Por qu¨¦ es tan dif¨ªcil volver a encontrar ese v¨ªdeo divertido con el que te topaste hace tres horas

El tiempo medio que pasamos los usuarios de internet conectados en 2021 fue de casi siete horas diarias. En esa parte del d¨ªa que dedicamos a la red pasan por nuestros ojos multitud de contenidos. Leemos, vemos v¨ªdeos y fotos, vamos de una web a una red social, enviamos memes y creamos stickers. Todo ese oc¨¦ano de contenidos est¨¢ a nuestro alcance de forma aparentemente sencilla y, sin embargo, a veces encontrar algo espec¨ªfico se vuelve una pesadilla. ?D¨®nde estaba ese v¨ªdeo con un gatito que ahora queremos enviar a un contacto?

¡°El crecimiento es tan r¨¢pido que la tecnolog¨ªa va por detr¨¢s del volumen de informaci¨®n que generamos¡±, se?ala Mar¨ªa Rodr¨ªguez-Rabad¨¢n, directora ejecutiva del M¨¢ster en Comunicaci¨®n Transmedia y M¨¢ster en Comunicaci¨®n y Visualizaci¨®n de Datos de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

Todas esas horas que pasamos conectados a la red, no solo consumimos, sino que tambi¨¦n generamos nuevo contenido: cada minuto, seg¨²n datos publicados en Statista, se suben 500 horas de v¨ªdeo a YouTube y se comparten 695.000 stories en Instagram. Buscar un contenido en particular es todo un reto y acudir a Google ya no es la ¨²nica opci¨®n: quiz¨¢ sea algo que has visto en Twitter y prefieras intentarlo en su buscador, aunque tengas que recordar las palabras m¨¢s o menos exactas. En redes como Instagram o TikTok, con un buscador que solo entiende hashtags y nombres de usuarios, lo ¨²nico ¨²til ser¨ªa recordar qui¨¦n comparti¨® el v¨ªdeo o meme en cuesti¨®n, pero no siempre ocurre.

¡°Hemos pasado de guardar archivos a streamear¡±, explica Quelic Berga, profesor de los Estudios de Inform¨¢tica, Multimedia y Telecomunicaci¨®n de la UOC. Adem¨¢s, aunque hayamos parado y marcado un contenido para volver a verlo m¨¢s tarde, su organizaci¨®n tampoco es sencilla. ¡°Le puedes dar un like y ver luego a lo que has dado likes, siempre hay sistemas de etiquetar, pero no son muy eficaces¡±, apunta Berga. ¡°Es todo un reto decidir c¨®mo hacer esto sin caer en la paradoja absurda de que te pases una vida etiquetando contenidos cuando no tienes despu¨¦s la capacidad de organizarlos y revisarlos¡±, a?ade el experto.

A la infoxificaci¨®n (un exceso de informaci¨®n) y a este dise?o poco pr¨¢ctico para la organizaci¨®n y revisi¨®n posterior de contenidos, Berga a?ade un tercer factor que dificulta las b¨²squedas: los algoritmos y su cambio constante. ¡°Si t¨² buscas tres palabras clave poco populares d¨ªa tras d¨ªa, puedes ver c¨®mo los resultados van cambiando¡±, explica. Esto pasa aunque se busquen palabras sobre algo antiguo que en principio deber¨ªa dar los mismos resultados (como, por ejemplo, ¡°George Orwell¡±, propone el experto). ¡°Estamos en una era de mucho ruido y variabilidad y volver a puntos de referencia es complicado¡±, asegura.

Los algoritmos, adem¨¢s, tienen su propia l¨®gica y benefician unos contenidos sobre otros. ¡°Por ejemplo, cuando est¨¢s explorando [en una app como Instagram], hay un vector de prioridad por las cosas que son recientes. Si t¨² buscas gatos, te pone los gatos que hay actualmente¡±, explica Berga. A no ser que ese contenido espec¨ªfico que quieres volver a ver sea muy popular en ese momento, lo m¨¢s probable es que pasadas unas horas sea complicad¨ªsimo volver a verlo en la pesta?a de explorar.

Un problema que no es nuevo

Sobre Google y la relevancia de los resultados que ofrece tambi¨¦n se ha hablado mucho en los ¨²ltimos meses. Los problemas son principalmente dos: la presencia de publicidad en los resultados y, sobre todo, el SEO, es decir, que haya una serie de acciones que se pueden llevar a cabo para asegurarse de que una p¨¢gina web aparece entre los primeros resultados. As¨ª, esas primeras posiciones suelen estar llenas de webs que han sido muy bien dise?adas pensando en el algoritmo de Google, pero con un contenido que es en realidad poco relevante para el usuario. Adem¨¢s, un estudio publicado en Social Informatics en 2019 a?ad¨ªa otra raz¨®n: las capas de personalizaci¨®n que se a?aden a los resultados. Seg¨²n el art¨ªculo, esta personalizaci¨®n hace que se pierda hasta un 20% de informaci¨®n relevante que no aparece en los resultados.

¡°Cuando t¨² antes buscabas ¡®zapater¨ªa Madrid¡¯, hab¨ªa dos opciones: que la zapater¨ªa no tuviese p¨¢gina web o que la encontraras. Ahora hay muchas m¨¢s opciones porque ha subido P¨¢ginas amarillas informaci¨®n sobre todas las zapater¨ªas, en Google hay fotos y v¨ªdeos subidos por usuarios de todas las zapater¨ªas, etc. De golpe hay toda la tensi¨®n y presi¨®n algor¨ªtmica y capitalista para decidir qui¨¦n ve primero qu¨¦ y qui¨¦n clica qu¨¦. Por lo tanto, la b¨²squeda ya no es simple¡±, se?ala Quelic Berga sobre la cuesti¨®n. ¡°En este bum de informaci¨®n pasan dos cosas: el caos es cada vez m¨¢s complejo porque hay mucho m¨¢s ruido y hay voluntades por detr¨¢s que quieren que veas ¡®Nike Madrid¡¯¡±, explica.

Sin embargo, aunque nos pueda parecer que todo este problema de buscar y, sobre todo, reencontrar en internet contenidos espec¨ªficos sea algo que antes no pasaba, no es necesariamente as¨ª. ¡°No es cuesti¨®n de que buscar sea m¨¢s dif¨ªcil, sino que hay m¨¢s gente que es consciente de que este problema existe¡±, explica Daniel Gayo, profesor titular del ?rea de Lenguajes y Sistemas Inform¨¢ticos de la Universidad de Oviedo. Para el experto, los buscadores han mejorado much¨ªsimo en general, aunque concede que es posible que a pesar de eso s¨ª se haya acrecentado el problema de reencontrar algo que ya se ha visto antes. ¡°Hay dos cuestiones: los contenidos que se generan son cada vez m¨¢s y las plataformas por las que nos puede llegar una pieza de informaci¨®n [Twitter, Instagram, Facebook¡­] son variopintas¡±, se?ala. No siempre es f¨¢cil recordar si fue algo ¡°le¨ªdo en prensa, visto en Twitter, en Pinterest o en YouTube¡±.

El problema de c¨®mo volver a alg¨²n contenido que ya se vio no es nuevo. ¡°Buscando en la literatura cient¨ªfica, se puede remontar hasta finales de los noventa¡±, apunta Gayo. Sin embargo, si antes solo era consciente de eso la minor¨ªa de la poblaci¨®n que usaba internet de forma habitual, ahora est¨¢ mucho m¨¢s extendido. ¡°Tenemos tambi¨¦n unas expectativas muy elevadas al utilizar estos sistemas, sobre todo porque como hay consultas que aparentemente funcionan tan bien, cuando las cosas ya no funcionan, nos desesperamos un poco¡±, reflexiona.

Gayo referencia, por ejemplo, un estudio publicado en 2004 en el que se expon¨ªan los m¨¦todos usados por una serie de personas para guardar o seguir teniendo acceso a cosas encontradas en la red. Se recurr¨ªa acciones como enviarse un email a uno mismo con el enlace, marcar la web como favorita o incluso imprimirla, entre otros m¨¦todos. El estudio, adem¨¢s, hace referencia a publicaciones anteriores que han estudiado el tema y que dejan claro que no es un problema aparecido con las redes sociales o la penetraci¨®n de internet m¨®vil.

Lo que quiz¨¢ s¨ª sea m¨¢s t¨ªpico de estos tiempos es la forma en la que consumimos esos contenidos. En ese ¡°flujo¡± al que hac¨ªa referencia Quelic Berga, en el que en vez de guardar contenidos los consultamos, podemos idear c¨®mo asegurarnos de volver a ver algo en particular, pero no solemos consumir internet con tanta intenci¨®n. ¡°Por regla general, son lecturas ligeras, intermitentes, r¨¢pidas, v¨ªdeos que vemos, paramos, compartimos o que incluso est¨¢n en simult¨¢neo con otras tareas¡±, reflexiona Rodr¨ªguez-Rabad¨¢n. Para la experta, ¡°la manera en la que los usuarios consumimos contenido en internet no es la m¨¢s id¨®nea para favorecer la retenci¨®n y acordarnos de la ruta que seguimos para encontrar dicho enlace¡±.

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