La ¨²nica batalla naval que Espa?a ha ganado en el siglo XXI
Amen¨¢bar recrea con ritmo vibrante en seis cap¨ªtulos de ¡®La Fortuna¡¯ la recuperaci¨®n del inmenso tesoro de fragata ¡®La Mercedes¡¯, hundida por Inglaterra en 1804
Si alg¨²n d¨ªa los productores y directores cinematogr¨¢ficos espa?oles abren los ojos, descubrir¨¢n que la historia de su pa¨ªs es una inmensa ¨¢gora donde resulta muy sencillo escuchar grandes e incre¨ªbles relatos. Hasta ahora, solo aceptamos y aplaudimos las historias de los otros. Y as¨ª, oc¨¦ano adentro, Alejandro Amen¨¢bar ha rodado la serie de seis cap¨ªtulos La Fortuna (Movistar+, estreno el pr¨®ximo jueves, 30 de septiembre), en la que hace saltar por los aires los arquetipos del cine y la televisi¨®n espa?ola para contar un cap...
Si alg¨²n d¨ªa los productores y directores cinematogr¨¢ficos espa?oles abren los ojos, descubrir¨¢n que la historia de su pa¨ªs es una inmensa ¨¢gora donde resulta muy sencillo escuchar grandes e incre¨ªbles relatos. Hasta ahora, solo aceptamos y aplaudimos las historias de los otros. Y as¨ª, oc¨¦ano adentro, Alejandro Amen¨¢bar ha rodado la serie de seis cap¨ªtulos La Fortuna (Movistar+, estreno el pr¨®ximo jueves, 30 de septiembre), en la que hace saltar por los aires los arquetipos del cine y la televisi¨®n espa?ola para contar un cap¨ªtulo de la historia nacional: hasta ahora todo era un desastre, los ingleses o los norteamericanos s¨ª que eran listos y nuestros reyes, h¨¦roes y soldados eran unos descerebrados o unos salvajes. Pero esta vez los piratas ¨Dcon pata de palo o traje de Guzzi¨D no son los buenos, sino los malos. Un discurso de Amen¨¢bar sin complejo alguno, vibrante, de esp¨ªas, funcionarios abnegados, pol¨ªticos corruptos, acci¨®n e imaginaci¨®n. Bien es verdad que alguno de los cap¨ªtulos est¨¢ demasiado estirado y se aleja del relato inicial para cumplir con exactitud los 45 minutos que deben durar cada uno de ellos. Carlos Boyero, que lo sabe todo del cine, dice que es una serie ¡°descompensada¡±, pero en el fondo no le ha desagradado.
Espa?a es el pa¨ªs con m¨¢s barcos hist¨®ricos hundidos del mundo. El Ministerio de Cultura, solo en el Caribe, tiene documentados 681 pecios de entre los siglos XV y XIX. Sin embargo, y en contra de lo que puedan dar a entender las pel¨ªculas de Hollywood, ¨²nicamente el 0,8% de los naufragios hispanos tuvieron su origen en un ataque corsario. Los piratas, bucaneros o filibusteros evitaban toparse con los galeones con la cruz de San Andr¨¦s, porque estos siempre navegaban en grupo, fort¨ªsimamente armados y velando por las mercanc¨ªas que almacenaban. Eran aut¨¦nticas ciudades artilladas flotantes.
Las ciudades en tierra desprotegidas de Am¨¦rica, hasta que Felipe II consigui¨® levantar el primer muro de fuertes en la costa atl¨¢ntica, eran las preferidas de los corsarios. Incluso, de estos saqueos contra una poblaci¨®n pr¨¢cticamente indefensa, se han rodado pel¨ªculas de exaltaci¨®n de los cr¨ªmenes, donde los bucaneros cantan felices alrededor del fuego Ron, ron, la botella de ron tras haber masacrado a los desprevenidos habitantes. De hecho, en los parques tem¨¢ticos Disney hay atracciones dedicadas a estos piratas, donde se oyen las voces y los gritos de horror de los atacados, que se muestran aterrorizados y encadenados, mientras el p¨²blico ¨Despa?ol tambi¨¦n¨D r¨ªe, aplaude y disfruta. Solo hay que cambiar espa?ol por africano o ind¨ªgena para entenderlo.
As¨ª, la inmensa mayor¨ªa de las naves del imperio espa?ol se fueron a pique por huracanes, tormentas o por ataques inesperados de pa¨ªses con los que no se manten¨ªa ning¨²n conflicto. Este fue el caso de la fragata Nuestra Se?ora de las Mercedes (La Fortuna es solo un trasunto suyo), cuando la flota inglesa del comodoro Graham Moore abri¨® fuego en 1804, rompiendo el Tratado de Paz de Amiens, contra un convoy comercial que regresaba de Am¨¦rica. Las fragatas Indefatigable, Lively, Amphion y Medusa no tuvieron reparos en causar 275 fallecidos ¨Dbuena parte civiles¨D sin haber tenido la oportunidad de defenderse.
?Y qu¨¦ transportaba La Mercedes? Unas 600.000 monedas de oro y plata, que se fueron al fondo de las aguas del Algarve y que la compa?¨ªa cazatesoros Odyssey Marine (Atlantis en la serie de Amen¨¢bar) descubri¨® en 2007. Los buques de guerra, con independencia de su antig¨¹edad, son propiedad del Estado que los flet¨®. Si son comerciales, del armador o sus descendientes. Por eso, Espa?a reclam¨® toda la carga sustra¨ªda. En 2009, un juez de Florida fall¨® en favor del Estado espa?ol.
En la serie, basada en el c¨®mic de Paco Roca El tesoro del Cisne Negro, los desconocidos funcionarios civiles y militares espa?oles que intervinieron en la recuperaci¨®n del tesoro son sustituidos por el joven actor ?lvaro Mel y Ana Polvorosa, mientras que el papel del cazatesoros Greg Stemm recae en el estadounidense Stanley Tucci, ganador de dos Emmy, dos Globo de Oro y con una nominaci¨®n al Oscar.
La Fortuna no es un retrato exacto de lo que ocurri¨®, sino una manera espectacular de acercar la historia al p¨²blico, entre escenas de acci¨®n, recreaciones de batallas navales, caracterizaciones casi perfectas de los uniformes y de las costumbres sociales de principios del siglo XIX. Se nota el asesoramiento de los expertos del Museo Arqueol¨®gico de Cartagena, donde se expone actualmente el tesoro. Por eso, las similitudes con lo que realmente sucedi¨® son abundantes, como el traslado de las monedas robadas hasta Gibraltar para su ocultaci¨®n, el nombre que se le dio a la operaci¨®n (Black Swan, Cisne negro) o el hundimiento burs¨¢til de Atlantis tras perder el pleito. Pero todo contado al m¨¢s estilo Hollywood. Y eso es, precisamente, lo novedoso en una serie sobre la historia de Espa?a, una especie de coctel entre Master and Commander y El informe Pel¨ªcano.
¡°Todo barco hundido es parte de vuestra historia. De vuestra alma¡±, le espeta Clarke Peters (parte del elenco principal de la aclamada The Wire), al dubitativo ministro de Cultura espa?ol, interpretado por un gran Karra Elejalde, que teme perder su cargo en el Gobierno en caso de un rev¨¦s judicial en Estados Unidos. Por cierto que, tras la recuperaci¨®n del tesoro, los arque¨®logos espa?oles cayeron en la cuenta de que Odessey solo hab¨ªa sustra¨ªdo las monedas. As¨ª que en 2014 el Museo de Arqueolog¨ªa Subacu¨¢tica (ARQVA), que dirige Iv¨¢n Negueruela, decidi¨® organizar una expedici¨®n cient¨ªfica para ver si quedaba algo bajo las aguas del Atl¨¢ntico. Su sorpresa fue may¨²scula. El buque ?ngeles Alvari?o, del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa (IEO), dotado de la m¨¢s avanzada tecnolog¨ªa, detect¨® dos ca?ones, numerosos objetos de plata, entre ellos candelabros, platos, monedas, cuchillos, enseres, el mazo de un mortero de oro, as¨ª como diversos objetos de la vida cotidiana de las personas que fueron asesinadas: un tesoro cient¨ªfico y humano m¨¢s importante que las piezas numism¨¢ticas. Por su parte, la Armada espa?ola y el Ministerio de Cultura sumergieron una placa met¨¢lica en recuerdo de los fallecidos en el mismo lugar del hundimiento.
Amen¨¢bar lo cuenta en seis cap¨ªtulos. Por eso, mientras dure la guerra con los corsarios ¨Del gale¨®n San Jos¨¦ en Colombia sigue acosado por ellos¨D, los directores tienen unas buenas tesis de las que partir para rodar, al estilo Piratas del Caribe, pero al rev¨¦s. Vamos, la verdad por una vez.
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