Jane Austen y las relaciones sentimentales

La 1 de Televisi¨®n Espa?ola recuper¨® una impecable serie, Emma, basada en la novela hom¨®nima de Jane Austen y en la que se aprecian dos virtudes dif¨ªcilmente discutibles: la primera de ellas, en palabras sabias de Somerset Maugham: ¡°Jane Austen tiene un m¨¦rito: sus obras son maravillosamente amenas, m¨¢s que las de algunos novelistas de mayor importancia y fama. Trata, como dijo Walter Scott, de cosas corrientes, de ¡®los enredos, sentimientos y personajes de la vida corriente¡¯; en sus libros no suceden demasiadas cosas, y sin embargo, cuando se llega al final de una p¨¢gina, se pasa con avidez para saber qu¨¦ sucede a continuaci¨®n¡±.

La segunda virtud es la intachable adaptaci¨®n de Sandy Welch, guionista tambi¨¦n de Jane Eyre, la muy correcta direcci¨®n de Jim O¡¯Hanlon y la notable producci¨®n de la BBC. Todo encaja perfectamente, interpretaci¨®n, localizaciones, di¨¢logos y vestuario, con el ritmo adecuado a una historia del siglo XIX en la que los sentimientos, el af¨¢n casamentero de Emma Woodhouse, una joven que la propia Austen define como hermosa, inteligente y rica, lo que a su vez le lleva a explicar que ¡°voy a elegir una hero¨ªna que, excepto a m¨ª, no gustar¨¢ mucho¡±, pues a todo ello hay que a?adir que las protagonistas de sus novelas suelen ser pobres o han perdido la fortuna familiar.

Emma cree tener un don especial como casamentera y a ello dedica sus esfuerzos desde la constataci¨®n de su inexistente eficacia. Y son esas relaciones personales las que permiten, desde la sensibilidad de Austen, describir una sociedad en la que los modales exquisitos no consiguen encubrir el clasismo, la desigualdad social y econ¨®mica y la aparici¨®n de individuos mezquinos que solo aspiran a mejorar su status.