?Y si la inteligencia artificial no es el apocalipsis? ¡°Es como decir que viene el coco¡±
La mezcla de miedo y moda ha convertido a esta tecnolog¨ªa en protagonista de un posible cambio radical y profundo que quiz¨¢ no llegue tan lejos
En apenas seis meses, las b¨²squedas de ¡°inteligencia artificial¡± en Google se han multiplicado por cinco. ChatGPT, lanzado el 30 de noviembre, tiene decenas de millones de usuarios. Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, creadores de ChatGPT, ya ha ido al Congreso a explicarse sobre el impacto de la inteligencia artificial. Mark Zuckerberg tard¨® 14 a?os en ir a Washington a hablar del papel de Facebook en la sociedad. Y Altman no se ha cortado: ¡°Mi peor miedo es que esta tecnolog¨ªa salga mal. Y si sale mal, puede salir muy mal¡±, dijo.
Las frases pesadas y grandilocuentes sobre la explosi¨®n de la IA han generado ya sus propios memes. Tambi¨¦n ha popularizado el t¨¦rmino ¡°criti-hype¡± [criti-bombo], creado en 2021 para definir las cr¨ªticas a una tecnolog¨ªa nueva que acaban por darle m¨¢s bombo a¨²n: un ejemplo pionero de ¡°criti-hype¡± fue Cambridge Analytica, que le otorgaba a Facebook con su cr¨ªtica el poder de elegir presidentes.
La cima de estas declaraciones fue la salida de Google de Geoff Hinton, padrino de la IA, para poder hablar con libertad de sus peligros: ¡°Por lo que sabemos hasta ahora sobre el funcionamiento del cerebro humano, probablemente nuestro proceso de aprendizaje es menos eficiente que el de los ordenadores¡±, dec¨ªa en EL PA?S. El saliente asesor cient¨ªfico principal del Gobierno de Reino Unido acaba de decir que la IA podr¨ªa generar una nueva ¡°revoluci¨®n industrial¡±. Hay ya colectivos tratando de organizarse para que sus oficios no sean barridos por esta tecnolog¨ªa. En el caso de Altman, algunos analistas indican que esas palabras sobre sus ¡°miedos¡± tambi¨¦n puede servir para provocar que se regule la entrada de nuevos competidores en un mercado en el que ya ocupan una posici¨®n ganadora.
Esta peque?a lista son solo un pu?ado de ejemplos de todas las profec¨ªas y temores sobre la IA. Pero tambi¨¦n puede ser que el impacto sea m¨¢s asumible: ?y si todo acabara por ser m¨¢s lento, con menos sustos o m¨¢s digerible de lo que ahora parece? Es una opci¨®n v¨¢lida, aunque por ahora menos explorada. Es dif¨ªcil negar el impacto en muchos ¨¢mbitos, pero cambiar el mundo es un proceso arduo. Las grandes revoluciones similares anteriores han cambiado profundamente nuestro modo de vida, pero los humanos se han acostumbrado sin terremotos. ?Puede la IA acabar igual?
"I think if this technology goes wrong, it can go quite wrong."
— The Associated Press (@AP) May 16, 2023
Sam Altman, CEO of ChatGPT parent company OpenAI, shared his biggest fears about artificial intelligence before Congress Tuesday.https://t.co/ao01hIx3DS pic.twitter.com/L1ZOk3Y6op
¡°Como m¨ªnimo, es un gran cambio estructural en lo que puede hacer el software¡±, dice Benedict Evans, analista independiente y ex socio de Andreessen Horowitz, una de las principales empresas de capital de riesgo de Silicon Valley. ¡°Probablemente, permita que muchas cosas nuevas sean posibles. Esto hace que la gente lo compare con el iPhone. Podr¨ªa ser incluso m¨¢s que eso: podr¨ªa ser m¨¢s comparable al PC o a la ¡®interfaz gr¨¢fica de usuario¡¯ [conocido como GUI en sus siglas EN ingl¨¦s]¡±, que permite la interacci¨®n con el ordenador a trav¨¦s de los elementos gr¨¢ficos de la pantalla. Es un impacto extraordinario, pero da m¨¢s contexto.
Estas nuevas tecnolog¨ªas han tenido un peso obvio en el trabajo. ¡°Mi preocupaci¨®n no es que la IA reemplace a los humanos¡±, dice Meredith Whittaker, presidenta de Signal, la app de mensajer¨ªa. ¡°Pero estoy profundamente preocupada de que las empresas lo utilicen para degradar y disminuir la posici¨®n de sus trabajadores hoy. El peligro no es que la IA haga el trabajo de los trabajadores, es que la introducci¨®n de la IA por parte de los empleadores se utilizar¨¢ para empeorar estos trabajos, exacerbando a¨²n m¨¢s la desigualdad¡±, a?ade.
A¨²n debe mejorar, pero cu¨¢nto
Con mayor o menor fuerza su impacto en el trabajo ser¨¢ notable. Pero hay algo a¨²n poco definido sobre estas IA: a¨²n se equivocan mucho, sus llamadas alucinaciones. Es uno de los temas m¨¢s fascinantes. El profesor de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia e investigador del Centro Leverhulme por el Futuro de la Inteligencia de Cambridge (Reino Unido) Jos¨¦ Hern¨¢ndez-Orallo lleva a?os estudi¨¢ndolo: ¡°De momento est¨¢n al nivel de un cu?ado sabelotodo, en el futuro estar¨¢n al nivel de un buen experto, quiz¨¢s m¨¢s en unos temas que en otros: eso es lo que nos causa ansiedad porque no sabemos en qu¨¦ temas es fiable. Es imposible hacer un sistema que no falle nunca, porque siempre le preguntaremos cosas m¨¢s complejas. Los sistemas son capaces de lo mejor y de lo peor, son muy impredecibles¡±, explica.
AI Twitter these days. ?? pic.twitter.com/8pLn7wfUCb
— hardmaru (@hardmaru) May 12, 2023
Si no est¨¢n maduros, ?por qu¨¦ han tenido este impacto tan repentino y grande en estos meses? Hay al menos dos motivos, dice Hern¨¢ndez-Orallo: primero, la presi¨®n comercial. ¡°El mayor problema viene porque hay una presi¨®n comercial, medi¨¢tica y social a que estos sistemas siempre respondan algo, incluso cuando no est¨¢n seguros. Si se pusieran unos umbrales m¨¢s altos, estos sistemas fallar¨ªan menos, pero contestar¨ªan ¡®no lo s¨¦¡¯ casi siempre. Hay miles de maneras de resumir un texto y hacerlo bien y la probabilidad de cada uno de ellos es muy baja¡±, dice.
Segundo, la percepci¨®n humana: ¡°Tenemos la impresi¨®n que un sistema de IA debe ser 100% correcto, como una mezcla de calculadora y enciclopedia¡±, dice Hern¨¢ndez-Orallo. Pero no es as¨ª. ¡°Para los modelos de lenguaje, generar un texto plausible, pero falso, es m¨¢s sencillo. Igual ocurre con audio, v¨ªdeo, c¨®digo. Los humanos tambi¨¦n lo hacen todo el tiempo. Es especialmente evidente en los ni?os, que responden con frases que suenan bien, pero pueden carecer de sentido y les decimos ¡®qu¨¦ gracioso¡¯, pero no vamos al pediatra porque ¡®mi hijo alucina mucho¡¯. Detr¨¢s de ambos casos, ni?os y ciertos tipos de IA, est¨¢ la funci¨®n objetivo de imitar lo mejor posible¡±, explica.
?Y si nos hace dudar?
El gran impacto laboral se ir¨¢ matizando cuando haya cosas que la IA no acabe de hacer bien o, similar, no sepamos si la est¨¢ haciendo bien. Ser¨¢ dif¨ªcil cuando la interroguemos sobre un libro que no hemos le¨ªdo, si la respuesta es completamente fiable. Es probable que lo sea. O no. En algunos casos la duda ser¨¢ aceptable. En otros ser¨¢ un problema grave. Es probable que incluso asumamos parte de los errores como posibles y los aceptemos. Pero a¨²n no llegamos a esa etapa.
Esta delimitaci¨®n de su impacto no limita el probable temor principal: la llamada inteligencia artificial general o, mejor, sistemas de IA mucho m¨¢s avanzados de los que tenemos hoy. En la imaginaci¨®n colectiva se ha convertido en un concepto parecido a la ¡°m¨¢quina que toma el control del software del mundo y destruye a los humanos¡±. ¡°La gente usa ese concepto para todo, como cuando le dices a los ni?os que viene el coco¡±, expresa Hern¨¢ndez-Orallo. ¡°La cuesti¨®n es, por ejemplo, un sistema de prop¨®sito general como GPT-4 cu¨¢nta capacidad tiene y si es preciso que sea m¨¢s potente que un humano, todos los humanos, la media, el m¨¢s listo, y para qu¨¦ tareas. Todo est¨¢ muy mal definido, y es imposible de verificar llegados a ese punto¡±.
Aunque este miedo al ¡°coco¡± sea dif¨ªcil de concretar, puede ser un concepto ¨²til para pensar el futuro desde hoy: ¡°Desde que hemos concebido m¨¢quinas que puedan reemplazarnos, las hemos temido. Tenemos pruebas s¨®lidas de que necesitamos cr¨ªtica y miedo, as¨ª como imaginaci¨®n y asertividad cuando se trata de pensar en nuevas tecnolog¨ªas¡±, asegura Matt Beane, profesor de la Universidad de California en Santa B¨¢rbara.
Por ahora, en el pasado, este temor ha sido recurrente. ¡°Parecemos caer en una especie de trance en relaci¨®n con estos sistemas [de IA], contando nuestra experiencia a estas m¨¢quinas¡±, dice Whittaker. Y a?ade: ¡°Reflexivamente, pensamos que son humanos, y comenzamos a asumir que nos est¨¢n escuchando. Si observamos la historia de los sistemas que precedieron a ChatGPT, es notable que, aunque estos sistemas eran mucho, mucho menos sofisticados, la reacci¨®n a menudo era la misma. Las personas se encerraban en una relaci¨®n ¨ªntima suced¨¢nea con estos sistemas cuando los usaban, y como ahora, los expertos predecir¨ªan que estos sistemas pronto (siempre era ¡°pronto¡±, nunca ¡°ahora¡±) ser¨ªan capaces de reemplazar a los humanos por completo¡±.
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