Las mentiras de Aznar
El expresidente sigue encallado en su cantinela de que los promotores de la mayor matanza terrorista ocurrida en Espa?a estaban aqu¨ª, no en desiertos remotos ni en monta?as lejanas
Hannah Arendt escribi¨® que ¡°la veracidad nunca se ha contado entre las virtudes pol¨ªticas¡±. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar lo corrobor¨® este domingo una vez m¨¢s en Lo de ?vole. El paso del tiempo no le hace flaquear en algunas de sus mentiras m¨¢s consolidadas.
¡°El Partido Popular es incompatible con la corrupci¨®n¡±, solemniz¨® en los a?os noventa, cuando el PSOE penaba por el caso Filesa y Aznar pretend¨ªa desde la oposici¨®n erigirse en ejemplo de honestidad p¨²blica, a pesar de que el caso Naseiro hab¨ªa revelado ya algunas verg¨¹enzas que el Supremo anul¨® por defectos formales. En la entrevista neg¨® toda noticia de corrupci¨®n en su partido a pesar de que varios procedimientos judiciales investigan la financiaci¨®n del partido desde los tiempos de su antecesor Fraga y posibles delitos de cohecho en la adjudicaci¨®n de contratos p¨²blicos por valor de hasta 600 millones de euros durante su mandato. El l¨ªder que todo lo controlaba en su partido permut¨® en la mansa imagen de un jefe que ignoraba las fechor¨ªas de sus subordinados.
Dieciocho a?os despu¨¦s de haber apoyado sin reservas la guerra de Irak, aunque no participara en la ofensiva militar, sigue siendo el ¨²nico miembro del tr¨ªo de las Azores que ha perdido la oportunidad de disculparse. Despu¨¦s de o¨ªrse a s¨ª mismo decir en marzo de 2003 que dec¨ªa la verdad al afirmar que Irak estaba en posesi¨®n de armas de destrucci¨®n masiva, este domingo volvi¨® a aseverar con campanuda rotundidad que esa era la informaci¨®n que le hab¨ªan facilitado los servicios. Solo le falt¨® enfatizar con aquel ¡°cr¨¦anme¡± de entonces. Poco importa que el jefe del CNI, Jorge Dezcallar, haya escrito que unos d¨ªas antes le hab¨ªa comunicado lo contrario.
Han pasado 17 a?os desde los atentados de Atocha y el presidente de aquel Gobierno sigue encallado en su cantinela de que los promotores de la mayor matanza terrorista ocurrida en Espa?a estaban aqu¨ª, no en desiertos remotos ni en monta?as lejanas. Todo vale con tal de no corregir su teor¨ªa de que ETA estaba detr¨¢s de un atentado que persegu¨ªa apear al PP del poder. De aquella gran mentira fabricada por Aznar queda en los anales del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas una resoluci¨®n patrocinada por Espa?a que condena a ETA por la masacre. Jam¨¢s se ha corregido este error.
Y por lo que a m¨ª respecta, en mi condici¨®n de director de EL PA?S en aquel momento, sigue sosteniendo Aznar que en la breve conversaci¨®n que mantuve con ¨¦l aquel 11 de marzo, unos minutos despu¨¦s de la 1 de la tarde, fui yo quien le anticip¨® la atribuci¨®n a ETA de aquel atentado. Es la versi¨®n que sostiene en el segundo tomo de sus memorias. ?Puede creer alguien que un periodista, por prepotente que sea, puede afirmar tal cosa por encima de la versi¨®n del presidente?
El Gobierno del PP se hab¨ªa enorgullecido no pocas veces de que ten¨ªa a ETA totalmente infiltrada, con ¡°topos¡± y micr¨®fonos instalados en los domicilios de algunos dirigentes. Es obvio que esos recursos fueron especialmente activados aquella ma?ana sin que dieran la m¨¢s m¨ªnima se?al de que ETA pudiera estar detr¨¢s de las mochilas de los trenes. A falta de indicios consistentes, el gobierno fabric¨® su teor¨ªa a partir de antecedentes: una mochila desactivada la Nochebuena precedente en un tren con destino Chamart¨ªn y una furgoneta cargada de explosivos intervenida unas semanas antes en Cuenca.
El entonces embajador en Washington, Javier Rup¨¦rez, cuenta en sus memorias que el 12 de marzo George W. Bush acudi¨® a la embajada junto con su mujer a presentar sus condolencias. En la breve conversaci¨®n que mantuvieron le corrigi¨® la versi¨®n de la autor¨ªa de ETA para comunicarle que sus servicios apuntaban en la direcci¨®n islamista. Y as¨ª lo dijo en unas breves declaraciones al corresponsal de TVE, Lorenzo Mil¨¢, que nunca fueron emitidas.
Tal vez el problema inesperado que tuvo Aznar esos d¨ªas fue la inaudita eficacia de su polic¨ªa, que en poco m¨¢s de 48 horas empez¨® a deshacer la madeja islamista. De forma que no pudo mantener su mentira hasta la apertura de las urnas el 14 de marzo.
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