Una equidistancia innecesaria ante el 11-M
El documental sobre los atentados de Madrid de 2004 que estrena Amazon da voz a los a¨²n defensores de la teor¨ªa de la conspiraci¨®n
La equidistancia, el intentar no decantarse por dos versiones u opiniones contradictorias, no solo no es siempre deseable en el periodismo, sino que en numerosas ocasiones debe ser desterrada. Igual que no se puede ser equidistante entre la v¨ªctima y el victimario, tampoco es admisible plante¨¢rsela entre la verdad y la mentira. En ambos casos, el periodista debe abandonar esa posici¨®n y decantarse por las v¨ªctimas y la verdad. El documental El desaf¨ªo: 11M que estrena este viernes Amazon, coincidiendo con el aniversario de los atentados yihadistas que causaron 192 muertos el 11 de marzo en Madrid, juega en algunos momentos, precisamente, a ser equidistante.
Lo hace entre la verdad ¡ªcontrastada no solo judicialmente con una sentencia ya firme, sino con m¨²ltiples investigaciones¡ª que delimita hasta donde se pudo qui¨¦nes cometieron aquella masacre y la llamada teor¨ªa de la conspiraci¨®n, que ya entonces una parte de la clase pol¨ªtica espa?ola y del periodismo intent¨® sembrar en la sociedad para hacer creer que detr¨¢s de aquellos ataques hubo una oculta mano negra. Y, adem¨¢s, cuando se cumplen hoy 18 a?os de un atentado, el mayor de Europa, un tiempo m¨¢s que suficiente para que esas ideas hubieran sido desechadas de cualquier mensaje p¨²blico.
El documental de Amazon, dirigido por Carlos Agull¨® y producido por Luis Velo, cuenta con muchas virtudes. Desde la fotograf¨ªa a una buena ambientaci¨®n musical, pasando por la selecci¨®n de los escenarios en los que se entrevista a los personajes que van dando su testimonio a la c¨¢mara. La narraci¨®n es ¨¢gil y, aunque en total son casi cuatro horas de documental repartidas en cuatro cap¨ªtulos, se ve con facilidad. No obstante, abusa en ocasiones de la c¨¢mara lenta y, sobre todo, del testimonio de los pol¨ªticos y los periodistas, en detrimento de los que aquellos d¨ªas fueron, muy a su pesar, los verdaderos protagonistas: en primer lugar, las v¨ªctimas y las personas que en un primer momento se volcaron en asistirlas y, posteriormente, los polic¨ªas y guardias civiles que investigaron aquellos atentados hasta detener a parte de sus autores.
Es precisamente en la proliferaci¨®n de aquellos testimonio secundarios donde El desaf¨ªo: 11M peca de equidistante, admisible cuando aborda la batalla pol¨ªtica que sigui¨® los d¨ªas despu¨¦s del estallido de las bombas y hasta la celebraci¨®n, tres d¨ªas despu¨¦s, de las elecciones generales que termin¨® ganando el socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, pero rechazable cuando se trata de contar al espectador la realidad de los atentados. En el arranque del ¨²ltimo episodio, el entonces presidente del Gobierno Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ¡ªque aparece en numerosas ocasiones a lo largo de la serie documental¡ª, la expresidenta madrile?a Esperanza Aguirre y los periodistas Federico Jim¨¦nez Losantos y Pedro J. Ram¨ªrez vuelven a intentar inocular la duda de que fueran realmente los yihadistas condenados los verdaderos autores o instigadores de la masacre. Es cierto que Agull¨® intercala sus testimonios con los de jueces, fiscales y polic¨ªas que descartan cualquier atisbo de teor¨ªa de la conspiraci¨®n, pero al final esa igualdad de tratamiento lastra el documental.
L¨¢stima, porque es tambi¨¦n en el ¨²ltimo cap¨ªtulo el que, en sus minutos finales, consigue por primera vez emocionar al espectador al reproducir el testimonio que Pilar Manj¨®n, madre de uno de los fallecidos y cabeza visible entonces de una de las asociaciones de v¨ªctimas, ofreci¨® en la comisi¨®n parlamentaria que investigaba los atentados y que dej¨® aquel d¨ªa mudo a los pol¨ªticos. Buen colof¨®n para un documental lastrado por una innecesaria equidistancia.
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