Es la hora de ¡®AIbus¡¯: por qu¨¦ Europa debe crear una gran empresa de AI
Para poder competir con otras potencias, Europa debe crear una gran empresa de servicios de inteligencia artificial siguiendo el modelo de Airbus
El impacto de la inteligencia artificial (IA) es uno de los principales temas de debate en Europa. Y, en relaci¨®n a la IA, Europa est¨¢ en una situaci¨®n muy similar, tal vez peor, a la que estaba respecto de la aeron¨¢utica en 1970.
En 1970, dos fabricantes de aviones comerciales dominaban el mercado. Boeing y McDonell Douglas ten¨ªan el 50% y el 35% de cuota de mercado respectivamente, mientras otros fabricantes de aviones ser repart¨ªan el 15% restante. En ese momento, algunos gobiernos europeos tomaron una decisi¨®n transcendental: crear una empresa europea de fabricaci¨®n de aviones comerciales capaz de competir con los dos grandes. Hoy en d¨ªa, 50 a?os m¨¢s tarde, tambi¨¦n dos fabricantes de aviones comerciales dominan el mercado. Boeing tiene alrededor del 40% de la cuota de mercado, y Airbus tiene alrededor del 60%. Con permiso de China, que en un futuro pr¨®ximo tendr¨¢ su propio fabricante de aviones comerciales.
Una situaci¨®n similar se produjo a finales de los a?os 90. EE UU hab¨ªa desarrollado un sistema de posicionamiento global con fines militares que solo ofrec¨ªa precisi¨®n limitada para usos civiles. Durante la d¨¦cada de los 2000, Europa decidi¨® poner en marcha su propio sistema de posicionamiento global, Galileo, y lo hizo de forma abierta y compatible con el GPS estadounidense, pero ofreciendo la m¨¢xima precisi¨®n. Este proyecto provoc¨® a la decisi¨®n posterior de EEUU de eliminar las limitaciones de su sistema GPS y ofrecer la misma precisi¨®n. Hoy d¨ªa, GPS y Galileo operan simult¨¢neamente, y a partir de la decisi¨®n europea de dise?ar un sistema abierto se han desarrollado las innumerables aplicaciones de geoinformaci¨®n disponibles actualmente.
Probablemente en 1970 la mayor¨ªa de los analistas econ¨®micos habr¨ªan predicho que los dos grandes fabricantes, Boeing y McDonell Douglas, se repartir¨ªan el mercado de la aviaci¨®n comercial por muchos a?os. Sin embargo, Boeing absorbi¨® a McDonell Douglas en 1996, a causa precisamente del ascenso de Airbus. Si los gobiernos europeos no hubiesen tomado la decisiva acci¨®n de crear un fabricante de aviones en 1970, su pr¨®ximo viaje ser¨ªa probablemente en un Boeing o en un McDonell Douglas. Y si en los a?os 2000 no hubiesen decidido dise?ar el sistema Galileo como un sistema abierto, su autom¨®vil no dispondr¨ªa de mapas para guiarle por todas las ciudades del mundo.
Volvamos a la inteligencia artificial. En hardware e inteligencia artificial, Europa est¨¢ en una situaci¨®n muy similar a la que se encontraba en aeron¨¢utica en 1970 o en GPS en 2000. Los europeos tenemos la misma sensaci¨®n que entonces: nunca habr¨¢ una compa?¨ªa europea capaz de competir con los l¨ªderes del mercado. ?O s¨ª?
El problema de la inteligencia artificial es algo m¨¢s complejo, porque se basa en la combinaci¨®n de hardware y software. Y en los dos campos, Europa acumula un importante retraso. El desarrollo de los modelos m¨¢s avanzados de la inteligencia artificial necesita de procesadores muy avanzados como los desarrollados por Nvidia, AMD e Intel. En Europa, ni dise?amos ni fabricamos este tipo de procesadores; dependemos totalmente de la adquisici¨®n de estos chips a un coste muy elevado sobre el que no tenemos ning¨²n control.
Por otra parte, el dise?o del software de IA que necesitan los actuales y futuros sistemas con m¨¢s de algunos billones de par¨¢metros de entrada es muy dif¨ªcil de replicar en Europa, aunque contemos con los chips m¨¢s avanzados del momento. Y para entrenar esos sistemas necesitamos datos. En Europa tenemos datos, aunque muchos de ellos, los personales, son secuestrados por las grandes empresas tecnol¨®gicas estadounidenses, las GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft), para desarrollar su modelo de negocio con nuestra inconsciente e imprescindible contribuci¨®n.
Ante esta situaci¨®n, Europa lleva la iniciativa en regular la Inteligencia Artificial, pero, a la vista de nuestro retraso tecnol¨®gico, podr¨ªamos convertirnos en los ¨¢rbitros de un partido en el que no tenemos jugadores para competir. Sin embargo, Europa puede recuperar el retraso tecnol¨®gico en Inteligencia artificial si es capaz de seguir los modelos de Airbus y de Galileo.
Europa empieza a ser consciente, con su iniciativa Chip.act, del reto que representa el desarrollo de nuevos chips, y, por otra parte, hay que reconocer lo acertado de la visi¨®n del director general Roberto Viola de establecer en Europa las AI factories en lugares estrat¨¦gicos tales como los grandes centros de supercomputaci¨®n y otros. Intentar¨¢n aprovechar al m¨¢ximo el uso de los datos europeos para aumentar la competitividad de nuestras empresas e investigadores. Pero esto no es suficiente. Igual que en el caso de Galileo, Europa debe apostar por el desarrollo de tecnolog¨ªa libre y la colaboraci¨®n internacional. Desde Barcelona, el BSC defiende que Europa desarrolle todo el hardware, desde los chips para IoT hasta los necesarios en los grandes supercomputadores y m¨¢quinas de inteligencia artificial, usando la idea de hardware Abierto que permite la tecnolog¨ªa RISC V.
Por otra parte, consideramos que ser¨¢ muy dif¨ªcil desarrollar los siguientes modelos de IA generativa por investigadores de instituciones p¨²blicas; necesitamos colaboraci¨®n a nivel mundial. Y necesitamos la competitividad que ofrece el sector privado. Aqu¨ª es donde necesitamos el modelo Airbus. Europa debe crear una gran empresa europea para ofrecer software y servicios de inteligencia artificial siguiendo el modelo de Airbus. Una compa?¨ªa capaz de ofrecer todos los servicios que ofrecen las GAFAM: buscador de internet, suite ofim¨¢tica, servicios de almacenamiento en la nube y servicios de inteligencia artificial. Tomar¨¢ tiempo, est¨¢ claro. Se necesitar¨¢n recursos, por supuesto. No ser¨¢ rentable en algunos a?os, sin duda. Pero no debemos pensar en 2030. Debemos pensar en 2070. ?Cu¨¢les ser¨¢n las principales compa?¨ªas tecnol¨®gicas en 2070? ?Ser¨¢ alguna de ellas europea?
Crear esta empresa puede parecer arriesgado, pero ?cu¨¢l es el coste de no crearla? La dependencia tecnol¨®gica absoluta y permanente. Aqu¨ª el hecho de que Europa lidere la regulaci¨®n de los aspectos ¨¦ticos de la AI es una ventaja. Una compa?¨ªa europea de AI puede desarrollar sus productos bajo estas regulaciones, convirti¨¦ndose en consecuencia en la primera opci¨®n para las empresas y gobiernos europeos para cumplir la legislaci¨®n europea. La Comisi¨®n Europea y los gobiernos europeos disponen de los recursos. Disponemos de una Red Europea de Computaci¨®n de Altas prestaciones (The European High Performance Computing Joint Undertaking) que lidera la investigaci¨®n en supercomputaci¨®n y puede ser una excelente base sobre la que desarrollar esta compa?¨ªa. Tal vez haya que adaptar la regulaci¨®n sobre la competencia, pero es el momento de reconocer que, como en el caso de la aeron¨¢utica, la regulaci¨®n de la competencia se debe aplicar al mercado global, no solo al europeo si impide que una compa?¨ªa europea compita con las empresas dominadoras del mercado.
Para acabar, un dato. Baidu fue creada en 1999, y en 2024 es el buscador dominante en China. Sin negar que el mercado chino es mucho m¨¢s cerrado que el europeo, lo cierto es que Baidu ofrece las mismas prestaciones que las GAFAM. China lo ha hecho. ?Por qu¨¦ no Europa?
Necesitamos chips europeos, y necesitamos crear AIbus.
Daniel Crespo es rector de la Universitat Polit¨¦cnica de Catalunya.
Mateo Valero es director del Barcelona Supercomputing Center.
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