Julia Otero: ¡°Hemos asumido que mentir es una forma normal de relacionarnos con el mundo¡±
Tras su vuelta a la radio, la periodista defiende el tono moderado en el debate p¨²blico y reflexiona sobre c¨®mo pasar un c¨¢ncer ha cambiado su mirada sobre la informaci¨®n

Hace cinco semanas que Julia Otero (Monforte de Lemos, Lugo, 62 a?os) volvi¨® a ponerse frente al micr¨®fono de Julia en la onda, el programa de tarde que presenta desde hace 15 a?os en Onda Cero. Se reincorpora tras un a?o de tratamiento contra un c¨¢ncer de colon que le ha dejado una mirada ¡°distinta¡± frente a la actualidad y ganas de escuchar ¡°a los que nunca son protagonistas de la radio¡±. Firme en sus convicciones y con cuatro premios Ondas en la estanter¨ªa, se declara ¡°en tr¨¢nsito¡±.
Pregunta. ?Tiene ahora menos paciencia para ciertas informaciones, ciertas pol¨¦micas, ciertas tonter¨ªas?
Respuesta. M¨¢s que acab¨¢rseme la paciencia, lo que se me acaba es la indulgencia. Hay temas que probablemente me resultar¨¢n m¨¢s ajenos ahora que antes, y quiz¨¢ tenga una mirada un poco m¨¢s descre¨ªda, porque no se sale del c¨¢ncer como se llega a ¨¦l. Hay un proceso en el que pasan cosas en tu cabeza, en tu cuerpo, en tu manera de relacionarte con el mundo.
P. En estos 11 meses de tratamiento, ?ha conseguido desengancharse de la informaci¨®n?
R. S¨ª, porque estaba centrada en lo importante: vivir, en cuidarme, escuchar mi cuerpo. Todo lo dem¨¢s se convierte en ruido y prescindir de ello es saludable. Aunque es verdad que hay que echarle un poco de metadona. Distanciarme me hizo ver que muchas veces los medios caemos en el error de pensar que todo el mundo est¨¢ al cabo de la calle de todo como nosotros.
P. ?Est¨¢n los oyentes hastiados de la pol¨ªtica? Con respecto a ese tipo de informaci¨®n, ?cualquier tiempo pasado fue mejor?
R. Yo a?oro los tiempos en que el Congreso de los Diputados era un lugar aburrido. Todav¨ªa recordamos cuando Pedro S¨¢nchez, en un debate con Rajoy, le dijo que no era una persona decente. Y c¨®mo todos los medios, al d¨ªa siguiente, subrayamos que le hab¨ªa llamado indecente, y hoy el mejor adjetivo que le pueden decir a alguien es mentiroso, fel¨®n, embustero, traidor.
P. ?La narrativa de los hechos ha perdido la partida frente a la de las emociones?
R. Ya nos hemos acostumbrado a ese tono vibrante que no aporta ning¨²n tipo de nutrici¨®n, ni de inter¨¦s intelectual. Y parece que lo que no es as¨ª es un muermo. Los que apostamos por una moderaci¨®n en el tono, por la argumentaci¨®n, estamos nadando a contracorriente e igual tenemos las de perder.
Estar sano es la excepci¨®n, un milagro biol¨®gico
P. ?Qu¨¦ papel juegan los medios en este escenario polarizado?
R. Yo no s¨¦ d¨®nde acaba la pol¨ªtica y d¨®nde empiezan los medios. Tener una l¨ªnea editorial es leg¨ªtimo, lo que no es leg¨ªtimo es utilizar la mentira como parte de la informaci¨®n.
P. ?Se puede revertir el avance de las fake news?
R. Cuando empezamos hace seis a?os con nuestra secci¨®n Maldita Hemeroteca resultaba dif¨ªcil encontrar una afirmaci¨®n equivocada, voluntaria o involuntariamente, de una persona p¨²blica. A d¨ªa de hoy son casi imposibles de abarcar. Y yo tengo la sensaci¨®n de que el problema no es que se mienta, sino que hemos asumido que mentir es una forma normal de relacionarnos con el mundo. Ha dejado de escandalizarnos. Maquiavelo se ha quedado a la altura de un pardillo.
P. ?Las redes sociales son canal, acelerador o colaborador necesario?
R. Las redes sociales tienen que ver con el miedo de las personas p¨²blicas a quedar mal ante su parroquia, a ser carne de meme. El miedo a meter la pata ha llegado a tal dimensi¨®n en este momento que las personas no se sienten libres de ser como son o de decir lo que piensan y aparecer sin dobleces. Cada vez tenemos m¨¢s canales en los que expresarnos y cada vez tenemos m¨¢s miedo a que nos traiga consecuencias.
P. Dice que el c¨¢ncer la ha hecho ser consciente de que la salud es siempre provisional. ?C¨®mo ha aprendido a convivir con esa incertidumbre?
R. En much¨ªsimas ocasiones la salud es una cuesti¨®n de puro azar. De pronto muta una sola c¨¦lula y a partir de ah¨ª se produce un naufragio. Lo que me ayuda es saber que otra persona que ignora esa posibilidad no est¨¢ mejor que yo.
Me gusta la radio y mi trabajo, lo que no s¨¦ es si me gusta tanta cantidad de trabajo
P. Es una forma de autoenga?o, de mirar hacia otro lado para seguir adelante.
R. Yo le he perdido miedo a la muerte. Tengo mucho miedo al dolor, pero no al hecho de desaparecer. Y he conseguido convivir bien con esa incertidumbre, con la meta volante de una revisi¨®n cada tres meses. Me he disciplinado para no pensar en ella hasta el d¨ªa antes, porque si no, la incertidumbre se convierte en angustia diaria. Y racionalmente no tiene ning¨²n sentido. Es verdad que hay momentos, cuando me meto en la cama, que le doy vueltas: ¡°?Y si estoy tan normal, trabajando, haciendo ver que todo va bien y hay por dentro una c¨¦lula cancer¨ªgena que est¨¢ anidando ahora en alg¨²n sitio y que est¨¢ empezando a reproducirse?¡±. Pero procuro pasar p¨¢gina porque no me aporta nada. Yo a¨²n llevo el cat¨¦ter, y cuando me visto o me rozo, me recuerda que el peligro existe. No puedes abstraerte por completo de la situaci¨®n. Hay que hacer un ejercicio emocional e intelectual profundo.
P. ?Hizo usted sola ese ejercicio?
R. No he tenido ayuda profesional. Los m¨ªos me han cuidado, pero no me han contemplado. No me han dejado darme pena a m¨ª misma. La autocompasi¨®n es un campo infructuoso en el que solamente puedes escarbar para hundirte m¨¢s. No sales de ah¨ª.
P. Se ha hecho un m¨¢ster en oncolog¨ªa.
R. Cada uno busca la estrategia que le funciona. La m¨ªa ha sido saberlo todo porque me da tranquilidad y porque, entre otras cosas, he llegado a la conclusi¨®n que la salud es casi imposible. Estar sano es la excepci¨®n, un milagro biol¨®gico. As¨ª que, cuando te sientas bien y sano, disfruta. Perm¨ªtete todos los placeres. Haz lo que te apetezca. ?Por qu¨¦? Porque es la excepci¨®n. Ser consciente de que la salud es incierta no es un motivo para amargarte o preocuparte, todo lo contrario, te ayuda a disfrutarla cuando la tienes, a aprovecharla.
P. Cuando estaba trat¨¢ndose, ?qu¨¦ quer¨ªa hacer al terminar este proceso, c¨®mo quer¨ªa aprovechar el estar bien?
R. Hay un momento en el que crees que si todo sale bien, vas a romper con todo. Pero ha llegado ese momento y hay que ser realista. Yo estoy en tr¨¢nsito, todav¨ªa no s¨¦ hacia d¨®nde. Mi contrato en la radio se acaba este a?o en julio y tampoco s¨¦ muy bien las decisiones que voy a tomar. No soy una persona de impulsos y eso se me ha acentuado. Ahora, me concedo la libertad de improvisar, de dudar y de decidir cada cosa en su momento.
Yo voto contra mis intereses pero a favor de mis principios¡±
P. Usted se ha mantenido 30 a?os en primera l¨ªnea del periodismo¡
R. Y estoy muy cansada. S¨ª, hay momentos en que fantaseo con la idea de dejarlo todo. Soy el h¨¢mster que ha regresado a la rueda, pero que sabe lo que pasa cuando uno se baja. Ahora estoy pedaleando y estoy bien. Y no descarto que con lo que fantase¨¦ durante meses se pueda llegar a cumplir. Pero eso implica que trabajar no es lo que quiero o que la radio, tampoco. Y me gustan la radio y mi trabajo, soy una privilegiada, lo que no s¨¦ es si me gusta tanta cantidad de trabajo.
P. Es usted de las estrellas radiof¨®nicas m¨¢s dif¨ªciles de estereotipar ideol¨®gicamente.
R. Menos para la extrema derecha. Soy mujer, feminista y vengo de una clase obrera emigrante. Estudi¨¦ con beca, acab¨¦ la carrera con beca. Nunca ser¨¦ una desclasada. Por bien que me haya ido en la vida. Yo voto contra mis intereses pero a favor de mis principios. Es decir, a m¨ª no me interesa que me suban los impuestos. Yo pago el 50% de lo que gano, pero creo que los hijos de la clase obrera deben tener exactamente los mismos derechos que tiene mi hija.
P. Hablaba usted de la extrema derecha, ?entre blanquearlos y ningunearlos est¨¢ la virtud o el vac¨ªo?
R. Primero, no hay que escandalizarse por cada uno de los petardos medi¨¢ticos que sueltan que son muy golosos. Creo que hay que entrevistarlos como si alg¨²n d¨ªa fueran a tener el poder, pero con preguntas concretas, entrando al fondo de la cuesti¨®n. Para m¨ª, hay ideas que no son respetables, pero las personas, los millones de personas que les votan, s¨ª. Creo que hay mucha gente votando en contra de sus intereses y no lo sabe. Entre segmentos de la poblaci¨®n que no son precisamente ricos se ha instalado la idea de que subir impuestos a los que s¨ª lo son es una mala idea, porque se ir¨¢n o dejar¨¢n de invertir. Es la teor¨ªa de la pir¨¢mide de copas de champ¨¢n: cuando la de arriba rebosa, al final caen gotas en la parte baja.
P. ?Qu¨¦ opina del fen¨®meno podcast?
R. El podcast es a la radio lo que las plataformas son a la televisi¨®n. Entiendo su utilidad y que hay una generaci¨®n, como la de mi hija, que tiene 25 a?os, que oye podcast porque ya no est¨¢ preparada para aguantar un programa de radio con la publicidad y todo lo que supone. Quiere o¨ªr lo que le apetezca cuando le apetezca. Pero todav¨ªa me asombro cuando me llaman para hacer un podcast: ?Si yo hago cuatro horas de podcast al d¨ªa!
Verdad y constancia
“Julia representa la radio porque, para mí, la radio es sinónimo de verdad, es cuestión de piel, las imposturas no se admiten y ella es una persona honesta y de convicciones firmes”. Carles Francino, presentador de La Ventana en la Cadena Ser, tiene claro cuál es el secreto para que Julia Otero lleve en primera línea del periodismo desde que empezase a trabajar en los servicios informativos de Radio Miramar hace 40 años. Allí coincidió con Carlos Herrera, conductor del matinal Herrera en Cope, que confirma lo que se adivina al otro lado de la radio. “Su constancia y su trabajo obstinado por llegar a la perfección, por completar todo lo que le falta por saber del tema que quiera tratar la define. Además tiene una imaginación curiosa. Siempre juvenil. Y es divertidísima”.
Su “visión amable de la vida”, como apunta Herrera, se traslada también al trabajo, según asegura Carlos Boyero, que fue colaborador de La radio de Julia, un espacio mítico que pese a ser líder de audiencia fue retirado de la parrilla de Onda Cero en 1999. “Fue una jefa absolutamente legal. En esa época yo andaba un poco alterado y puede que hubiese momentos más broncos, pero jamás me cortó ni ejerció ninguna censura sobre mí”, recuerda el crítico de cine.
“No hemos coincidido en ningún proyecto pero a los dos nos gustaría”, revela Francino. “A mí al menos, me encantaría trabajar con ella”.
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