Orit Halpern: ¡°?Por qu¨¦ ahora tiene que ser todo ¡®inteligente¡¯? ?Por qu¨¦ es algo que deseamos?¡±
La profesora y experta en cultura digital se pregunta c¨®mo debemos responder a la conquista de todo el espacio p¨²blico por parte de los ordenadores
Orit Halpern, de 51 a?os y nacida en Filadelfia (EE UU), fue epidemi¨®loga durante seis a?os: ¡°Ten¨ªa que haber seguido, era una oportunidad de crecimiento, no s¨¦ en qu¨¦ pensaba¡±, bromea ahora sobre su cambio de oficio a?os antes de la covid. Despu¨¦s de haber estudiado Historia de la Ciencia y haber abandonado los virus, volvi¨® a Harvard para su doctorado en humanidades. Ahora lleva casi 15 a?os dedicada a entender la cultura digital y los cambios sociales que provoca desde varias universidades. Su c¨¢tedra actual est¨¢ por primera vez en Europa, en la Universidad T¨¦cnica de Dresde. Hace unos d¨ªas particip¨® en unas jornadas en el Centre de Cultura Contempor¨¤nia de Barcelona vinculadas a su muestra sobre ¡°IA: Inteligencia Artificial¡±, donde se hizo esta entrevista. Su ¨²ltimo libro es The Smartness Mandate [El mandato de lo inteligente], sin traducci¨®n por ahora al espa?ol.
Pregunta. ?Hay un mandato de lo inteligente?
Respuesta. Quiz¨¢ tienes un tel¨¦fono inteligente. Quiz¨¢s hayas o¨ªdo hablar de una casa inteligente, de redes el¨¦ctricas inteligentes. La inteligencia es un giro reciente en torno a la infraestructura, al urbanismo y en especial a las tecnolog¨ªas digitales que se supone que est¨¢n integradas en la vida cotidiana. Nuestra pregunta fue ?por qu¨¦ ahora tiene que ser todo ¡®inteligente¡¯? Antes ten¨ªas un horno o un term¨®metro y no era necesario una computadora para saber cu¨¢ndo est¨¢s en casa y c¨®mo configurar la temperatura. ?Qu¨¦ tiene este t¨¦rmino que no s¨®lo se ha convertido en algo que deseamos, sino que en realidad es algo que cada vez m¨¢s gobiernos, ciudades y corporaciones piensan que realmente tienen que implementar, que es un mandato?
P. Algo tendr¨¢.
R. Hay muchas razones. Pero sobre todo tres. Una, un cambio en la econom¨ªa. En la d¨¦cada de 1970, vimos a muchos pa¨ªses occidentales pasar de la manufactura industrial a las econom¨ªas de la informaci¨®n. Dos, un cambio en la geopol¨ªtica, cosas como la descolonizaci¨®n, las inestabilidades globales y los mercados energ¨¦ticos, problemas cada vez mayores con la raza o la planificaci¨®n urbana. Y tres, la llegada de nuevas tecnolog¨ªas que realmente cambiaron la inform¨¢tica y comenzaron a surgir modelos cada vez m¨¢s nuevos de aprendizaje autom¨¢tico y big data. Estas cosas cristalizaron especialmente alrededor de la d¨¦cada de 2000, para inaugurar un discurso o lenguaje de lo inteligente.
P. ?Es un discurso en beneficio de los ciudadanos?
R. Se puede pensar que la inteligencia es una estrategia de gesti¨®n de riesgos. Una forma de lidiar con los cambios en el mundo es con el uso de estos sistemas de big data que supuestamente aprenden sin parar. As¨ª, si vives en una casa inteligente, aprende qu¨¦ haces y todo mejora, como el ahorro de energ¨ªa. Y cada vez es mejor ofreci¨¦ndote servicios, de Amazon o de quien sea. Con una ciudad igual. Tenemos muchos problemas: migraci¨®n, delincuencia, energ¨ªa, cambio clim¨¢tico. ?C¨®mo va a lidiar tu ciudad con todos estos problemas? Desde los setenta, muchos creen que los gobiernos no hacen un buen trabajo. Necesitamos por tanto una toma de decisiones basada en datos. Quiz¨¢ si usamos sistemas inteligentes mejoraremos nuestros problemas eludiendo el proceso pol¨ªtico.
P. ?Pero eso no es solo tecnolog¨ªa?
R. No, es una ideolog¨ªa.
P. ?C¨®mo probarlo?
R. Despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial, IBM present¨® las computadoras al p¨²blico en torno a la palabra ¡°pensar¡±. Apple se present¨® en los a?os ochenta con ¡°pensar diferente¡±, por lo que tenemos una historia de relacionar estas m¨¢quinas con el pensamiento. Ahora eso se ha incorporado a la idea de inteligencia artificial.
P. Es marketing.
R. S¨ª, ya exist¨ªa esa especie de marketing en torno a estas cosas como m¨¢quinas pensantes. En 2008 IBM introdujo la inteligencia a gran nivel. Fue un momento realmente interesante. Tenemos la crisis financiera y en el mismo momento en que toda la econom¨ªa est¨¢ en colapso, IBM se despierta y dice que van a presentar una agenda de planeta inteligente. Entonces varias corporaciones muy grandes en ese momento tal vez buscando una nueva oportunidad frente a una crisis financiera comenzaron a involucrarse en este tipo de proyectos de infraestructura urbana.
P. Coincide con la llegada del iPhone y el smartphone.
R. Es aproximadamente el mismo a?o. A todas estas corporaciones se les ocurre la idea de lo inteligente y quieren integrar todos estos sistemas, pero acaban cambiando la infraestructura misma de la vida humana, que es la nube. Ahora tenemos una nueva estructura de computadoras. Ya no es s¨®lo tu computadora personal en tu peque?o escritorio. Ahora todo el mundo utiliza internet cada vez m¨¢s para cargar todos sus datos en estos nuevos servidores en la nube. Por eso una gran parte de lo inteligente es transformar la propia infraestructura de la inform¨¢tica. Es trasladar todo a la nube, ya sea la informaci¨®n del tr¨¢nsito o del m¨®vil. Se integra todo y ah¨ª llegan los urbanistas y Google con su Sidewalk Labs. Construyeron por ejemplo Hudson Yards en Nueva York. Surge como un servicio de consultor¨ªa para las ciudades, que fue especial en la pandemia, cuando muchas grandes empresas dieron un paso al frente para decir: ¡®Vamos a ayudar a rastrear la covid¡¯. Y de ah¨ª creen que van a proveer de salud p¨²blica o educaci¨®n.
P. Esto tiene m¨¢s implicaciones, claro.
R. Una vez que est¨¦n en el sistema, pueden quedarse. Es importante que la gente se d¨¦ cuenta de que es una forma completamente nueva computacional que comenz¨® a funcionar en la primera d¨¦cada de siglo. Y necesita una gran infraestructura. Solo Amazon, Microsoft o Google pueden brindar los servicios en la nube para todos. Hay una concentraci¨®n real de datos en t¨¦rminos de infraestructura.
P. Tiene pinta de ser un problema.
R. Esta datificaci¨®n o smartificaci¨®n de todo nos hace muy dependientes de los sistemas. La inteligencia se convierte en un mandato autocumplido porque todos pensamos que la necesitamos para mejorar nuestra vida cotidiana, pero tambi¨¦n de maneras m¨¢s serias cuando se trata de hacer cosas como, por ejemplo, la gesti¨®n clim¨¢tica y ambiental de ciudades. Necesitamos descubrir c¨®mo saber c¨®mo preparar el modelo de inundaciones. As¨ª que hay cosas buenas y malas.
P. La pregunta entonces es quiz¨¢ s¨ª necesitamos algo de esto, pero no as¨ª o no todo.
R. S¨ª. Una de las preguntas sobre la inteligencia no es si es buena o mala. Es m¨¢s bien, ?qu¨¦ tipo de inteligencia ser¨ªa, qu¨¦ tipo de tecnolog¨ªas digitales queremos? ?En qu¨¦ tipo de mundo queremos vivir? No se trata de tirar el m¨®vil y volver al pasado. Con una crisis clim¨¢tica y otras cuestiones geopol¨ªticas, necesitamos que estas tecnolog¨ªas sobrevivan y prosperen, pero ?qu¨¦ tipo de sistemas vamos a construir, qui¨¦n ser¨¢ el propietario y para qui¨¦n se construir¨¢n? ?Qui¨¦n se beneficiar¨¢?
P. ?Nos las estamos preguntando?
R. Lo inteligente est¨¢ muy relacionado con la inteligencia artificial y el big data. La forma en que hemos construido grandes modelos de lenguaje [como ChatGPT] depende de conjuntos de datos realmente grandes. Mucha gente est¨¢ preocupada. La Administraci¨®n Biden est¨¢ metida de lleno en examinar el capitalismo monop¨®lico de las tecnol¨®gicas. Una clave ahora es hacer que este tema sea m¨¢s visible. La Uni¨®n Europea ya aprob¨® la regulaci¨®n general de protecci¨®n de datos. Ahora est¨¢n debatiendo un mont¨®n de normas sobre inteligencia artificial. Siempre nos preocupamos por cosas como ¡®?la IA va a destruir la humanidad?¡¯, pero lo m¨¢s probable es que no veamos a un Terminator persigui¨¦ndonos, sino que tengamos problemas cotidianos. La gente habla de sistemas de agua y redes el¨¦ctricas controladas por grandes datos, con lo que todo se reduce a los servicios diarios que usamos, a d¨®nde van nuestros datos, ya sea en el sistema de salud, en la escuela.
P. Esto tiene relaci¨®n con su concepto c¨¦lebre de ¡°pesimista computacionalmente optimista¡±. ?Qu¨¦ es?
R. Detr¨¢s de todas estas tecnolog¨ªas inteligentes, ya sea algo sencillo o muy sofisticado, como los sistemas de fronteras inteligentes, hay una visi¨®n bastante negativa: tenemos que protegernos de futuras oleadas de inmigrantes de ?frica u Oriente Medio. Cuando hablamos de prepararnos para el cambio clim¨¢tico, ya no creemos que podemos detenerlo, ya solo nos estamos preparando para aguantar el golpe. As¨ª que es una visi¨®n negativa del futuro, somos pesimistas. Estamos como aceptando que las cosas no van bien, por eso necesitamos m¨¢s seguridad, m¨¢s datos, m¨¢s fronteras inteligentes, m¨¢s tecnolog¨ªa, porque con suerte nos ayudar¨¢ a sobrevivir. Pero al mismo tiempo somos optimistas en t¨¦rminos computacionales porque tambi¨¦n pensamos que tal vez nuestra tecnolog¨ªa de alguna manera nos salvar¨¢ o evitar¨¢ que ese evento suceda. As¨ª que tenemos sentimientos encontrados.
P. ?Elon Musk y su plan para Marte tambi¨¦n es pesimistas computacionalmente optimista?
R. Tambi¨¦n es algo pesimista, pero a la vez optimista porque ¨¦l se va a largar del planeta. T¨² te quedas aqu¨ª sufriendo el clima. Es esa ambivalencia. Otro ejemplo, todos diciendo que la IA es peligrosa y hay que controlarla, y luego Alemania y Francia liderando el ¡®bueno, en realidad no, porque es el futuro de nuestra econom¨ªa, necesitamos esto para crecer¡¯. Es una relaci¨®n contradictoria: mucho miedo, pero tambi¨¦n el pensamiento de que si no adoptamos esta tecnolog¨ªa, no podremos competir con los estadounidenses o los chinos, y nuestras sociedades no tendr¨¢n ¨¦xito. Esa sensaci¨®n contradictoria es lo que llamo pesimismo computacionalmente optimista.
P. No parece que vaya a permitir hacerse las preguntas correctas entonces.
R. No podemos tener una conversaci¨®n seria sobre qu¨¦ sociedad queremos porque siempre estamos respondiendo a traumas. ?C¨®mo preservamos, por ejemplo, la industria del autom¨®vil alemana? Eso parece lo m¨¢s importante. Pero hay mucho de ¡®tenemos que adoptar estas tecnolog¨ªas para competir con Silicon Valley o con China¡¯, y no hay muchas preguntas del tipo ¡®?qu¨¦ tecnolog¨ªa queremos realmente?¡¯. Tal vez tengamos otras formas de construirlas, ?qu¨¦ tipo de econom¨ªas queremos desarrollar a largo plazo? Y c¨®mo pensamos en estas tecnolog¨ªas para fomentar la sostenibilidad, la equidad, la justicia, la diversidad y otros objetivos que podr¨ªamos tener como sociedad.
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