El show de rufianes y monederos
A quienes conciben la pol¨ªtica y el periodismo como expresiones intercambiables de un mismo espect¨¢culo, les pirra entrevistar a personajes molones en mon¨®logos con forma de di¨¢logo

¡°?Qui¨¦n controla a los medios?¡±, pregunta Gabriel Rufi¨¢n con media sonrisa y mirada entrecerrada, al estilo del Loco de la Colina. En la silla de enfrente, Albert Pla se toma unos segundos para digerir la pregunta y contesta: ¡°?Y yo qu¨¦ cojones s¨¦?¡±.
Rufi¨¢n es el rey Midas de la parodia: todo lo que toca acaba convertido en caricatura, y su programa de entrevistas en Youtube, intitulado La f¨¢brica, no iba a ser menos. Si Pla no fuera tan educado, podr¨ªa haber rescatado la respuesta de Paca la Cantaora en el sketch de Martes y Trece que parodiaba el programa de flamenco de Lauren Postigo: ¡°?T¨² me has tra¨ªdo aqu¨ª para hundirme o para sacarme a relucir?¡±. Porque uno es libre de hacer el rid¨ªculo a sus expensas, pero enga?ar a otros con la excusa de entrevistarlos para hacerlos c¨®mplices de su propia vesania est¨¢ muy feo.
A la hornada de rufianes y monederos, que conciben la pol¨ªtica y el periodismo como expresiones intercambiables de un mismo espect¨¢culo, les pirra entrevistar a personajes molones en mon¨®logos con forma de di¨¢logo. Si una entrevista es un partido de tenis, esto son pr¨¢cticas de front¨®n. El presunto entrevistado es la pared, est¨¢ ah¨ª para propiciar el chascarrillo y el dardo que el protagonista lanza a sus enemigos.
Y as¨ª, las siglas y los s¨ªmbolos se disuelven en una cara. A fuerza de machacar con sus trucos de comediante de club de cuarta, cultivan lo que en neolengua llaman ¡°marca personal¡±, y los viejos campos de batalla y los usos del periodismo y de la pol¨ªtica se amustian ante el caudillismo de unos tipos que solo se representan a s¨ª mismos. Pueden ser periodistas y pol¨ªticos a la vez, no siendo en rigor ninguna de las dos cosas, y as¨ª pueden argumentar una cosa y su contraria, seg¨²n convenga a su marca.
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