Un plan de rescate para la s¨¢tira

Nadie les lanzar¨¢ un plan de rescate, pero los profesionales de la s¨¢tira tambi¨¦n sufren la crisis. Han sido derrotados por su propio material de trabajo, la realidad, que se ha vuelto imposible de parodiar. Cuando las noticias traen cada d¨ªa tres culebrones tan ins¨®litos cuya mera enunciaci¨®n ya es un disparate, a los humoristas no les queda ni un retal con el que coser una apostilla.

Ni la trama m¨¢s descacharrante de Mortadelo y Filem¨®n le llegar¨ªa al tobillo a lo de los informes de la Guardia Civil, el ministro y su desfile de mandos; los Monty Python ser¨ªan incapaces de poner en escena una sesi¨®n parlamentaria m¨¢s delirante de las que estamos viendo, y ni a los Gomaespuma m¨¢s inspirados les saldr¨ªa un gag con un se?or de N¨²?ez de Balboa forrado en banderas golpeando una cacerola de Le Creuset.

Aprendamos de Estados Unidos, donde el humor pol¨ªtico se volvi¨® imposible el d¨ªa que gan¨® Trump, pese a la excepci¨®n genial de The Good Fight. Los intentos fallidos de satirizar el mundo ya forman una monta?a, y el ¨²ltimo se titula Space Force, una prometedora serie que arranca muy bien y se desinfla enseguida sin que ni el talento de Greg Daniels ni el trabajo de uno de los mejores elencos c¨®micos que se ha visto en a?os, encabezado por Steve Carell, puedan evitarlo.

Aunque la serie no est¨¢ bien armada, su problema principal es externo: quiere parodiar algo imposible porque viene parodiado de f¨¢brica. En 2018, Trump cre¨® una Fuerza Espacial, cuyo emblema est¨¢ copiado de la Flota Estelar de Star Trek. Daniels y Carell debieron darse por vencidos en ese instante y saber que nada de lo que hicieran podr¨ªa superar en bochorno y delirio aquella ocurrencia presidencial.

No hay que culparles por intentarlo. Tampoco podemos consentir que la realidad monopolice el rid¨ªculo.