Tu programaci¨®n navide?a me suena
En una recta final de a?o en la que tantos planes se han desbaratado a ¨²ltima hora, las cadenas han apostado por lo seguro y repetido f¨®rmula en una noche en la que ha reinado el legado de Mecano, y Alaska y Mario han sido omnipresentes
Este a?o nos promet¨ªamos una Navidad sin sobresaltos, y la virulencia de la ¨®micron nos ha deparado una noche en la que, esperando el bullicio de La gran familia, nos hemos acabado viendo como el solitario Theodore Twombly de Her. Lo que no ha sido una sorpresa es que la programaci¨®n de la noche haya seguido la l¨ªnea insulsa y descafeinada a la que nos tiene acostumbrados en los ¨²ltimos a?os y a la que solo prestamos atenci¨®n porque lanzarse a las plataformas no es manera de honrar las fiestas como es debido.
TVE volvi¨® a confiar en ese Telepasi¨®n que en 1990 triunf¨® por su capacidad para sorprendernos mostr¨¢ndonos una cara in¨¦dita de rostros tan familiares como desconocidos. De ah¨ª que cuando, en su primera edici¨®n, Pedro Piqueras se arranc¨® con Cambalache nos qued¨¢ramos con la misma cara que Hugh Grant cuando su ch¨®fer en Love Actually entona Good King Wenceslas con voz de bajo bar¨ªtono.
El mejor invento de la televisi¨®n navide?a funcion¨® por el shock que supon¨ªa ver a presentadoras tan circunspectas como Mar¨ªa Escario cantando Ay, Tani, mi Tani o a Elisenda Roca cambiando las cifras y letras por Piensa en m¨ª. Pero desde que los g¨¦neros se han difuminado y hasta los informativos tienen su parte de show, que sus caras visibles se cimbreen al son de Gloria Trevi sorprende lo justo, y m¨¢s cuando sin el r¨®tulo cuesta identificar al int¨¦rprete e incluso el programa al que representa. Aunque siempre hay momentos que lo justifican, como ver a la imprescindible Paloma del R¨ªo, de la que nos despedimos este a?o, cantando y bailando al ritmo de Mon Amour. Un momento tan gozoso que casi se perdona que antes hayamos visto cantar a casi la totalidad de los 6.537 empleados del ente.
El hilo conductor de este a?o era un viaje en avi¨®n de esos que hemos hecho tan poquitos ¨²ltimamente y ten¨ªa como maestros de ceremonias a Boris Izaguirre y Ana Garc¨ªa Obreg¨®n. Tirando de oficio y entusiasmo contagioso, lidiaron con un guion flojo que, agarrado a alguno de los gags m¨¢s manidos de Aterriza como puedas, pretendi¨® abarcar tanto que acab¨® pareciendo un publirreportaje de RTVE.
Tras Telepasi¨®n, al que despu¨¦s de 31 ediciones le urge un paso por el taller, TVE mantuvo un a?o m¨¢s la f¨®rmula ¡°a m¨ª me daban dos¡± que empez¨® con Ana Torroja cantando todos los ¨¦xitos de su carrera. Tener como contenido la m¨²sica de Mecano es como jugar una partida de tute con todas las cartas del palo que pinta. Las canciones del tr¨ªo son hitos que trascienden generaciones y el alborozo con el que Ana fue recibida en las redes sociales dej¨® claro que al legado de Mecano no le pesan las pol¨¦micas: ni las haciendas, ni las ¡°mariconeces¡±, ni las pir¨¢mides aztecas. Marineros, soldados, solteros, casados y amantes y andantes se rindieron a sus d¨²os con Raphael, Mal¨² o Alaska y su inseparable Mario Vaquerizo. Si, como dec¨ªa Debussy, la m¨²sica es el espacio entre las notas, la programaci¨®n televisiva espa?ola es el espacio entre una aparici¨®n de la pareja y otra. Ayer, transversales como son, se pasearon por las tres cadenas.
Aitana, otra de las invitadas de Torroja, fue la segunda estrella de la noche. Pas¨® de cantar Mujer contra mujer en karaokes a hacerlo a d¨²o con Ana en un momento que pareci¨® la versi¨®n ca?¨ª, pacata y para todos los p¨²blicos de Me Against The Music, de Madonna y Britney Spears.
Si TVE no se molest¨® en renovarse, La 2 directamente meti¨® en el reproductor la misma cinta TDK de 240 minutos grabada en 1993 con gags de Tony Leblanc, Chiquito o Tip y Coll, su Cachitos humor¨ªstico de cada fiesta de guardar. Tan previsible como infalible porque ?puede cansarse alguien de escuchar chistes de Eugenio?
Telecinco es la que m¨¢s se ha diferenciado respecto al a?o pasado. Se quit¨® los ruedines que supone el Universo S¨¢lvame y, con Joaqu¨ªn Prat y Lara ?lvarez a la cabeza, recuper¨® una de esas galas que son carne de zapeo y en las que lo mismo te encuentras a Omar Montes que a Caf¨¦ Quijano o a ¡ªy esto s¨ª fue desconcertante¡ª una ventr¨ªlocua. Una propuesta tan sorprendente como ver a Sof¨ªa Cristo en Mediaset sin que nadie le haga un polideluxe ni haya llantos o confesiones grandilocuentes.
Despu¨¦s del derroche de medios de Telepasi¨®n con su vestuario despampanante y una realizaci¨®n que recordaba a los tiempos m¨¢s delirantes de Valerio Lazarov, la gala de Telecinco pareci¨® una funci¨®n escolar bienintencionada pero humilde como la casita de paja del cerdito m¨¢s vago.
Antena 3, que durante todo el a?o le ha peleado la audiencia a Telecinco con movimientos estrat¨¦gicos que habr¨ªan emocionado al general Rommel a base de encajar en su parrilla pacatos dramones turcos y programas de famosos haciendo cosas, dio por perdido de antemano el share de la Nochebuena y se abon¨® a los refritos de los momentos m¨¢s divertidos del a?o y al en¨¦simo remontaje de Tu cara me suena. Solo el hashtag en pantalla nos recordaba la noche que era. Sorprende que Atresmedia sea incapaz de perge?ar un programa original y competitivo para la fecha, mientras en su casa Ibai Llanos, al que la ¨®micron tambi¨¦n le torci¨® los planes a ¨²ltima hora, se puso un gorro de Pap¨¢ Noel, ech¨® unas partidas de Clash Royale y consigui¨® que m¨¢s de 80.000 espectadores le acompa?asen en Twitch.
Siguiendo su propia tradici¨®n, Cuatro se decant¨® por el cine familiar con El viaje de Arlo y Ice Age: el gran cataclismo. Cabe recordar que esta es la misma pel¨ªcula que emiti¨® en la Nochebuena de 2019 mientras el mundo tal como lo conoc¨ªamos se empezaba a descomponer ante nuestros ojos. No vamos a echarle la culpa a Scrat del apocalipsis a c¨¢mara lenta que vivimos desde entonces, pero por si acaso hay puertas que ser¨ªa mejor no volver a abrir. Si en marzo estamos nuevamente pele¨¢ndonos por el ¨²ltimo saquito de masa madre y suscribi¨¦ndonos al reto de las 400 sentadillas de Patry Jord¨¢n, ya sabemos a qui¨¦n echarle la culpa.
La Sexta tambi¨¦n se tom¨® la noche como otro viernes cualquiera y no nos sustrajo nuestra raci¨®n de Gloria Serra enfrent¨¢ndose a terrores cotidianos como las falsas croquetas caseras con la misma gravedad que Oriana Fallaci al Ayatol¨¢ Jomeini.
Hubo que esperar a la madrugada para encontrar la propuesta navide?a m¨¢s original y fascinante. Movistar Estrenos celebr¨® el cumplea?os del et¨ªlico Shane MacGowan, cantante de The Pogues, con la emisi¨®n de Crock of Gold: bebiendo con Shane MacGowan. Para disfrutarlo da igual no ser un fan del grupo, ni siquiera saber qui¨¦n es MacGowan. Desde el momento en el que arranca el documental de Julian Temple es imposible sustraerse al magnetismo de una vida marcada por el talento y la adicci¨®n. Una oda a la destrucci¨®n f¨ªsica y la reconstrucci¨®n dental de un genio que con Fairytale in New York compuso un villancico laico incontestable. Est¨¢ disponible en Movistar+ y en Filmin. Si las propuestas de las televisiones generalistas le han sabido a poco, reg¨¢lenselo, ser¨¢ el ¨²nico contenido de esta noche que recordar¨¢n el a?o que viene.
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