Las grandes tragedias solo se entienden desde el caso individual

El ingl¨¦s tiene una ventaja morfol¨®gica sobre el castellano: all¨ª donde nuestra lengua encaja el ortop¨¦dico sufijo -mente, el ingl¨¦s deja caer un elegant¨ªsimo -ly. As¨ª, de filth (inmundicia), viene filthy (inmundo), que con la fricativa /f/ y la interdental /z?/ imita un esputo y transmite todo el desprecio que merece el sujeto aludido. Sin embargo, al traducirla al espa?ol, el adjetivo se convierte en adverbio se cae sin remedio en el hexas¨ªlabo ¡°asquerosamente¡±, con el que es imposible transmitir una idea de inmundicia.

Filthy Rich se titula en espa?ol Asquerosamente rico (Netflix), y en la traducci¨®n ya se pierde la mitad del asco. La otra mitad se diluye conforme transcurren los minutos y lo que deber¨ªa ser un recorrido por el esc¨¢ndalo y el exceso se convierte en poco m¨¢s que un recuento de testimonios m¨¢s parecido a un sumario judicial que a un relato con solidez narrativa.

Contar la historia de alguien tan monstruoso como Jeffrey Epstein es un reto casi imposible, pues todo lo que se narre sonar¨¢ exagerado e incre¨ªble, pero de esta serie documental yo esperaba un intento m¨¢s esmerado. Es de agradecer y muy comprensible que la directora Lisa Bryant quiera transmitir la magnitud de la depredaci¨®n sexual de Epstein recopilando la mayor cantidad posible de testimonios, pero su sucesi¨®n tiene un efecto contrario al buscado: de tanto escuchar relatos de v¨ªctimas muy parecidos, la historia deviene un clich¨¦ reiterado y el espectador se distancia. Si no hay una protagonista clara y rotunda, la trama se desvanece en la estad¨ªstica.

Es el problema de las grandes cat¨¢strofes: solo se entienden desde el caso particular. El exterminio de seis millones de jud¨ªos es una cifra abstracta, pero el testimonio de una sola ni?a jud¨ªa holandesa da la medida exacta de la tragedia. Una panor¨¢mica demasiado larga tiene el mismo efecto disuasorio que un adjetivo en mente.