Requiem por Cuatro
El canal que naci¨® para ser una alternativa fresca, pero rigurosa, se ha convertido en un ¡®Mini-yo¡¯ de Telecinco. Una plataforma m¨¢s desde la que ara?ar cuota de pantalla a costa del dolor ajeno
El de Raquel S¨¢nchez Silva fue el segundo rostro que vimos en Cuatro, el primero fue el de I?aki Gabilondo. Toda una declaraci¨®n de intenciones. Aquel canal que nac¨ªa en 2005 pretend¨ªa ser riguroso aunque divertido; joven, pero sobradamente preparado.
Tras las intenciones llegaron los hechos. Arribaron House y Callejeros; Robinson y Los Gui?oles de Canal+. Porque Cuatro nac¨ªa de los rescoldos de la versi¨®n anal¨®gica del canal fundado por Juan Cueto ¡ªreverencia¡ª, que hasta entonces emit¨ªa unas horas en abierto para dejarnos despu¨¦s atisbando con la mirada rasgada sus maravillas codificadas.
Viendo el devenir de los acontecimientos, tal vez la frecuencia de aquel Canal+ con el que descubrimos que otra televisi¨®n era posible, pero tendr¨ªamos que apoquinar por ella, deber¨ªa haberse retirado como las camisetas de las leyendas. Como se deber¨ªa haber retirado la de CNN+ para evitar que sobre su cad¨¢ver a¨²n caliente bailase Gran Hermano 24 horas. Una imagen para la historia de la teleinfamia. Pero en la guerra medi¨¢tica impera el dinero, no el sentimiento. Mediaset acab¨® haci¨¦ndose con Cuatro y aquel canal que quiso ser diferente se convirti¨® en un Mini-yo de Telecinco.
El pasado mi¨¦rcoles, la imagen de S¨¢nchez Silva volvi¨® a Cuatro. Esta vez no hab¨ªa diversi¨®n ni rigor, s¨®lo desesperaci¨®n por ara?ar audiencia. Todo es verdad mostr¨® ¡°im¨¢genes in¨¦ditas¡± de la presentadora devastada en el funeral de su marido hace ocho a?os como si el derecho a la intimidad del dolor pudiese prescribir. Sobre sus l¨¢grimas Risto Mejide salmodiaba c¨ªnicamente sentir por ella ¡°respeto personal y profesional¡±, al igual que en un sacrificio halal se ora antes del deg¨¹ello. O tal vez era sincero y es el ¨²nico que sigue creyendo que est¨¢ en un canal prestigioso, como cree que es periodista porque ocupa la misma frecuencia que un d¨ªa dignific¨® Gabilondo.
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