Jane Goodall: ¡°Se lo hemos puesto f¨¢cil al coronavirus¡±
La estudiosa de primates m¨¢s conocida del mundo interviene en un nuevo documental para plataformas y advierte de que la sobreexplotaci¨®n de la naturaleza conduce al desastre
Los ni?os han de poder disfrutar plenamente de la naturaleza como una v¨ªa indispensable para forjar su car¨¢cter y tambi¨¦n como un derecho inalienable, pues es fundamental para su salud f¨ªsica y emocional. Lo sostiene la primat¨®loga Jane Goodall, la gran especialista mundial en chimpanc¨¦s ¨Dy que desde luego de la naturaleza y de su inmersi¨®n en ella sabe un rato¨D en un documental, El comienzo de la vida 2: La naturaleza (O comen?o da vida 2: L¨¢ fora).
En el documental (Netflix), Goodall y otras figuras medi¨¢ticas subrayan la importancia de la relaci¨®n de la infancia con el medio natural. El filme, con guion y direcci¨®n de la cineasta brasile?a Renata Terra, explora c¨®mo las relaciones entre los ni?os y la naturaleza pueden revolucionar nuestro futuro, pero cuestionando a la vez en qu¨¦ medida ese contacto es posible en las urbes superpobladas y contaminadas. El documental subraya c¨®mo la llegada de la covid ha acentuado las consecuencias de la privaci¨®n de espacios al aire libre en la vida de la mayor¨ªa de los ni?os del mundo y muestra la urgencia de reconstruir esa relaci¨®n de manera m¨¢s sana e integrada con el planeta.
¡°He conocido a muchos j¨®venes que parec¨ªan haber perdido la esperanza, unos aburridos, otros deprimidos, todos como si no les importara nada¡±, explica la primat¨®loga en el documental. ¡°Al preguntarles las razones de su actitud, dicen: ¡®Arruin¨¢is nuestro futuro y no le vemos remedio¡¯. Les robamos destruyendo el medio ambiente, pero no creo que sea demasiado tarde, a¨²n hay tiempo¡±.
El optimismo es uno de los rasgos m¨¢s notables de Jane Goodall (Londres, 1934), junto con su apasionamiento, su clarividencia y su fina iron¨ªa. ¡°He pasado gran parte de mi vida trabajando con los ni?os y la naturaleza¡±, responde la primat¨®loga, en una entrevista por videoconferencia con este diario, al preguntarle por qu¨¦ se ha involucrado en el documental. ¡°Considero muy importante para los j¨®venes conectar o reconectar con el medio natural, como una forma de apreciarlo y entender que hay que protegerlo. El problema es que muchos Gobiernos han apostado en los ¨²ltimos tiempos por un desarrollo econ¨®mico ilimitado que nos conduce al desastre, as¨ª que es esencial cambiar nuestro modelo de relacionarnos con la naturaleza si queremos tener un futuro y d¨¢rselo a los j¨®venes¡±.
Goodall, que ha tenido que hacer un par¨®n forzoso en sus viajes por la pandemia (ella que desde 1986 no permanec¨ªa m¨¢s de tres semanas fija en ning¨²n sitio) atiende desde su casa en Inglaterra, ante unas estanter¨ªas con libros y fotos. Sorprende (o no tanto) que junto a las de la familia figuren enmarcadas algunas de chimpanc¨¦s. ¡°Trabajar con los ni?os y j¨®venes e inspirarlos ha sido parte siempre de mi trabajo, especialmente a partir de que incorpor¨¦ en 1991 un programa medioambiental espec¨ªfico para la juventud a mi instituto, Roots & Shoots (Ra¨ªces y Brotes). La experiencia de mi propia infancia me ha sido muy ¨²til. Viv¨ª muy inmersa en la naturaleza, claro que era un tiempo en el que no hab¨ªa televisi¨®n, ni ordenadores. Era una ¨¦poca muy distinta. Pasaba mucho tiempo en el jard¨ªn. Era muy feliz cuando estaba al aire libre con mi perro. Sub¨ªa a los ¨¢rboles y luego iba junto al mar y trepaba por los riscos. Y observaba a los animales¡±. De peque?ita una vez, durante la guerra, se pas¨® cinco horas desaparecida para horror de su madre. Al regresar dijo que hab¨ªa estado mirando una gallina; para descubrir c¨®mo pon¨ªan huevos.
Su primer chimpanc¨¦ fue uno de peluche, regalo de su padre, y lo llevaba a todas partes. ¡°A los 10 a?os le¨ªa La historia del Doctor Dolittle, de Hugh Lofting, me lo regalaron en Navidad de 1945, y los libros de Tarz¨¢n. Quer¨ªa ir a ?frica y conocer los animales salvajes. ?frica estaba muy lejos, en esa ¨¦poca de guerra nadie ten¨ªa dinero. Pero mi madre, una mujer maravillosa, me anim¨® dici¨¦ndome que podr¨ªa conseguir cualquier cosa si pon¨ªa suficiente empe?o en ello y trabajaba duro, y aprovechaba las oportunidades¡±. Tarz¨¢n fue importante. ¡°Fue una de mis inspiraciones para ir a ?frica, los libros, no las pel¨ªculas, a¨²n los conservo todos, est¨¢n por ah¨ª en la biblioteca¡±. Probablemente llamarse Jane fue relevante. ¡°Tarz¨¢n se cas¨® con la Jane equivocada¡±, bromea.
Goodall no est¨¢ de acuerdo en que los ni?os sean crueles por instinto con los animales. ¡°En absoluto, su aproximaci¨®n primera se caracteriza por la curiosidad, y si hacen da?o es por ignorancia. Por eso deben ser introducidos de manera amable y educativa en la naturaleza. Los ni?os saben instintivamente que los animales son como nosotros. Cuando hay una violencia deliberada hacia los animales los estudios demuestran que el ni?o tiene un comportamiento violento tambi¨¦n hacia los seres humanos¡±.
?Se parecen las cr¨ªas de chimpanc¨¦ a los ni?os? ¡°Oh, s¨ª, son m¨¢s activos, pero se agarran de la misma manera a las madres. Pasan cinco a?os con ellas. El tipo de madre que tienes es muy importante tanto para los humanos como para los chimpanc¨¦s. Mi hijo aprendi¨® a caminar en Gombe [parque nacional en Tanzania] y el proceso es similar aunque todo es mucho m¨¢s lento en los humanos¡±. Jane Goodall vive con resignaci¨®n la pandemia. ¡°No hab¨ªa estado tanto tiempo encerrada en mi vida. Pero estoy muy ocupada. En realidad nunca lo hab¨ªa estado tanto, ni cuando viajaba todo el tiempo. Me paso el d¨ªa haciendo Zoom, Skype, charlas, conferencias, entrevistas, escribiendo art¨ªculos. Por otro lado, llego curiosamente a m¨¢s gente que con mis tours. Sentada aqu¨ª, en tres d¨ªas he dado charlas en China, Taiwan, Turqu¨ªa, Austria, Alemania, Argentina¡ Al principio estaba muy enfadada de no poder viajar. Pero acabas pensando en positivo¡±.
Sobre la propia pandemia recuerda que es una ¡°enfermedad zoon¨®tica, en la que el virus ha saltado de un animal a un humano¡±, y que somos responsables ¡°al haber creado las condiciones para que eso fuera f¨¢cil destruyendo el medio ambiente y poniendo a los animales salvajes en contacto estrecho con las personas, comi¨¦ndolos, traficando con ellos, invadiendo su h¨¢bitat, vendi¨¦ndolos a los mercados de bushmeat africanos¡ en esas situaciones es f¨¢cil el salto de la enfermedad¡±. ?Cree que se est¨¢n haciendo bien las cosas en la lucha contra la pandemia? ¡°En algunos lugares s¨ª, en otros no. Son decisiones duras para los Gobiernos, la econom¨ªa se resiente, la gente pierde sus trabajos. Por otro lado no se puede dejar relajarse a la gente y que se olvide de lo importante que es llevar la mascarilla¡±. Goodall se?ala que la pandemia es una buena oportunidad para repensar nuestra relaci¨®n con la naturaleza. ¡°Es como con el cambio clim¨¢tico, hemos de reconocer la amenaza y obrar en consecuencia, todos a una; y acabar con esa idea loca de que puede haber un ilimitado crecimiento econ¨®mico en un planeta con recursos limitados¡¡±.
La primat¨®loga recuerda que los chimpanc¨¦s son v¨ªctimas recurrentes de enfermedades infecciosas. ¡°Las pueden coger de los humanos y estamos horrorizados de que se contagien de este coronavirus, a¨²n no ha pasado y crucemos los dedos de que no ocurra. Son muy susceptibles a estas infecciones respiratorias¡±. Goodall recuerda la terrible epidemia de polio que sufrieron los chimpanc¨¦s de Gombe en los a?os sesenta. ?C¨®mo reaccionaban? ¡°Bueno de algunos no lo sabemos porque simplemente desaparec¨ªan y mor¨ªan. Pero a veces ve¨ªamos a un individuo arrastrando un brazo paralizado y los otros chimpanc¨¦s se apartaban bruscamente, escapaban, poniendo de alguna manera distancia social. Era terrible. Porque los chimpanc¨¦s buscan desesperadamente contacto con sus semejantes. Y no entend¨ªan por qu¨¦ los rechazaban¡±.
De las nuevas ideas acerca de los chimpanc¨¦s, la estudiosa dice que lo m¨¢s notable es c¨®mo se ha expandido desde los primates superiores a muchas otras especies el concepto de que los animales tienen personalidades y mentes. ¡°Cuando yo era una estudiante, la mera idea de ponerle nombre a un chimpanc¨¦ o creer que pod¨ªa tener emociones o responder a los est¨ªmulos de forma individual resultaba casi rid¨ªcula. Desde entonces las cosas han cambiado mucho¡±. El que los chimpanc¨¦s puedan tener comportamiento de alguna manera espiritual es de los asuntos m¨¢s innovadores y espinosos. ¡°En Gombe hay grandes cascadas y los chimpanc¨¦s, sobre todo grupos de machos parecen quedar extasiados en cierta forma ante el espect¨¢culo, largo rato, apoy¨¢ndose en un pie y luego en el otro, parece un sentimiento de admiraci¨®n semejante quiz¨¢ al de los humanos prehist¨®ricos ante los fen¨®menos naturales y atmosf¨¦ricos¡±.
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