¡¯Hacia el lago¡¯, una serie premonitoria

Con frecuencia la realidad imita a la ficci¨®n. A mediados de diciembre de 2019 las autoridades sanitarias de Wuhan (China) detectaron una serie de casos de neumon¨ªa producida por una causa desconocida. 11 meses despu¨¦s se registraban en todo el mundo 38,5 millones de infectados por un nuevo virus, el coronavirus, y m¨¢s de un mill¨®n de muertos. En noviembre de 2019, un mes antes que lo de Wuhan, se estrenaba Hacia el lago (Netflix), una serie rusa de ocho cap¨ªtulos dirigida por Pavel Kostomarov y basada en una novela de Yana Wagner publicada en 2011: una pandemia de origen desconocido siembra el caos en Mosc¨² y se expande con rapidez por todo el pa¨ªs. La realidad imita a la ficci¨®n.

La excelente serie no permite un momento de respiro en el largo viaje hacia un lejano lago que inician dos familias moscovitas que huyen de la pandemia, un peregrinaje de 1.000 kil¨®metros en busca de una hipot¨¦tica salvaci¨®n en el que, naturalmente, se encontrar¨¢n de todo: desde la solidaridad de algunas comunidades al comportamiento salvaje de los saqueadores, incluso a alg¨²n caso de canibalismo. Es la lucha por la supervivencia en una situaci¨®n clim¨¢tica de un fr¨ªo extremo.

Tambi¨¦n se enfrentar¨¢n a sus propios demonios interiores, desde la infidelidad a los celos, el ego¨ªsmo y a un alcoholismo que, al parecer, es frecuente en un pa¨ªs en el que el vodka es una constante.

Un s¨®lido grupo de actores, algo indispensable en una narraci¨®n coral, con Kirill K?ro en un papel esencial y al que ya se le conoc¨ªa por ser el protagonista de la serie ucraniana El olfateador (Amazon Prime), demostraci¨®n palpable de la grandeza y miseria del oficio de interpretar.