ChatGPT necesita beberse medio litro de agua para tener una conversaci¨®n: el conflicto de la tecnolog¨ªa azul
A medida que las sequ¨ªas se extiendan, habr¨¢ una escalada geopol¨ªtica por un recurso fundamental para la vida, pero tambi¨¦n para la competici¨®n tecnol¨®gica
La inteligencia artificial se va a convertir indiscutiblemente en una parte de nuestras vidas. Gigantes tecnol¨®gicos como Microsoft, Google y Amazon est¨¢n apostando fuerte por ella, integr¨¢ndola en todo, desde los motores de b¨²squeda hasta las herramientas digitales. ?C¨®mo entender el impacto sobre la sociedad de esta nueva realidad? Un reciente estudio ha llamado la atenci¨®n sobre el coste medioambiental de estos modelos, y particularmente sobre su huella h¨ªdrica. Aunque podr¨ªa parecer un tema secundario, no lo es. Se sabe que el agua ser¨¢ causante de los pr¨®ximos conflictos globales y, de hecho, ya hay tensiones en torno a los recursos h¨ªdricos dentro de los propios pa¨ªses. A medida que la sequ¨ªa se extienda, habr¨¢ una escalada geopol¨ªtica por un recurso fundamental para la vida, pero tambi¨¦n para la competici¨®n tecnol¨®gica. Debe entrar en la ecuaci¨®n.
La perspectiva sostenible es fundamental a la hora de desarrollar la tecnolog¨ªa. Los modelos neuronales como GPT-3 y GPT-4 que est¨¢n detr¨¢s de los conocidos chats, junto con otras tecnolog¨ªas como las criptomonedas, han sido objeto de cr¨ªtica por sus emisiones de carbono. Pero, ?qu¨¦ hay del agua? ChatGPT necesita beberse medio litro de agua para tener una conversaci¨®n de 50 preguntas. Hagamos los n¨²meros con la cantidad de usuarios que tiene.
Las comparaciones con otras industrias ponen de relieve la magnitud de lo que hablamos. Los centros de datos estadounidenses de ¨²ltima generaci¨®n han consumido para su entrenamiento 700.000 litros de agua dulce limpia. Suficiente para producir 320 coches Tesla. Y podr¨ªa ser peor si fuera en los centros de Asia, pues ah¨ª el consumo directamente se triplicar¨ªa. La producci¨®n de carne de vacuno y la fabricaci¨®n de vaqueros tienen tambi¨¦n altos consumos, pero sus huellas tienen en cuenta todo el ciclo de vida e incluyen una gran parte de agua no potable. Sumando el consumo de agua asociado a la fabricaci¨®n y el transporte de los servidores de IA, su huella h¨ªdrica global podr¨ªa aumentar 10 veces. Pero no todo est¨¢ perdido. Una vez que se es consciente de este elemento, se puede optimizar el consumo teniendo en cuenta la carga del sistema y la geograf¨ªa.
Ser¨ªa algo muy parecido a c¨®mo reducimos nuestras facturas de luz, jugando con los precios durante la noche o las horas valle. Aunque curiosamente, la reducci¨®n del carbono y la conservaci¨®n del agua a veces pueden estar en tensi¨®n. Por ejemplo, en California hay una elevada producci¨®n de energ¨ªa solar hacia el mediod¨ªa, lo que da lugar a las horas de mayor ahorro de carbono. Sin embargo, la temperatura exterior tambi¨¦n es alta alrededor del mediod¨ªa, lo que da lugar a la peor eficiencia h¨ªdrica. As¨ª, si solo tenemos en cuenta la reducci¨®n de la huella de carbono, podemos acabar con un mayor consumo de agua. Por el contrario, si pretendemos reducir la huella de agua, podr¨ªamos aumentar la huella de carbono debido a la menor energ¨ªa solar disponible.
Legislaci¨®n y grandes productores de inteligencia artificial deber¨ªan incorporar urgentemente la sostenibilidad al cat¨¢logo de condiciones necesarias para el desarrollo tecnol¨®gico. Y especialmente con un recurso tan escaso como el agua. Si la guerra tecnol¨®gica (la carrera entre naciones y empresas por lograr el dominio de la tecnolog¨ªa) se interseca con las guerras del agua (conflictos por los escasos recursos h¨ªdricos) surgir¨¢ un nuevo campo de batalla, en un mundo que ya est¨¢ suficientemente en crisis como para a?adir nuevos elementos de conflicto entre diferentes actores.
El agua se est¨¢ convirtiendo en un bien escaso y es probable que la competencia por el acceso a este recurso vital se intensifique a medida que empeoren los efectos del cambio clim¨¢tico. Si las empresas tecnol¨®gicas siguen ampliando sus centros de datos por todo el planeta, es esencial que las consideraciones sobre el uso del agua se integren en el proceso de selecci¨®n del emplazamiento.
Colocar centros de datos en regiones donde el agua escasea, puede contribuir al estr¨¦s h¨ªdrico local. Incluso si estos centros se construyen con sistemas de reciclaje de agua de ¨²ltima generaci¨®n, el gran volumen de agua necesario para mantenerlos operativos podr¨ªa ser perjudicial en zonas afectadas por la sequ¨ªa. Adem¨¢s, el agua utilizada en estos centros de datos tiene que ser agua dulce limpia. En un pa¨ªs como Espa?a, que ya sufre escasez de agua, desviar este valioso recurso podr¨ªa provocar efectos no deseados entre los distintos usos del agua, como la agricultura o el consumo.
Esto no hace m¨¢s que se?alarnos la naturaleza interconectada de nuestros retos globales. Nos obliga a pensar de forma m¨¢s hol¨ªstica, reconociendo que nuestra b¨²squeda de avances tecnol¨®gicos no debe producirse a expensas de los recursos de nuestro planeta. Mientras navegamos por este nuevo campo de batalla, el ¨¦xito se medir¨¢ no solo por las capacidades tecnol¨®gicas, sino tambi¨¦n por el compromiso con la sostenibilidad y la distribuci¨®n equitativa de los recursos. ?Por qu¨¦ no empezar una nueva carrera por reducir los consumos y el impacto medioambiental? Casi 3.000 millones de personas en el planeta sufren tensi¨®n h¨ªdrica; y eso, antes de la revoluci¨®n de la nueva inteligencia artificial generativa. El futuro de la tecnolog¨ªa no solo debe ser m¨¢s innovador, sino tambi¨¦n sostenible. Despu¨¦s de todo, ?de qu¨¦ sirve la inteligencia artificial si pone en peligro los mismos recursos que necesitamos para sobrevivir?
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