Violenta, oscura y vintage: as¨ª ser¨¢ ¡®La novia gitana¡¯ en televisi¨®n
Paco Cabezas cuenta en el rodaje de la serie c¨®mo ha tra¨ªdo el universo creativo que desarroll¨® en ¡®Penny Dreadful¡¯ o ¡®The Alienist¡¯ a la adaptaci¨®n del superventas de Carmen Mola
Exteriores. Madrid. Una lluviosa tarde de principios de marzo en el barrio de Las Letras. La gente celebra el inicio del fin de semana arracimada en terrazas y bares, ajena por completo al traj¨ªn del interior de uno de los edificios, arquitectura cl¨¢sica por fuera, tomado por dentro en sus cinco plantas por el equipo que rueda la serie La novia gitana, adaptaci¨®n televisiva del superventas de Carmen Mola (Alfaguara, 2018) y una de las grandes apuestas de Atresplayer Premium para 2022.
¡°Leer este libro me record¨® mucho a El silencio de los corderos, que es mi pel¨ªcula favorita, y me record¨® a un g¨¦nero que estuvo muy de moda en los noventa con pel¨ªculas como Seven¡±, comenta Paco Cabezas, director de los ocho cap¨ªtulos de esta producci¨®n de Diagonal TV y VIS con la participaci¨®n de Atresmedia. El tambi¨¦n responsable de Penny Dreadfull o American Gods recibe a EL PA?S en un sal¨®n a medio destruir, sede de la BAC, la unidad de la polic¨ªa en la que la inspectora Elena Blanco, protagonista de la serie, y su equipo tratan de resolver el asesinato ritual de Susana Macaya y su hermana Lara, ocurridos con una distancia de siete a?os.
Al fondo de la estancia, la cl¨¢sica pared con fotos del caso revela la obsesi¨®n de Cabezas por el detalle y ciertas referencias de su universo creativo. ¡°Todos estos detalles que en la novela, por instinto de escritores, los Carmen Mola lo hicieron y ya, yo les he intentado dar un sentido simb¨®lico y es con lo que espero que el espectador conecte¡±, comenta ante instant¨¢neas de la v¨ªctima, recortes de peri¨®dico, primeros planos no aptos para est¨®magos sensibles. Los colores ocre dominan la escena y, bajo la direcci¨®n art¨ªstica de Guillermo Spoltore, forman una apuesta crom¨¢tica solo rota por la sangre y el vestido blanco de la v¨ªctima. La fotograf¨ªa de Andreu Adam Rubiralata (La peste) ¡°realmente oscura¡± ayuda a crear una atm¨®sfera perdida en el tiempo, con el toque vintage propio de otras producciones televisivas de Cabezas.
El ¨¦xito de una novela puede ser un aliciente, pero tambi¨¦n un problema para su adaptaci¨®n. ¡°Quer¨ªa sorprender al espectador de alguna manera. Hay cosas del libro que, con todo el respeto a los autores, creo que se pueden mejorar en los guiones. Hay un trabajo m¨¢s org¨¢nico que creo que a la gente que conoce la novela les va a sorprender para bien. Si lo ha le¨ªdo tanta gente no quer¨ªa que fuera una traslaci¨®n exacta de la novela, sino el esp¨ªritu del libro, pero mejor¨¢ndolo y llev¨¢ndolo a otro lugar¡±, comenta Cabezas. Nadie dir¨ªa que en el equipo de guionistas est¨¢n Antonio Mercero y Jorge D¨ªaz, dos tercios de los autores que se escond¨ªan tras el seud¨®nimo de Carmen Mola. Al director le divierte el reto: ¡°Su visi¨®n es m¨¢s literaria. La m¨ªa es m¨¢s visual. Trataba de crear un mundo diferente y Antonio ten¨ªa la mente muy abierta. Fue bonito ganar determinadas batallas y espero que Antonio considere que fue para bien¡±.
La violencia extrema del libro podr¨ªa haber sido un problema para otro, no para el director de cap¨ªtulos de Fear the Walking Dead o The Alienist. La novia gitana ser¨¢ tambi¨¦n violenta, muy violenta a veces, en televisi¨®n. ¡°La vida, con este d¨ªa a d¨ªa tan absurdo en el que vivimos, no tiene orden, es un caos, brutal, no hay primer, segundo y tercer acto. Para m¨ª la ficci¨®n es la manera de ordenar la realidad y darle un sentido. Y con la violencia me pasa lo mismo. Soy una persona que en la vida real no es nada violenta, me desmayo si veo sangre real, pero la sangre cinematogr¨¢fica¡ tengo un gusto est¨¦tico, me encanta hacer bella la violencia¡±, comenta, siempre anal¨ªtico, antes de repasar referencias como David Fincher o David Villeneuve en lo visual, Stephen King o Thomas Harris en lo literario.
Elena Blanco es la protagonista de la historia, una polic¨ªa marcada por un profundo dolor, rota por dentro y aferrada a su trabajo como tabla de salvaci¨®n. Nadie mejor para analizarla que su encarnaci¨®n en la pantalla, Nerea Barros (Goya a la actriz revelaci¨®n por La isla m¨ªnima): ¡°Yo digo que es una pantera. Solo pierde el control en lo personal, porque le desborda. Para controlarlo utiliza el trabajo, es una polic¨ªa muy buena, es una m¨¢quina, una t¨ªa que admiro un mont¨®n, est¨¢ hecha para eso, va continuamente por delante de todos. Tiene todo en la cabeza. Es muy r¨¢pida y aprendo un mont¨®n de ella. Yo soy pura emoci¨®n, pura pasi¨®n, pura explosi¨®n. Y ella es justo lo contrario¡±.
Barros lo cuenta en otra planta del edificio, en la zona de descanso, antes de una sesi¨®n maratoniana de rodaje hasta el amanecer. Una de las paredes est¨¢ cubierta por los esquemas de la actriz, un c¨®digo que solo ella puede interpretar. Viene de un ensayo de una escena con Vicente Romero (Ordu?o) y Luc¨ªa Mart¨ªn (Chesca), parte de un reparto que completan Mona Mart¨ªnez, Moreno Borja o Gin¨¦s Garc¨ªa Mill¨¢n, entre otros, y en el que destaca la voluntad del director de interpretar todos los papeles gitanos con actores gitanos. Ese mundo, que Cabezas ya abord¨® en la pel¨ªcula Adi¨®s, estar¨¢ m¨¢s presente en la adaptaci¨®n que en el libro.
Madrid constituye otro ingrediente esencial de una serie que muestra las dos caras de la ciudad. ¡°Cuando hice Adi¨®s quise mostrar una Sevilla diferente de la de postal y ahora Madrid tambi¨¦n es un poco as¨ª. El Madrid de Elena es el del centro. Y luego quer¨ªa un Madrid de barrio, veros¨ªmil¡±, resume.
Cuando un personaje literario gana el favor de sus lectores es complicado llevarlo a la pantalla. La novela negra es un campo abonado a esta pr¨¢ctica. Ah¨ª est¨¢n, por ejemplo, el intento fallido con Petra Delicado interpretada por Ana Bel¨¦n, el experimento extra?o y correcto de poner a Rowan Atkinson como Maigret o la excelente actualizaci¨®n de un cl¨¢sico vivo como es Harry Bosch en la piel de Titus Welliver. ?Y Elena Blanco? ¡°Yo al principio estaba cagada¡±, confiesa Barros. ¡°Lo que quieres es que todas esas personas que se han imaginado a Elena, como se la hubieran imaginado cuando vean a nuestra Elena, digan: ostras, supera las expectativas¡±.
Abordado como si de una pel¨ªcula se tratara, pasado el ecuador de las m¨¢s de 100 horas del rodaje de la serie la comparaci¨®n con el cine es inevitable. ¡°Lo que me pasa con el cine, cuando hago una pel¨ªcula, es que todo tiene que estar perfecto, es supersagrado. Y cuando haces ocho horas de cine, como es esto, hay m¨¢s posibilidades de arriesgarse, tengo la sensaci¨®n de que puedo equivocarme m¨¢s y como puedo equivocarme m¨¢s, voy a arriesgarme m¨¢s y eso me libera m¨¢s¡±. Los espectadores tendr¨¢n que esperar unos meses para comprobarlo. Solo entonces sabremos qu¨¦ versi¨®n de La novia gitana, qu¨¦ Elena Blanco permanece en su recuerdo.
Puedes seguir EL PA?S TELEVISI?N en Twitter o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.