¡®30 monedas¡¯: Apocalipsis en la Espa?a vac¨ªa(da)
Este relato coral repleto de acci¨®n y tensi¨®n que multiplica los aciertos y errores del universo de Alex de la Iglesia
Gustar¨¢ m¨¢s o menos, pero no se puede negar que Alex de la Iglesia es un creador coherente. Su tono es reconocible y su universo no ha cambiado, sino que ha ido evolucionando con los a?os. En 30 Monedas (HBO Espa?a), su segunda serie, ambientada en el segoviano pueblo de Pedraza, el nacimiento de un beb¨¦ humano de las entra?as de una vaca es el pistoletazo de salida para que, durante 8 episodios de una hora, los vecinos luchen contra un apocalipsis que pasa por evitar que una secta recupere las 30 monedas de plata por las que Judas traicion¨® a Cristo.
Protagonizada por dos solventes Megan Montaner y Miguel ?ngel Silvestre ¡ªla veterinaria y el alcalde del pueblo¡ª, y lejos de pel¨ªculas o libros, 30 Monedas tiene su s¨ªmil tem¨¢tico m¨¢s evidente (porque a la hora de analizar la cultura hay que empezar a rebuscar tambi¨¦n en el ocio digital) en el videojuego Resident Evil 4 (2005). El juego, que adem¨¢s de un rotundo ¨¦xito fue realmente bueno, estaba ambientado (todav¨ªa nadie sabe muy bien por qu¨¦) en un pueblo de la Espa?a profunda, asediado precisamente por pueblerinos hipnotizados y criaturas tentaculares. En cualquier caso, tem¨¢tica aparte, lo importante aqu¨ª es el tono que consiguen crear De la Iglesia y su guionista, Jorge Guerricaechevarr¨ªa, empapado por ese aroma azconiano que hace posible mantener una profunda charla teol¨®gica mientras se le pide una morcilla buena a la charcutera. En eso la serie es todo un acierto formal.
A pesar de alg¨²n ramalazo m¨¢s deudor de El c¨®digo Da Vinci que de El d¨ªa de la bestia, la trama se va oscureciendo y solidificando conforme se internacionaliza (Roma, Nueva York, Siria; con largos segmentos en italiano e ingl¨¦s), y conforme los personajes de Eduard Fern¨¢ndez ¡ªel cura del pueblo¡ª o Manolo Solo van ganando minutos. Un movimiento boomerang que recorre el mundo para confluir de nuevo en Segovia, que es lo que de verdad le interesa a De la Iglesia. Adrenal¨ªtica, entretenid¨ªsima, atrevida e iconoclasta, 30 Monedas acaba siendo un concentrado del universo de Alex de la Iglesia que re¨²ne todas sus virtudes (tensi¨®n, empaque visual), pero exacerba sus defectos (una trama desparramada en su tramo final, un reparto tan coral que inevitablemente mezcla actuaciones firmes con algunas casi par¨®dicas). En plata: gustar¨¢ m¨¢s a quienes ya gustaba el universo de De la Iglesia.
La publicidad dice que la trama se desarrolla en un pueblo remoto de Espa?a, pero lo cierto es que la Pedraza de la serie no es tanto un pueblo remoto de Espa?a como un pueblo de la Espa?a remota. El matiz es importante, porque quiz¨¢ en el mimo con el que el director retrata toda una serie de usos y costumbres que se van extinguiendo (la parroquia, la tasca, el campo, la pol¨ªtica local) resida no solo gran parte del encanto sino uno de los mayores valores de la serie. Y es que 30 Monedas no es Patria, no es Antidisturbios, no es Veneno. Pero aun con sus defectos merece figurar tambi¨¦n como un logro en este a?o 2020 tan extraordinario para las series espa?olas como, a fin de cuentas, espantoso para todo lo dem¨¢s.
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