones de d¨®lares (60.000 millones de euros) que desembolsar¨¢ por Activision.

Con estas compras Microsoft crece dentro del mercado digital, adem¨¢s de suponer un ataque frontal a su competidora directa, la japonesa Sony. Entre ambas se reparten el mercado m¨¢s adulto de consolas de sobremesa: la americana con sus Xbox, la japonesa con sus PlayStation. La tercera pata del ocio digital de ese mercado ser¨ªa Nintendo, si bien esta se inclina m¨¢s a otro p¨²blico.

A nivel mundial, y durante muchos a?os, la batalla se hab¨ªa decantado del lado de Sony, pero en junio de 2017 Microsoft alter¨® el mercado con un invento que cada vez suma m¨¢s adeptos: el XBox Game Pass. Se trata de una especie de Netflix de los videojuegos, una suscripci¨®n mensual que permite disfrutar de un cat¨¢logo inmenso. Cuesta 12,99 euros al mes, una ganga si consideramos que los juegos a los que daba acceso en 2021 valdr¨ªan en total 6.000 euros, si pretendi¨¦ramos comprarlos. Evidentemente, los suscriptores de Game Pass crecen cada d¨ªa y tras la adquisici¨®n de Activision no es de extra?ar que algunas de sus sagas m¨¢s potentes (Call of Duty, Diablo, World of Warcraft), acaben engrosando el servicio mensual. En 2020 Microsoft ya adquiri¨® Bethesda por 7.500 millones de d¨®lares, y sus juegos m¨¢s famosos pasaron a formar parte del cat¨¢logo digital.

Por muy abultado que sea el precio que ha pagado Microsoft, lo cierto es que si hab¨ªa un momento para realizar un movimiento as¨ª era este: los esc¨¢ndalos de acoso laboral (y sexual) dentro de Activision han minado a la compa?¨ªa desde hace un par de a?os, han puesto a sus directivos en la diana y han generado el rechazo de gran parte de la comunidad. Como muestra, hace pocos meses el omnipotente World of Warcraft perdi¨® la corona de juego de rol online m¨¢s practicado en favor de Final Fantasy XIV. Es decir, la cifra es elevada, pero hubiera sido mucho mayor en otro momento.

Las leyes antimonopolio no impidieron la adquisici¨®n de Fox por parte de Disney en 2019 por una cantidad similar, por lo que la fusi¨®n de Microsoft y Activision no parece presentar problemas legales. Los debates ¨¦ticos, sin embargo, son distintos. Como ya pas¨® con el mundo editorial, como ya pasa con el mundo del audiovisual, la anexi¨®n de compa?¨ªas medianas va polarizando el mercado hasta quedar en manos de unos pocos, con la consiguiente homogeneizaci¨®n que eso implica para un negociado que, en el fondo, es cultural. Esta compra mejorar¨¢ sin duda la posici¨®n de Microsoft en su guerra con Sony. Cabe preguntarse si es bueno para un ecosistema tan explosivamente creativo, con tantas ganas de evolucionar en lo formal y (por ahora) tan rico y diverso como el mundo de los videojuegos.

Puedes seguir a EL PA?S TECNOLOG?A en Facebook y Twitter o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.